Capítulo 8

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—Buenas noches —me despido de Angéle para entrar a mi cuarto.

No puedo sacarlo de mi mente.

Quiero sacarlo, debo sacarlo,pero Dios... no puedo. A mi mente vienen los recuerdos de la noche anterior y de lo que había pasado.

Ya no puedo evitar mis sentimientos, ya es muy tarde para arrepentirme, porque aunque quiera ya no lo puedo cambiar.

Al verlo siento cosas que nunca antes había experimentado, al verlo mi estómago se revuelve, mi pulso se acelera el cambia todo en mi.

Nunca lo vi de otra manera como mi hermanastro hasta ahora, todo cuando empezó a decirme y hacerme sentir especial.

Me pongo de pie, me pongo mi abrigo y salgo de mi cuarto.

Al llegar a su puerta la abro.

—Lev —digo a lo que el se voltea ya que está mirando hacia la ventana.

—¿Que haces aquí? —pregunta con el ceño fruncido.

—No puedo —solo soy capaz de decir.

—¿Que no puedes? —me pregunta acercándose.

—No puedo dejar de sentir esto por ti Lev —hago un gesto con mi mano.

—Tú misma me has dicho que teníamos que olvidar todo —dice mirándome.

—Lev no puedo —niego moviendo mi cabeza —Me has hecho sentir algo que no puedo explicar.

—Irina... —juntamos nuestras frente —Te amo... desde pequeño, pero no quería tomar mis sentimientos en cuentas hasta que no pude más.

—Te necesito —susurró con nuestras frentes juntas—Necesito que estés junto a mí, sin ti... no puedo.

Sin dudarlo juntamos nuestros labios al hacerlo experimentó una sensación que remueve todo mi cuerpo. Sus labios son tan cálidos, nunca quisiera dejarlos.Nos besamos como si se acaba el mundo. El posa su mano en mi cintura y yo en su cabello, juego con el.

La falta de aire hace que nos separamos obligatoriamente.

El pasa una mano por su cabello, se escuchan nuestras respiraciones agitadas.

—Necesitaba eso Irina —me dice mirándome —No sabes cuánto quería hacer eso.

Yo solo suelto una risa y lo abrazo, el con sus fuertes brazos me aprieta hacia el para estar lo más cerca posible.

—Ya no hay necesidad de que te llame hermano y tú a mí hermana, ya no lo somos, somos mucho más que eso —digo con la cabeza apoyada en su pecho.

—Eso y mucho más Irina —me mira a los ojos.

—¿Como le diremos a todos Lev?—preguntó cambiando de tema.

—Eso no es tan importante Irina —dice tomando mis manos —Lo haremos juntos.

—Claro —sonrió.

—Tienes que dormir —acaricia mi mejilla.

—Si, al igual que tú —le sonrió.

Me acerco a la puerta y antes de irme me da un beso.

—Buenas noches Irina —se despide.

—Buenas
noches Lev —me despido para enseguida salir de su cuarto y ir al mío.

               (...)

   Dias después.

Estoy poniendo no último vestido en la maleta.

Hoy volveríamos al castillo ya que había acabado la epidemia.

Cierro mi maleta y preparo la otra con mis cosas personales, introduzco mi espejo,mi cepillo,etc.

Cierro mi maleta de mano y me acerco al espejo y arreglo un poco mi vestido, al mirarme al espejo no puedo evitar recordar lo de ayer con Lev.

Al acordarme de aquel beso no puedo evitar sonreír  porque por fin pude decirle lo que sentía sin pensar en mi padre, la madre de Lev, mi hermano y lo que diga la gente.

Nunca me imaginé que por el primer chico que sentiría algo sería Lev en un momento lo odie  y pasar de eso a el amor, es extraño.

Tengo un poco de temor de contarle a mi padre, Alena y Fredek sobre lo mío y Lev porque no se como puedan reaccionar ya que somos medios hermanos.

Pensar en que es tu hermano me hace sentir extraña porque crecí con el  y ahora verlo grande es distintos a verlo como cuando pequeño porque tu mentalidad cambia y dejar de verlo como ese pequeño chico.

Salgo de mi cuarto hacia el salón donde se encuentra Madeline.

—Madeline, mis cosas están lista —digo mirándola.

—Esta bien señorita, esperaremos a los demás —me dice con su dulce voz

—Claro —asiento con la cabeza  —Madeline ¿sabes cómo están las cosas en el castillo?

—No lo sé señorita nadie me a dicho nada —dice mirándome.

—Extraño al castillo y a padre aunque me guste este lugar quiero mi hogar —digo mirándola.

—Todos extraños nuestro hogar —dice con sus manos juntas.

De repente entra Lev y no podemos evitar cruzar miradas.

—Madeline, mis cosas están listas —dice el con sus manos posiciona das atrás.

—Okey señor Lev esperemos a el señor Fredek y la señorita  Angéle —dice Madeline para luego salir del salón.

—¿Como has amanecido? —pregunta Lev acercándose a mi.

—Bien —hago una pausa —¿Y tú?.

—Toda la noche he pensado en ti —acaricia mi mejilla.

—Lev...—digo mirándolo,pero sentimos pasos a lo que enseguida nos alejamos.

Fredek entra de la mano con Angéle.

—Estamos listo —dice el.

Los guardias sacan todas nuestras maletas y la suben a los carruajes.

—Vamos mis niños —dice Madeline  a lo que subimos al carruaje.

Al sentarnos en el carruaje Lev toma mi mano.

Finalmente llegamos al castillo el cual al llegar afuera está vacío.

El carruaje se estaciona frente a la entrada, nosotros nos bajamos.

—Chicos —dice Alena,pero la noto algo extraña.

—Hola —la saludo —¿Que pasa?

Ella no responde

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