Atentos

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1 Mes Después.

Ya ha pasado un mes en el que hemos avanzado bastante. Rebecca, en el transcurso del mes, recibió algunas terapias para ayudarla a sentirse mejor; los puntos se los quitaron a los dos días de haber pasado aquel susto con Dimitri.

Arreglé la puerta, que no fue algo mayor, sólo un pequeño cambio en la cerradura.

Ella volvió a su trabajo y yo no me despego ni un segundo de su lado; sólo cuando el momento lo amerita es que nos separamos, pero lo que resta de tiempo, andamos juntos siempre. Ya es una costumbre.

Ahora mismo, me encuentro en la sala de conferencias o reuniones, sentado frente al gran ventanal que da vista a la ciudad, algo aburrido. A pesar de haber tenido algo de acción con sus cuidados y eso, estas últimas semanas han sido totalmente muertas para mí y eso me está matando con lentitud.

Zachary ha tenido que venir en mi rescate para que, yo, no pierda la cabeza.

- Jonathan. - Me giro con lentitud, totalmente inexpresivo, viendo el rostro angustiado de Alexa. - Acaban de informarnos que viene Víctor. ¿Crees que puedas sacarla de aquí? - Frunzo mi ceño.

- ¿Quién es Víctor y por qué debería sacarla? - Alexa suspira suavemente, haciendo leves movimientos con su cabeza, mostrando ansiedad. - ¿Qué sucede?

Me levanto de mi lugar, acercándome a ella, viéndola tensarse ante mi cercanía. Frunzo mi ceño. No me está diciendo toda la historia completa.

- Víctor es uno de los hombres más peligrosos del país, Jonathan. - Ella bufa con algo de frustración. - Sólo sé que viene dispuesto a acabar con el general Porter y lo que quede de él.

- ¿Qué? ¿Por qué? - La confusión recorre mi cuerpo y mi rostro debe ser digno de admirar. - Explícate. - Alexa se sienta, asintiendo en silencio, mirándome de vez en cuando.

- Porque no quieren que siga levantando aquellas leyes "incoherentes", Jonathan. Quieren que detenga su trabajo de acabar con las bandas criminales, mafias y todo lo relacionado a eso. - Asiento, comprendiendo un poco.

- ¿Qué tiene que ver Rebecca en todo esto? - Ella suspira y me mira fijamente.

- Si, él, se entera que ella es la hija del hombre que quiere destruir, creéme que hará hasta lo imposible por acabarla primero. - Frunzo mi ceño, algo contrariado y un poco angustiado. Sólo quiero saber algo más.

- Dices que "si se entera", ¿acaso no lo sabe? ¿No la conoce? - Ella niega y se levanta de su puesto, cruzándose de brazos.

- Nunca había sido capaz de venir personalmente. Siempre contrata abogados nuestros para sus juicios y envía a una secretaria o algo así. Esta es la primera vez.

Asiento y suspiro en silencio, analizando aquello, sintiéndome algo angustiado. Miro a Alexa y decido preguntar.

- ¿Cuánto tiempo tengo? - Ella mira su reloj y niega, suspirando con rendición.

- Menos de cinco minutos. - ¡Carajo!

Salgo de la oficina en busca de mi protegida, con la preocupación tiñendo mi rostro. Al encontrarla, está sentada en su escritorio, tecleando algunas cosas en su computador, pero al verme, sonríe y se detiene.

- Hola. ¿Qué sucede? - La tomo del brazo y la levanto del asiento; no puedo sacarla de aquí, así que la encerraré conmigo. - ¿Qué haces, Jonathan? Tengo cosas qué hacer.

- No quiero que te pongas difícil, Rebecca. Sólo déjame ponerte a salvo. - Su silencio me da a pensar que, o bien comprendió la situación, o se siente bastante confundida.

Cercanías Peligrosas (COMPLETA Y CORREGIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora