Capítulo 3: CANDADO(Ash)

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Hoy es viernes, al fin acaba esta insufrible semana. No me puedo creer que este año académico empezara tan mal. Es tan frustrante, llevo desde el martes ignorando a toda mi familia menos a Perla. Ella no tiene la culpa de que una panda de idiotas la haya adoptado cuando apenas tenía tres meses.

Llego al instituto gracias al transporte escolar y me dirijo directamente a mi clase correspondiente. Encontrándome a Malia y a Heather en el fondo de la clase con un sitio libre en medio de ambas. Me dirijo con pesadez hacia allí y me siento dando un asentamiento de cabeza en modo de saludo.

- No puedes seguir así Ash. - Me dice Malia con cara de preocupación.- Al principio no te voy a negar que me alegré de que no tuvieras coche porque así contaminaríamos menos, pero amiga, verte así no merece la pena.- Confiesa en tono triste.

- Malia ahora no, ¿quieres?- Digo cansada de toda esta mierda.- Hoy avisaré a Joe de que me perderé la primera hora de entrenamiento.- Resoplo al recordar que tengo pintura y me hago una nota mental de mandarle un mensaje a Matt tan pronto como pueda.

Entra la profesora de literatura en clase, pero eso no nos impide que sigamos con nuestra charla, solo que esta vez hablamos en susurros.

- Aún no entiendo para qué necesitas ir a pintura, eres una de las mejores en esa asignatura.- Dice Heather mientras juega con un bolígrafo.

- Ya te lo dije, mi madre solo trata de convertirme en una señorita y ¿qué mejor forma que una academia de pintura refinada?- Le explico por tercera vez esta semana.

- Dale gracias a tu padre, que le sugirió la academia de pintura y no una de ballet, esas sí que son refinadas.- Dice Heather fingiendo que le da un escalofrío, provocando así que a Malia y a mí se nos escape una risita.

Las siguientes horas pasan con normalidad, ya sabéis, profesores explicando, alumnos aburridos y acabando siempre con deberes para hacer en casa.

A la salida del instituto me dispongo a mandarle un mensaje a Matt mientras camino rumbo a mi autobús, esquivando a los miles de estudiantes que corren para llegar cuanto antes a sus casas. Pero justo cuando voy a pulsar el botón de enviar me choco con un muro, haciendo que se caiga mi preciado bebé al suelo.

- ¡Noooo!- Exclamo mientras me arrodillo en el suelo y lo levanto hacia el cielo.- ¿Por qué a ti mi pequeño? Lo único que me hace feliz en esta vida, carne de mi carne, bueno no, dinero de mi bolsillo que tanto sudor me costó por conseguirlo...- Iba a continuar con mi pequeño drama improvisado cuando el muro me carga en su hombro y me lleva no sé dónde.- Oye bájame, pedazo de mierda, ¿Quién te crees que eres? ya verás cuando se entere mi padre, te vas a arrepentir.- Digo pataleando hasta que me mete en los asientos traseros de un coche.

- ¡Hola pequeña! - Me saluda el muro, oye no espera ese mote...

- Joder Matt pudiste decirme que me llevabas tú, no necesito que me cargues hasta tu coche.- Digo mientras ruedo los ojos divertida.

- Lo siento pequeña.- Se disculpa mientras cierra con seguro todas las puertas, acción que me puso un poco nerviosa.- Hey Ash- Llama mi atención mientras mira hacia donde me encuentro.- tranquila no te voy a secuestrar.- Dice divertido mientras se vuelve a colocar bien en su asiento para arrancar posteriormente.

- ¿Sabes que eso es lo que dicen los secuestradores, no?- Digo intentando ocultar mi nerviosismo, mientras me doy cuenta de la otra persona que está en el asiento del copiloto.- ¿Y este quién es?- Digo desconfiada.

- ¡Lo siento mucho Ash!- Dice la voz que reconozco como la del estúpido mocoso que me tocó tener como hermano.

- No me puedo creer que esto sea una encerrona. MATTHEW ROSS, ¡FRENA AHORA MISMO EL COCHE!- Digo muy cabreada, me esperaría esto de mi padre, de Camile que aparte de ser mi amiga es también la de mi hermano, pero ¿de Matt? Nunca lo hubiera imaginado.

ExitiumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora