Capítulo 9

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—Alena —suelto una risa amarga —¿Dime qué pasa?.

—Irina, necesito que vayan a el salón —dice ella.

Miro a Lev para luego mirar a Fredek ¿no entiendo que está pasando?.

Caminamos por los pasillos del castillo hasta llegar al gran salón.

—Alena dile a padre que despierte, necesito verlo —digo mirándola.

—Sobre eso chicos... -—dice mirándonos—Su padre hizo todo lo posible por proteger a su gente, pero el no evitó contagiarse.

—¿Que? —preguntó.

—¿Donde está el?—pregunta Fredek.

—El a muerto mis niños —dice y eso suena como un eco en mi cabeza.

—¿Que? —pregunta Lev —¿Eso no puede ser verdad?.

--Lo es —dice Alena soltando unas lágrimas.

Mi cuerpo cae al suelo arrodillado, no puedo creerlo el hombre que amaba tanto en mi vida se a ido y me a dejado sola.

—No puede ser verdad —niego rápidamente—No lo es.

Fredek junto a Lev se acercan y me abrazan, no puedo evitar llorar.

—Necesito a mi padre —lloro fuertemente —Lo necesito por favor.

—No podemos hacer nada Irina —me susurra Fredek.

El se a ido.

Y no hay nada que pueda hacer yo para traerlo de vuelta.

Veo a Fredek y Lev mirar hacia piso, se que ellos no van a llorar,pero sé que les duele igual que a mí.

—Saben, esto es una broma —digo poniéndome de pie —Lo iré a ver.

Aproximó el paso,pero Lev me toma de atrás haciendo que no avance para luego yo hundir mi cabeza en su pecho.

El acaricia mi cabello, pero hasta sus caricias no pueden consolar lo que siento.

—Estaremos bien, estarás bien —el me susurra en el oído.

—Necesito dormir y despertar de este mal sueño —digo llorando.

Fredek toma mi mano al igual que Angéle y me guían a mi cuarto.

Al llegar a mi cuarto Fredek le hace un gesto con la mano a Angéle para nos deje a solas.

—Se cuánto te duele —toma mi rostro con sus manos —Por que siento el mismo dolor, pero no puedo dejarme quebrarme porque necesito estar para ti y Angéle.

—Fredek... —no puedo evitar llorar —Ya no queda nadie solo quedamos los dos y Lev.

—Irina de hoy en adelante te protegeré sin importar lo que pase y lo que tenga que hacer —me mira a los ojos —Ahora eres lo único que me queda.

—Nunca me dejes Fredek —lo abrazo fuertemente.

—No lo haré mi Irins —susurra en mi odio.

—Hace tiempo que no me llamaba así Fredek —lo miró.

—De ahora te llamaré así —dice mirándome—Para que nunca olvides que tienes a alguien.

—¿Porque nos dejan todos? —preguntó observándolo — Mamá y ahora padre

—Nadie más se irá — dice tomando mis manos — Ahora nos cuidaremos entre los tres.

—Si — asiento con la cabeza.

—En un momento Alena vendrá a acompañarte — dice para enseguida besar mi mejilla y irse.

Me siento en la cama y no puedo evitar pensar en cómo se siente Fredek y Lev, porque ellos lo aman tanto como yo.

Seco mis lágrimas, me pongo de pie y salgo de mi cuarto.

Camino por todos los pasillos hasta llegar a su puerta, no hay guardias.

Al entrar lo veo sentando mirando hacia el suelo llorando.

Nunca lo había visto llorar.

Me acerco y me siento junto a él.

—Nunca nadie me ha  visto llorar —dice mirándome.

—Yo soy la excepción —digo acariciando su espalda.

—Ahora entiendo lo que es perder a alguien, Irina —se limpia las lágrimas.

—Yo ya he perdido a los dos —aprieto mis labios —Pero todavía tú tienes a tu madre.

—Lo se, pero padre era como mi amigo —dice mirado sus manos —Se fue.

—Si—suelto un suspiro —Pero tendremos que saber superarlo.

Tomo su mano y apoyo mi cabeza en su hombro.

—No me abandonaras ¿cierto? —le pregunto esperando su respuesta.

—No lo haré —escucho que dice.

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