Capítulo 9 (Mem)

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Después de una larga noche en la que tuve que aguantar a Randy borracho y a un Des muy pesado, no me quedó otra opción que conducir el coche de mi tío y llevar a estos dos idiotas a sus respectivas casas.

Me despierto y puedo ver cómo un par de ojos curiosos me observan con intensidad.

–¿Pero qué mierda?– Grito mientras le tiro a Des mi oso de peluche.– ¿Qué has visto? Esto queda entre tú y yo.–Señalo insistentemente el oso mientras le repito mil veces que no ha visto nada. No quiero que el idiota de Des esparza rumores de que duermo con mi oso de peluche, la reputación que no tengo se desplomaría.

–Tus padres y tu hermana han salido de casa, tu madre me dijo que te despertara.– Dice encogiéndose de hombros, como si quisiera restarle importancia al asunto.

Me levanto de la cama y paso a su lado para abrir el armario y coger mi ropa, no puedo quedarme en pijama todo el día, mi madre me soltaría un aburrido discurso sobre qué sé yo y la importancia de ser femenina. 

–Quiero vestirme.– Le digo a Des con la ropa en los brazos mientras espero a que salga de mi habitación.

–Nadie te lo impide.

Será bicho el tipo este, no me queda otra opción que echarlo literalmente a patadas de aquí, no voy a permitir que me vea en ropa interior. Aún recuerdo el día que me lo encontré subido a una pequeña escalera que le permitía ver el interior de mi habitación, por suerte solo pudo ver desnudos mis pies, me estaba poniendo unos calcetines.

Una vez vestida me encuentro a Des en mi cocina comiendo, comiendo mi comida. Está comiéndose el último trozo de bizcocho de chocolate. Mi trozo.

–Oye, disculpe su alteza, pero esta no es su casa.– Digo quitándole el trozo de bizcocho de la mano y cortando el cacho que ha babeado para entregárselo de vuelta, los gérmenes me impiden comerme el trozo entero.

–No, pero puede que lo sea algún día.– Dice mientras se encoge de hombros y me mira levantando y bajando las cejas exageradamente. Repulsivo...

Ignoro su comentario y sigo desayunando, para mi desgracia él sigue vaciando mi nevera.

–Se me olvidaba.–Dice con la boca llena mientras busca algo en sus bolsillos.– Tu padre me dijo que te entregara esta nota.

Me estiro sobre la mesa para cogerla, básicamente dice que se han ido a un pueblo vecino, un amigo de mi padre los invitó a comer. 

–Genial, nos invitan a comer y me dejan aquí.– Me desplomo de nuevo en la silla sin ganas, me he quedado sin comida gratis.

–¡Mem! ¡Mem, mueve tu culo gordo y ábreme la puerta!– Grita Randy mientras golpea la puerta. Puede ser que Des la cerrara, con lo raro que es no me extrañaría que estuviera intentando secuestrarme en mi propia casa. Me levanto de la silla con pereza y le abro la puerta. Él entra como si de su casa se tratara y toma asiento mientras coge un zumo de la nevera. Después de ver cómo Des y mi primo se lanzan unas miradas asesinas respecto a la discusión de ayer, me siento en el medio de ellos.

–¿Qué planes hay para hoy? ¿Asustar a las nietas de Anne? ¿Joder más a Rose?– Pregunto con una sonrisa maliciosa mientras un montón de alocadas ideas pasan por mi cabeza.

–¿Tienes la cama hecha?– Pregunta Randy. Niego con la cabeza a modo de respuesta.– Genial, avísame cuando sea la hora de comer, hoy como aquí.

–¿Quién mierdas te crees que eres? Tienes casa, vete a comer a ella.– No puedo evitar seguirlo mientras se adentra en mi habitación y se mete en mi cama, tapándose con mis sábanas. Es un completo y desgraciado vago.

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