Capítulo 10

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-Juan Pablo, ¿le diste la lista a tu hermana? –Dijo Francisco mientras comían-
-Si de hecho puse algunas en otros lugares pero ella me aseguró que quería quedarse aquí, lo cual me tranquiliza mucho.
-A mí también, hubiese odiado que se fuera.-dijo su padre-
-Oye Juanpa ella me comentó que fueron a la Iglesia junto con Susan. –Dijo Leonel-
-Si, cuéntanos cómo fue. –Dijo Laura-
-Fue grandioso, me sentí tan cómodo en ese lugar, ¿cierto cariño?
-Sí, me recordó a la Iglesia a la que asistía en mi pueblo, es muy acogedora.
-¿Qué te parece si vamos un día? –Dijo Laura mirando a su esposo-
-Está bien, no hay problema, si quieres ir, iremos.
-Después fuimos a comer con la abuela de Danna y su hermano en el parque, fue muy bonito, y la señora cocina riquísimo. –Dijo Susan-
-Sí, es cierto. De hecho también fue este muchacho, ¿cómo es que se llama? –Dijo Juan Pablo preguntándole a su esposa-
-Oh, ¿Emiliano? –Dijo un poco nerviosa conociendo a Leonel y cómo se pondría-
-¿Emiliano? –Preguntó rápidamente Leonel-
-Es el chico ciego al que cuida, es un buen muchacho. –Dijo Juan Pablo con tranquilidad- Y Danna se lleva muy bien con él.
-¿Qué tanto? –dijo Leonel frunciendo el ceño- Susan tú no mientes, ¿es guapo?
-¿Qué? –Dijo Susan casi atragantándose-
-Que si el muchachito es guapo.
-Yo, este... se podría decir que sí, tiene unos ojos muy lindos.
-Es cierto, son un celeste muy chévere. –Dijo Juan Pablo-
-Así que a mi hermana le gusta el ciego.
-¡Leonel! No le digas así. –Dijo su madre-
-¿Lo vas a defender? –Dijo frustrado- ¿Te estás riendo? –Dijo viendo a su padre-
-¿Es enserio Leonel? –Dijo su padre riendo- No puedo creer que ya celes a tu hermana.
-Oye, tantos años que pasé queriendo una hermana y hace unas semanas recién la conozco y un chico ciego pasa con ella más tiempo que nosotros, y tras eso el ciego es guapo. –todos rieron- Eso, búrlense, pero si el ciego mañana viene a pedir la mano de mi hermana no se la voy a dar. –Rieron todos con más ganas-
-Hijo. –Sonrió su mamá- Debo confesar que es tierno que celes a tu hermana, pero tú no le puedes negar la mano de tu hermana a nadie. Tu padre sí.
-Bueno, entonces si llega a venir le cierro la puerta en la cara.
-Cállate papanatas. –Rio Juan Pablo- Eres un ridículo, si a mi hermana le gusta no pasa nada, ya es mayor y créeme sabe perfectamente lo que le conviene y lo que no. Y a mí me cae bien el chico.

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Martes, Consultorio del doctor Acosta.

-Bueno Emiliano, pareces estar muy sano, tienes todo muy bien y tengo lacerteza de que la operación será un éxito.
-Me alegra mucho oír eso doctor. –Dijo sonriendo-
-Entonces programaré la operación para este viernes, aprovecharemos a unosexcelentes cirujanos estadounidenses que están por aquí. Ahora estoyescribiendo una hoja de recomendaciones antes de la operación, se lo daré aDanna. Son cosas importantes que tienes que hacer Emiliano. –le entregó la hojaa Danna-
-No se preocupe Doctor. –Dijo Danna-
-Los veo el viernes, tienen que estar aquí a las 9am.

Salieron del consultorio y Emiliano sólo podía estar muy feliz.

-Estás muy feliz. –dijo Danna mirándolo sonriente ella también-
-Sí que lo estoy, es una oportunidad muy grande Danna. Y pues a pesar de queestoy muy emocionado, sé que la última palabra la tiene Dios.
-Me gusta mucho oírte hablar así. –Le sonrió- Y tienes razón, que se haga lavoluntad de Dios.
-Dame tu mano. –le pidió Emiliano y ellase la dio, él las entrelazó- ¿Podrías orar por mí?
-Lo hago desde que te conocí Emiliano.

Él conmovido por sus palabras, solo pudo darle un beso a la mano que le teníaagarrada. Pero de repente un celular comenzó a sonar.

-Lo siento es mi cuñada. –dijo Danna mirando la pantalla-

Llamada*
-Hola Susan. –Le saludó Danna-
-Danna. –Dijo Susan llorando-
-¿Que pasa Susan, porqué lloras? ¿Estás bien? –Preguntó completamentepreocupada-
-Danna estoy sangrando, Danna mi bebé. –Decía llorando desconsolada y con lavoz temblorosa-
-Quédate tranquila voy para allá, respira, llego en unos minutos.

Cortó la llamada*

-Emiliano, tengo que irme, mi... mi cuñada... está embarazada y está sangrando.
-Vamos, te acompaño, coge un taxi.

Amor InvidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora