Capítulo 7: Por los Sharks(Ash)

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-¡ASH, SAL YA DE LA PISCINA O NO LLEGARAS AL INSTITUTO A TIEMPO!- Grita Ian desde la ventana de su habitación, pero gracias a que estoy nadando su grito se resume a un pequeño susurro, sigo nadando sin hacerle caso hasta que llego al otro borde de la piscina climatizada, asomo la cabeza para tomar aire y seguir nadando cuando me encuentro un Connor alegre tendiéndome la mano desde la orilla.

-¡Buenos días princesa!- Lo miro indignada y le contesto.
-¿Cuántas veces te tengo que decir que no me llames así?- Entonces se me viene a la mente una escena del anime Free! que estuve viendo ayer después del entrenamiento de baloncesto, haciendo que sea imposible no reírme.
- Vaya nadar por las mañanas te sienta bien.- Me dice Connor mientras me mira curioso mientras me seco.
-Si, eso creo.- Evito confesarle el fetiche que tengo con el anime de nadadores.

- Ya es muy tarde para que vayas andando o en el autobús al instituto.- Me informa mi vecino mientras coge su móvil del bolsillo trasero.-Llamaré a Dallas y en cinco minutos estaremos allí.- Dice mientras hace cálculos en su cabeza para averiguar cuánto tardaremos en llegar.- Cámbiate rápido mientras llamo a Dallas.- Me ordena mientras se queda en el pasillo.

Me adentro a mi habitación, me doy una ducha rápida y me preparo con unos jeans, una sudadera de Matt, no preguntéis qué narices hace en mi habitación porque ahora mismo ni yo lo sé, y las Converse blancas. Salgo al pasillo esperando encontrarme con mi vecino pero me sorprendo al no encontrarlo ni allí ni en toda la segunda planta. Bajo corriendo las escaleras con la esperanza que se encuentre en el salón, pero nada, opto por mirar en la cocina y lo que me encuentro hace que quiera matarlo y a la vez me da ternura.

-¿Qué has hecho?- Lo miro asombrada por el caos que provocó en tan solo diez minutos, cuando veo que va a contestarme, una bocina lo interrumpe.
- Vamos, corre, ese debe de ser Dallas.- Me dice mientras me empuja hacia la salida con una mano mientras que en la otra lleva una bandeja con tortitas y un termo con lo que creo que es un batido de Cola-cao.

Nos adentramos en el coche, Connor en el asiento del copiloto y yo en los asientos traseros.

-Oooo vaya, muchas gracias Connor.- Dice Dallas mientras intenta pillar el batido, pero su misión es fallida cuando de un manotazo su mano es brutalmente retirada de mi desayuno. – Quieto y arranca de una vez, vamos a llegar tarde.- Le dice molesto Connor- Esto es para Ash.- Y como suponía, mi querido vecino me hizo el desayuno, me lo tiende cuidadosamente hacia mi sitio.
-Muchas gracias Connor.- Agradezco contenta mientras le doy un beso en la mejilla.

Estaba tranquilamente devorando mi desayuno cuando una pregunta hace que me atragante.
- ¿Esa es la sudadera de Matthew?- Me pregunta Dallas mirándome por el espejo retrovisor. Trato de contestarle pero estoy intentando regular mi respiración.
- Puede.- Esa es mi respuesta, breve, fría y que deja que la imaginación de Dallas vuele.
-Esa no es una respuesta.- Dice molesto mientras veo cómo su agarre en el volante se intensifica.
– Hey hermano relájate, apuesto que es una sudadera de Ian.- Trata de tranquilizarlo Connor, pero no funciona ya que me vuelve a mirar por el espejo retrovisor con furia.

Una vez que aparca en el estacionamiento del instituto, bajo corriendo para chocarme con una zorra, pero no el animal, esa es una ternurita, la que tengo enfrente solo me causa asco.
- Mira por dónde vas animal.- Me dice muy enfadada Sarah, la gracia es que del choque solo yo me caí al suelo aunque era de esperarse, es decir, sus tetas operadas hacen que rebote cualquier cosa.
- OOooo mira.- Le digo con asco mientras agarro algo del suelo y me reincorporo.- Se te cayeron las extensiones.- Se las lanzo a la cara y corro a mi primera clase, no tengo tiempo para discutir con zorras.

Tras el aburrido documental de    , al fin suena la campana y salgo corriendo para chocar con ... Dallas. Menudo día llevo, pienso fastidiada.
- Necesito tu ayuda.- Y dicho esto me arrastra por los pasillos hasta meterme en el baño de los chicos.

ExitiumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora