Capitulo 45

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- ____, mírame.

- No puedo. 

- Por favor. Nena, te quiero. Estoy loco por ti. No quiero que pienses que te voy a dejar. No es mi intención en absoluto. 

Me levanté y me acerqué a él. Le abracé y hundí mi rostro en su clavícula, mientras le mojaba la camiseta con mis lágrimas. Zayn me abrazó y apoyó su barbilla en mi cabeza. Me besó en el cabello y noté cómo su cuerpo se relajaba cada vez más. Se apartó un poco y me miró a los ojos. Me desabrochó el pantalón y lo bajó. Después introdujo su mano derecha bajo mi ropa interior y cubrió con su mano mi sexo completamente. Me miró todo momento.

- Esto es mío. Si alguien intenta adueñarse de ello, será lo último que haga.

Acarició mis partes íntimas con rudeza, y me excitó sobremanera. Me besó apasionadamente y mientras le correspondía, insertó dos de sus dedos en mi interior, haciendo que me estremeciese.

- No te voy a recompensar, sino todo lo contrario.

- ¿Vas a castigarme?

- Duramente. Así aprenderás a mantenerte firme y sólo disponible para mí. Vamos al dormitorio. No quiero que nos interrumpa nadie.

No hacía ni dos segundos que había cerrado la puerta cuando me acorraló y me sujetó por la camiseta. La rompió y después hizo lo mismo con el tanga. Ambas prendas quedaron destrozadas y tiradas en el suelo. No me asusté. Consiguió todo lo contrario. Mi cuerpo subió a un nivel de excitación tan enorme que creí iba a llegar al clímax sin que apenas me rozase. Me cogió en brazos y tras apoyar mi espalda en la pared, me penetró profundamente, sin ningún tipo de previos. La molestia que sentí al principio se convirtió en estremecimientos y gemidos de placer, al sentir en mi interior aquellas fuertes y sensuales embestidas. Su cuerpo comenzó a temblar, al compás del mío, y en pocos segundos llegamos al clímax.

Tomé su rostro entre mis manos y le besé en los labios. Se retiró, pero le obligué a volver a acercarse a mí. Introduje mi lengua en su boca y ahí se acabó toda la resistencia que estaba poniendo. Me devolvió el beso y apretó mi cuerpo entre la pared y su torso.

- Esto no es justo... - Se quejó mientras me besaba -. Quiero castigarte, no hacerte disfrutar.

- No... no he disfrutado. Te lo prometo. Si quieres castígame otra vez y enséñame la lección.

Al escucharme decir aquello, río a carcajadas y me contagió la risa.

- No me guardas ningún respeto.

- Sí que te respeto, pero también te deseo. No puedes castigarme, Zayn. Al menos, no así.

Nos tumbamos en la cama y le abracé. Cerré mis ojos y suspiré, feliz, por estar a su lado. Nunca en toda mi vida me había sentido más plena. Con Zayn tenía todo cuanto necesitaba. 

Tuya en la oscuridad (Harry, Zayn & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora