-Te perdonaré, pero escúchame Pedro, es sólo porque llevas muchos años a nuestro servicio el cual es el mejor, pero esto te costará. –Dijo Andrés el padre de Emiliano- Mi esposa está muy molesta y te aconsejo que ni se te ocurra comunicarte con Danna, ahí si podrías perder tu trabajo y no podría ayudarte.
-Discúlpeme señor, de verdad, le prometo que no habrá otro percance igual, pero si me permite...
-No te permito, voy a ver cómo está mi hijo.
Caminó hasta la habitación en donde estaba su hijo, allí en la puerta estaba su esposa y el doctor.
-¿Cómo está Emiliano? –llegó y sobó la espalda de su esposa-
-Le decía a su esposa Sr Suarez, que lo que pasó, lo que presenció Danna fue un shock anafiláctico, es una reacción alérgica muy fuerte, al parecer Emiliano es alérgico al analgésico que se le administró, pero logramos combatir la alergia rápidamente con Adrenalina, por suerte no pasó a mayores, está mucho mejor, despertando de la anestesia. Por cierto, la operación fue todo un éxito, esperemos que pueda ver claramente.
-Gracias doctor. –Agradeció Andrés- ¿Saldrá pronto de aquí?
-Estará aquí una semana más o menos, después podrá irse, pero tendrá que permanecer en descanso, sin salir, la luz le puede hacer daño, así que tendrá que ir de a poco con la luz.
-Está bien y doctor, ¿Podemos verlo? –Preguntó Manuela-
-Claro que sí. Pasen, como les decía ya está despertando.
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Después de sepultar a Doña Julia, la familia se concentró en Francisco, que seguía preso con juicio para algunos días después.
Los días para la familia y más aún para Danna, habían sido duros, pero ella seguía aferrada de la mano de Dios.
Sus hermanos la llevaron a visitar a su padre, después de dejar a Aarón con Susan.
Esperaban juntos en los sillones de secretaría, ella tenía la cabeza recostada en el hombro de Leonel y su mano izquierda entrelazada a la de Juan Pablo.
-¿Estás mejor hoy? –Le preguntó Juan Pablo-
-Si. –Sonrió, pero su cara demostraba lo contrario, se veía cansada e hinchada de llorar-
-¿Te han llegado noticias ya de Emiliano?
-No. –Suspiró- Nada aún.
-Estoy molesto con esa señora que te trató tan mal. –Dijo Leonel con el ceño fruncido- No tenía derecho, es que cuando me acuerdo me da tanto coraje de verdad.
-Tranquilo Leonel, ella estaba en su derecho. –Dijo ella volviendo a suspirar- Estaba molesta, le oculté que operarían a su hijo, es normal que se ponga así.
-Pero el culpable es ese niñito, por pedirte que no hablaras.
-No es culpable, nadie es culpable. –Dijo serena- Sólo espero que esté bien, de corazón.
-No te preocupes, estará bien. –la animó Juan Pablo-
-Visitas para el señor Suarez. –llamaron-
Después de una revisión, los dejaron entrar al lugar en donde se encontraba su padre. Detrás de unas rejas y con el mismo traje, sin saco ni corbata y sentado mirando hacia el piso.
-Suarez. –Dijo el policía y este alzó la cabeza- Tienes visitas.
-Hijos. –Dijo mientras se levantaba con una sonrisa-
-Papá. –Dijo Danna corriendo a las rejas- ¿Podría abrirla por favor? –Dijo mirando al policía-
-Seguro. –le sonrió este- Si así me lo pidieran siempre. –Dijo riendo mientras abría la puerta- Sólo un par de minutos. –Dijo volviendo a su postura seria-
-Hija. –Dijo recibiendo el abrazo de su hija- Lo siento mucho. –Dijo abrazándola con fuerza- Doña Julia era una muy buena mujer.
-Está bien. –Dijo ella mientras se alejaba con lágrimas en los ojos.- ¿Cómo estás tú? –Dijo mientras le acariciaba el rostro examinándolo-
-Estoy bien, dentro de lo posible. Quería verte, pero no quería que entres a este lugar. –Dijo besándole las manos-
-Papá. –Lo saludó Juan Pablo con un beso en la cabeza-
-Hijo. –Le sonrió- ¿Cómo está Susan?
-Está bien. –Le devolvió la sonrisa-
-Hola papá. –Se acercó Leonel a darle un abrazo-
-Hijo.
-Papá, están en la investigación, lo que pasa es que todos los movimientos fueron a nombre de la empresa de la cual eres dueño, o sea a tu nombre también. –explicó Juan Pablo-
-Hijo, sabes muy bien que no tengo idea de esto. Jamás haría algo así, es de moral. Además en la empresa nos va muy bien, no tengo porque hacer esas cosas.
-Lo sabemos papá. –Dijo Leonel- Tenemos sospechas de algunas personas en la empresa. ¿Firmaste cosas sin leer últimamente?
-No recuerdo. –Dijo intentando hacer memoria- Si, de hecho la secretaria de Hugo estuvo mucho en la oficina y firme algunas cosas sin leer.
-¿Por qué no leíste papá? –Dijo Juan Pablo con el ceño fruncido-
-Hugo siempre ha sido de confianza, lleva años trabajando con nosotros.
-Ese tipo nunca me cayó bien. –Dijo Leonel-
-Hablaremos esto con nuestro abogado y lo incluirán en el caso, harán las investigaciones necesarias. – Concluyó Juan Pablo-
-Confío en ustedes. –miró a sus hijos- Y Mi hijita. –Dijo mirándola con cariño- Estando aquí reflexioné mucho sobre lo mal que estuvo todo lo que te hice todo este tiempo hija, perdóname de corazón. –Dijo con lágrimas en los ojos-
-No tienes que disculparte papá, antes de que lo pidieras ya te había perdonado, te amo mucho, y estoy agradecida con Dios por darme un padre como tú. –Dijo lagrimeando también-
-Hija. –La abrazó fuerte- Yo le debo mucho a Dios por que no me merezco esta hija que me ha dado. –Dijo mirándola mientras le acariciaba el rostro- Sé que estos días la has pasado mal, sé lo de Emiliano también y daría lo que fuera porque no sufrieras todo esto.
-No te preocupes papá, Dios siempre nos da el peso que sabe que podemos llevar. Y no te preocupes, tengo mucha fe en que saldrás de aquí pronto, estoy orando y la Iglesia también, Dios oirá nuestras oraciones.
-Muchas gracias hija. –le besó la frente- Te amo mucho. Los amo a todos muchísimo.
Se abrazaron entre todos.
-Llévense a su hermana de aquí por favor. Me encantaría estar más tiempo con ustedes, pero no es un buen lugar.
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-Dios eterno. –empezó el Pastor- Gracias por tu fidelidad, por siempre estar para nosotros. Reconocemos que eres Dios allá arriba en los cielos y aquí en la tierra, venimos ante ti, en el nombre de tu hijo amado, Jesucristo. Hacemos este ayuno con una petición muy especial Padre. Te pedimos por el papá de nuestra hermana Danna, por Francisco Torres. Señor sabemos que tu voluntad es perfecta, mira padre que está preso injustamente, te pedimos de corazón que trates con él allí donde está para que pueda reconocerte y aceptarte como el Señor y Salvador de su vida, es lo más importante, te pedimos por su libertad espiritual y física padre, haz como tengas que hacer Dios Santo, convierte su corazón de piedra en uno de carne sensible a tu voz...
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Pasaron 3 días, de intensa oración e intercesión por Francisco, quien si lo declaraban culpable, estaría en prisión de 5 a 15 años.
La noche antes del juicio, Francisco no pudo dormir de la preocupación, así que agarró la biblia que su hija le había llevado el día anterior.
-Dios, si es tu palabra, háblame personalmente por medio de ella. –Pidió antes de abrir la biblia-
Abrió la biblia en Hechos 16
-El cual recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo. –empezó a leer- Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron...
Terminó de leer el capítulo completo y se fue en llanto.
-Señor, independientemente de lo que pase mañana, quiero entregarte mi vida, hoy y todos los días de ella, así como el carcelero, quiero bautizarme, creo en ti, y quiero que entres en mí, vivas en mí, Dios. Y gracias por responderme. Gracias, gracias. –Decía arrodillado, con las manos alzadas y con lágrimas en sus ojos- Te amo Dios.
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-Necesito que Danna esté aquí. –Dijo Emiliano, después de varios días de haber despertado, por fin le quitarían las vendas de los ojos y quería que Danna esté en ese momento-
-Danna se fue y no volverá. La despedí hijo. –Le explicó su madre-
-¿Por qué? –Preguntó desconcertado-
-Nos ocultó esto tan importante, puso tu vida en peligro.
-No, haber mamá, necesito que entiendas algo, yo soy mayor y esto fue algo que quise hacer yo, ella no quería que lo hiciera, de hecho yo le prohibí que les dijera algo, ella no estaba de acuerdo, pero le hice prometerlo. Ella no es la culpable, yo soy responsable de todo esto.
-Hijo, no comprendes, igual debió decírmelo.
-Mamá, estoy muy agradecido por Dios por poner a Danna en mi camino, y quiero que esté en un momento tan importante para mí, ella me ayudó muchísimo, me presentó a Cristo y desde entonces soy otra persona, quiero que esté aquí por favor.
-Esto va más allá ¿Verdad? ¿Te enamoraste de ella?
-No te voy a mentir, si, la quiero.
Su madre suspiró.
-La llamaré.
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Entraron a la corte, ella, sus hermanos, Susan y Laura, se sentaron en el lado de Francisco. El juicio empezó, celulares apagados, silencio absoluto. Danna cuando vio entrar a su padre en la sala, vio algo distinto en él, en su mirada.
Todo parecía implicar a su padre, lo cual le preocupaba en gran manera.
A mitad del juicio llegó información sobre el caso, la investigación sobre Hugo Cordero había llegado, entregaron la información al juez, quien la examinó.
-La Suprema corte del Ecuador declara a Francisco Suarez..... -decía el juez-
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