Capitulo 8

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*Anunciadora de Altaira

No he podido despegar la mirada de la esfera brillante que cada vez que levita emite sus sonidos de campanillas, emite una tranquilidad que hace que todos los presentes se relajen, menos mi madre por supuesto.

-ES LA DIOSA, ALTAIRA! HAZ UNA REVERENCIA, TOCA LA ESFERA, DI ALGO! - Mi madre grita eufórica y cualquiera la creería una demente.

Todos la miran dolidos, mi madre esta absorta en la esfera y no deja que los demás padres se acerquen a la misma. Los niños se acercan a mí y a la esfera, todos quieren verla y la mayoría muestra su alegría al poder ser elegidos, segundos después esta comienza a moverse sobre la cabeza de todos nosotros y los padres gritan como si nos estuviera comiendo vivos. Al parecer no le gustan los gritos porque comienza a emitir unas ondas que hacen que los adultos hagan silencio y justo después, se hace un poco más grande, mi corazón se siente decepcionado, no es la Diosa Ume, quizá sea una broma de algún adulto para asustar a los padres de los demás niños y matar de un infarto a mi madre. En vez de la Diosa, aparece una figura femenina no más grande que una mariposa, cubierta de un vestido azul cielo, con motas blancas que parecen nubes, su cabello es largo y blanco, no lleva zapatos per si un aro en la espalda de ella, haciendo que se vea aún más pequeña. Sus ojos son muy parecidos a los de los elfos y sus labios son muy carnosos y rojos.

-Es una anunciadora.

Mi abuela ha hablado esta vez, y se agacha para ayudar a mi madre y a otras que no dejan de llorar por temor de sus hijos e hijas.

-Anunciadora? –Pregunto mirando a mi abuela.

-Sí, las anunciadoras son las voceras de la Diosa Ume, ellas atraviesan el portal cuando ella desea enviar un mensaje y por algún motivo no puede entregarlo ella misma.

La anunciadora asiente con su cabeza a todas las palabras de mi abuela, y sigue moviéndose sobre todas las cabezas de los niños, incluso sobre la mía.

-A mí! Elígeme a mí! –Grita una niña regordeta y con cabello rizado a mi lado.

-No, a mi mejor! – Grita una segunda niña más alta que nosotras.

La anunciadora sacude su cabeza y señala su cabeza, luego posa un dedo sobre sus labios pidiendo silencio y acto seguido hace aparecer un trozo de papel frente a ella. Se lo entrega a mi abuela y esta al leerlo palidece, dejando que mi madre lea su contenido y todos los demás que están cerca también, soltando un suspiro de alivio la gran mayoría. Mi madre sufre un desmayo cuando siento como la anunciadora se posa sobre mi hombro derecho: Yo soy la elegida.

*Anunciadora de Chariot.

Sigo dando saltos alrededor de la esfera de luz, y esta al parecer le gustan ya que se mueve a mi compas y emite más sonidos de campanillas haciendo que todos se queden boquiabiertos. Salgo en búsqueda de mis primas y hermana para que bailen conmigo, pero esta última retira su brazo tan bruscamente que me hace caer.

-Charize que pasa contigo?! –Pregunto ya un poco molesta por la actitud de mi hermana.

Ella trata de huir pero yo la atrapo y caemos ambas al suelo, me subo sobre ella y no dejo que se mueva, estoy muy molesta pero no voy a hacerle daño, solo quiero saber que le pasa y al parecer ella entiende esto, porque me propina un golpe en la cara y me tumba poniéndose sobre mí y lanzándome bofetadas. Nuestros padres tratan de alejarnos, pero estamos tan unidas con las manos que no pueden hacerlo sin lastimarnos más de lo que ya estamos.

-NO TE DAS CUENTA DE QUE SERAS TU LA ELEGIDA Y ME ABANDONARAS? Yo nunca tuve oportunidad, no soy como tú! – Charize me grita todo esto muy cerca de mi cara, mientras ambas lloramos.

La esfera emite un sonido que hace que todos nos calmemos y Charize se baja de mi cuerpo, quedándose a mi lado mientras no hace más que abrazar sus piernas. –Yo sé que la esfera es la Diosa, pero tú ya decidiste por ella en que fuera yo? Tú también puedes ser elegida tonta!

-Es una anunciadora – Dice mi madre mirándome.

Justo en ese momento, la anunciadora crece un poco de tamaño y vemos la figura femenina, cubierta por un vestido muy corto y rojo, al igual que sus finos labios. Tiene el cabello blanco y ojos estirados y oscuros como los de un elfo, lleva sobre ella un aro, y me da tristeza ver que no lleva zapatos, aunque supongo que no los utiliza.

-A que ha venido? –Pregunto, mientras seco mis lágrimas y me alejo de mi hermana.

-Ella ha venido a entregar un mensaje de la Diosa, cariño. La Diosa la ha enviado de su parte para entregar seguramente un mensaje de ella. – Y mientras mi padre me explica, la anunciadora asiente y le entrega un papel a ellos.

Mis padres lo leen y se miran fijamente, se ven felices pero al mismo tiempo sus caras reflejan dolor, eso lo sé muy bien.

-Te han elegido a ti Chariot- Dice mi madre mientras la anunciadora se posa en mi hombro derecho y Charize sale corriendo de casa dando un portazo.


*Anunciadora de Enora

Sigo sin poder soltar la foto en la que se muestra a la niña cogida de las manos con mis padres, la esfera brillante esta frente a mí, y sus campanillas calman un poco mi mente. Puedo voltear y ver como Phue mira aterrada la escena, yo descubriendo algo que seguramente no debería, la Diosa llegando para levarme con ella, el desorden que deje y mi proximidad a la esfera, Phue no se ha movido y su cara cada vez de desfigura más y más.

-E...e...est....esta...pa...passsss...pasando de nuevo!

Es lo último que grita antes de caer desmayada en el suelo. Yo corro hacia ella aun con la foto en mis manos, y me agacho, llamándola por su nombre y pidiéndole que reaccione, que no me deje abandonada también. La esfera parece comprender mi preocupación, se acerca y cobra forma de una pequeña mujer no más grande que mi mano, con un hermoso vestido largo y blanco, al igual que su cabello. Sus ojos son como los de elfos, y su boca es una pequeña línea delgada, tan delgada como el aro que lleva sobre su espalda.

-Tú no eres la Diosa... quién eres? –Pregunto con tono triste.

Ella niega con la cabeza y me transmite de alguna manera algo que ya he escuchado antes, la palabra "Anunciadora", yo asiento y ella hace que Phue levite hasta llegar al sofá, posándola suavemente sobre este. La anunciadora busca alrededor de toda la casa y al final vuelve a mi lado, flotando sobre mi querida niñera y señalándola, luego señalando toda la casa y encogiéndose de hombros.

-No, ella es la única adulta aquí, no puedes llevártela...

Ella niega y aparece un papel frente a ella, lo deja sobre las manos de Phue y se posa sobre mi hombro derecho.

-Y ahora qué hago? –Le pregunto.

Ella me señala el sillón, supongo que me indica que me siente y espere a que despierte Phue, o a que llegue la Diosa. Debo ir a recoger el regalo que estoy haciendo para ella antes de que llegue, pero no me atrevo a dejar sola a mi niñera.

-Soy la elegida? Alguien más vendrá? Te gustaría tomar o comer algo?

Al parecer son muchas preguntas porque a medida que voy diciéndolas ella asiente, luego niega y vuelve a negar, así que mi deseo se hará realidad: Soy una de las cinco elegidas por la Diosa.

La Corona de la DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora