Capítulo 21

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- Bueno Darren cuéntanos. ¿Qué tal por Europa?- Toda la familia está en el loft, Alex quedará con Sarah más tarde no deja de darle vueltas a esa sorpresa, y lo peor de todo es que su madre tampoco quiere decirle nada.

- Por Europa genial Richard, un tiempo maravillosa y las personas muy simpáticas.

- Todavía me acuerdo de mi viaje a Italia, conocí a una chica que...- Castle se da cuenta de la mirada que le echa Kate.

- No importa.

- No Castle, ¿qué pasó con aquella italiana?- Los tres hijos, Alexis y Darren miran a Rick el cual ha empezado a sonrojarse.

- No pasó nada importante, vamos a seguir comiendo.- Beckett mira a sus hijos, cada uno especial y los tres adultos; echa de menos aquellos días en que les acunaba.

- Mami, quiero hacer pipí.- Katie ha comenzado a hacer un bailecito porque ya no se aguanta más, Darren se levanta y la lleva al baño.

- Tu marido es increíble Alexis. Y muy guapo.- Johanna le da un codazo y Alexis sonríe.

- Tienes razón, ¿por qué tardaste tanto en casarte con él?- Alexis, Beckett y sus tres hijos le miran con la boca abierta.

-¿Qué?- Castle no entiende esa expresión por parte de su familia.

- ¡¿Me lo estás diciendo en serio papá?! Tú fuiste el que dijo que teníamos que esperar otros dos años; eres increíble.

- ¡Eso no es cierto! Beckett, díselo.- ésta se ha vuelto a meter en la pelea padreVShija y no le apetece.

- Chicos relajaos, hoy estamos aquí para disfrutar; así que dejad de ser unos niños.- Darren vuelve con Katie, la niña da pequeños saltos hasta llegar donde tiene sus juguetes.

-¿Me he perdido algo?- Todos se echan miradas y ninguno se atreve a contestar, nadie excepto Johanna.

- Estábamos hablando de que tienes que enseñarnos las fotos de tus viajes.

-Johanna cielo, Darren no se va fuera para disfutar; se va por trabajo.- Beckett se da cuenta de que Alex está distraído y sabe por qué; la sorpresa se la tiene que dar Sarah.

En ese momento llaman a la puerta, Alex es el que se levanta con la esperanza de que sea Sarah pero al abrir se encuentra con otra persona.

-Kevin, hola, ¿qué te trae por aquí?- Éste tiene el rostro serio y triste a la vez.

- Hola Alexander, dime que mi hija está aquí.- Alex asimila esas palabras, mira a Ryan.

- Pues no, no está. Iba a quedar esta noche con ella.- Rick y Kate se levantan y se acercan a la puerta.

- Hola Ryan, ¿qué ocurre?

- Sarah no ha llegado a casa, le hemos llamado a su móvil y hemos ido a su apartamento. No la encontramos.

Alex no quiere escuchar, coge su móvil y llama a Sarah, nada no contesta; vuelve a intentarlo con el mismo resultado.

- Tranquilo Kevin, la encontraremos. Además, ¿dónde ha podido irse?- Alex piensa en Washington pero descarta esa idea, se supone que Sarah se va en dos días.

- He recurrido a vosotros porque Kate tu estás en la comisaría y a ti Alex porque estás saliendo con ella, ¿de verdad no sabes dónde está?

- Si lo supiese ya habría ido a buscarla Ryan, de verdad. No te preocupes, no descansaré hasta dar con ella.

Mientras tanto, en una casa abandonada...

Sarah se despierta confusa, apenas hay iluminación en esa habitación.

-¿Dónde estoy?- Sarah se da cuenta de que está encerrada dentro de una jaula; ¿quién le habrá encerrado ahí?

- Vaya vaya, la princesita ya ha despertado.- Sarah no puede verle la cara pero la voz es de una chica.

- ¿Quién eres? ¿Por qué estoy aquí?- La chica enciende una pequeña lámpara para que su presa le mire.

-¡No puede ser! ¡¿Tú?!

- Yo también me alegro de verte Sarah.- ésta no puede creerse lo que está viendo, ¿por qué esa chica?

- Leo, ¿qué narices te pasa? ¡Sácame de aquí!- Leo se agacha y mira fijamente a Sarah.

- Lo siento querida ex inspectora, pero no puedo hacer eso. Si te suelto volverás a los brazos de Alexander y él va a ser mío.

- ¿Todo esto es por él? ¿Desde cuándo te interesa?

- Desde el primer día que empecé a trabajar como becaria; sé que Beckett te ha vuelto a readmitir y eso no va a ser posible.

-¿Vas a matarme?

-¡Oh querida no! De momento te necesito viva. Y ahora vuelve a dormir.- Leo le inyecta algo y Sarah vuelve a cerrar los ojos lentamente.

Incluso en los peores días es posible la alegríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora