Cercanías Peligrosas (COMPLETA Y CORREGIDA)

¿Intentos? Acertados.

POV's Rebecca

Estoy arrodillada frente a la lápida de mi madre, dejando que mis lágrimas hagan un leve recorrido por mi rostro; hace un buen tiempo me encuentro aquí. No lloro con desconsuelo, sólo...

Me desahogo.

Me escabullí de la habitación cuando sentí que, Jonathan, había caído totalmente rendido debido a las medicinas, y esquivé a toda la vigilancia, saliendo por los cuartos de limpieza, atravesando la puerta escondida del jardín. Necesitaba venir.

- Lo siento tanto, mamá. - Un leve susurro escapa de mis labios mientras un sollozo cruza mi garganta. - Te he fallado. No he podido superar tu muerte, pero tampoco he sido valiente para confesarle mi pasado al hombre que amo. ¿Cómo lo hago? No quiero perderlo.

Un leve sollozo escapa de mis labios, y escucho truenos resonar encima de mi cabeza, haciéndome temblar levemente; aprieto el abrigo a mi cuerpo, secando las lágrimas de mi rostro, levantándome con lentitud y cuidado.

Un fuerte trueno se escucha en el cielo y el relámpago no demora en venir detrás de él, haciendo que dé un pequeño salto por el susto. Mi mirada viaja por los alrededores, viendo cosas donde no las hay pero...

Mis ojos se fijan en una figura que conozco bastante bien, a la que logro reconocer gracias al nuevo relámpago que cae, iluminando su rostro.

Trago en seco al verlo allí.

Su mirada fija en mí, totalmente seria, hace que un escalofrío recorra mi espina dorsal, haciéndome sentir cobarde ante lo que pueda hacer conmigo, debido a mi "escape".

Se acerca a paso rápido, firme y fuerte a mí, demorándose sólo dos minutos en llegar al mismo lugar donde me encuentro. Lo miro en silencio con pena, con miedo, con tantas emociones fuertes en mi interior que me hacen sentir débil, pequeña, asustada, menos que nada.

- ¿En qué carajos pensabas al venir hasta aquí, y sola?

Su voz sale contenida entre dientes y asiento en silencio, viendo que se está controlando para no levantarme la voz, aunque sé que eso quisiera él.

- Yo... - Miro hacia abajo y cierro mis ojos, suspirando levemente - Lo necesitaba.

Me dejo caer al suelo con cuidado, dejando que las lágrimas salgan nuevamente mientras, mis rodillas, se estrellan en aquel césped verde y mullido. No pasan más de cinco segundos cuando siento unos brazos a mi alrededor, escondiéndome en su pecho. Mis brazos rodean su cintura y mi rostro se esconde en su cuello, dejando que leves sollozos suaves escapen de mi garganta.

- No sé cómo hacerlo, Jonathan. No lo sé. - Mi voz sale en un susurro, y siento cómo aprieta aquel abrazo. - Lo he intentando muchas veces pero, tengo miedo, Jonathan. He intentado ser fuerte pero, ahora mismo, no me está funcionando.

- No tienes que aparentar ser fuerte si no lo eres, Becca. Debes ser tú misma, mostrarte como eres, sin importarte si a otros les molesta. Esconder todo lo que has escondido no es bueno. - Otro trueno resuena en el cielo. - Eso... Destruye.

Ambos nos quedamos en silencio, escuchando otro relámpago resonar a la distancia. Aprieto mis labios con fuerza, evitando que los sollozos escapen de mi garganta debido al miedo que siento por perderlo. Siento que sus manos suben y bajan por mi espalda, intentando darme consuelo.

- Vamos a casa, Becca. Necesitas descansar.

Asiento en silencio, secando mis lágrimas y, Jonathan, nos levanta, con algo de mi ayuda, del suelo. Ambos caminamos, abrazados, hacia la salida del cementerio, dejándome sentir cuando su cuerpo se tensa considerablemente, deteniéndonos justo en una de las columnas de salida, viendo a su cuerpo cubrirme con urgencia.