Epílogo

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Dos años después.

Me encuentro sentado en el jardín trasero de la mansión, sonriendo al ver a mis pequeños hijos correr de un lado a otro; su abuelo es quien los persigue. Ambos niños sacaron partes por iguales de nosotros. En lo único que gané fue en el color de ojos; ambos niños los tienen de color verde, así como yo.

- ¡Roar! ¡Los atraparé! - Río con suavidad al ver a Andrew caminar como si fuera un dinosaurio, causando risas exageradas en ellos.

Me tenso al ver que Matthew, tropieza con sus propios pies, cayendo al suelo con fuerza, haciendo que me levante de mi lugar con rapidez, calmando a su abuelo; Andrew levanta a Peter entre sus brazos, dándole calma.

Al estar cerca de Matt, me inclino a su altura, haciendo que, sus ojos verdes, hagan conexión con los míos. Sus ojos muestran el dolor que siente, mientras las lágrimas se acumulan en ellos, desbordándose con rapidez.

- ¿Estás bien, Matt? - Niega en silencio. - Hey... - hago que me mire mientras acaricio su cabello - está bien llorar; más si duele.

Las lágrimas se abren paso, con fuerza, a través de su rostro y lo tomo entre mis brazos, dándole calma y consuelo. Nos llevo dentro de la mansión, entrando a la sala, calmando el llanto dolido de mi hijo; escucho aquellos tacones resonar por todo el lugar.

- ¿¡Qué sucedió!? - Miro a Becca con una sonrisa, negando en silencio, dándole calma.

- ¿Podrías conseguirme el botiquín? - Ella asiente y sale con prisa de la sala, en busca de lo que le pedí. Vuelvo mis ojos a mi hijo, acomodándolo en el sofá. La herida que está en su rodilla izquierda no es grave; lo miro con una sonrisa. - No es nada grave, Matt. Estarás bien en cinco minutos.

Él asiente, sollozando en silencio, recibiendo un abrazo de su hermano, quien llegó después de que lo acomodara en el sofá.

Becca llega a los pocos minutos con el botiquín en sus manos, entregándomelo, sentándose al lado de nuestros hijos, acariciando sus cabellos. Saco lo necesario para limpiar su herida y, después de que la he limpiado, coloco una bandita sobre esta para que no se lastime más.

- Listo. Estás como nuevo, pequeño. - Una pequeña sonrisa escapa de sus labios y lo veo abalanzarse sobre mí, dándome un abrazo. - También te amo. Ahora, - me separo de él, dejándolo en el suelo - ve a jugar.

A pesar de que, quizás, le duele, veo que sale corriendo junto a su hermano, recibiendo el consejo de su abuelo que sale detrás de ellos; sonrío, suspirando en silencio.

- Vaya, - siento sus brazos rodear mi cintura con suavidad - nunca había conocido un papá tan sexy. Me siento acalorada.

Río con suavidad, dejándola frente a mí, mirando sus bellos ojos con amor.

- Me luce, ¿no? - Ella ríe, dejando un beso en mi pecho por encima de la camisa. - ¿Todo listo?

- Lo está. Sólo falta que lleguen los invitados. - Asiento, dejando un pequeño beso en sus labios. - Te amo, Jonathan.

- Como, yo, te amo a ti, Becca. - Se pone en puntitas para alcanzar mis labios y me inclino a su altura para cumplir su deseo.

Al separarnos, veo que sonríe levemente, acaricia mi mejilla y se separa de mí, saliendo de la sala con elegancia. Suspiro en mi lugar, recordando todo lo que han hecho por nosotros.

Después de que fui rescatado por Zachary y me trajeran de regreso, Andrew junto a Nathan, decidieron regalarnos una pequeña boda íntima para nosotros. Según Andrew, quería que se hiciera oficial delante de ellos y que, él, como padre, pudiera llevar a su hija al altar para entregarla en mis manos.

Cercanías Peligrosas (COMPLETA Y CORREGIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora