(Parte 2)
El hombre enojado vio su reacción, molestándose aún más; él no tenía por qué estar ayudando a jóvenes desconocidos que no sabía nada sobre lo que ocurría.
—Por eso es mejor que los que no son como nosotros se vayan ahora —dijo asegurando la puerta, dirigiéndose a la cocina.
—Se los dije —susurró la joven mientras seguía a su amigo, sonriendo malvadamente.
Adrett la siguió con la vista sorprendido, pero luego arrugó el ceño molesto.
—¡Que! Nos iremos así de fácil, nos cansamos al venir y solo porque esos idiotas lo dicen lo haremos —dirigiendo su mirada hacia al joven sonriente que no se había movido de su lugar—. Sin ofender —rectificó.
—No hay problema —aclaró sonriente—. Les prometo que la encontraremos, cueste lo que cueste.
La joven delgada regresó nuevamente y dio una sonrisa socarrona al verlos aún allí.
—Empezando a hacer amigos. Nunca pierdes el tiempo, pero deja de darles ilusiones. Que todos tus amigos siempre mueren, así que no hay muchas esperanzas.
Negó con la cabeza divertida como si eso pudiera ayudar con lo débiles que sentía sus invitados. En ese instante entró nuevamente el hombre más que molesto, inspeccionó a cada uno de ellos tratando de entender su necedad.
—Les dije que se fueran y si quieres acompañarlos Declan, por mí no hay problema las puertas están abiertas para ti también.
El joven lo vio enfadado por lo que acaba de escuchar, detestaba que lo llamarán así; le había dicho millones de veces a su compañero amargado que prefería que lo llamaran Dick, era más corto y se oía mejor.
—Pero nos podrían ayudar —insistió tratando de convencer a su amigo.
Arlhene se secó las lágrimas tratando de ser fuerte, sabiendo que no podía contar con desconocidos sin contar a Brentt y su amiga.
—No necesitamos de su ayuda, podemos buscar las respuestas por nuestra cuenta.
Y al ver como salía la joven, todos sus amigos la acompañan sin vacilar. Dick, el joven sonriente salió después de unos minutos y sin pensarlo les siguió a paso acelerado.
—No deberías seguirnos, ellos son tus amigos, deberías quedarte con ellos —sugirió Arlhene al verlo de reojo.
Dick le detuvo y la vio con un gesto de cariño y regalándole una bella sonrisa.
—No importa. —Necesitaba convencerla que él no era como ellos— Y ellos no son mis amigos, solo están un poco molestos ya se les pasara.
Arlhene asintió sintiendo algo de alivio, en el fondo sentía que ese joven que no paraba de sonreír podría ayudarlos en gran parte. Siguieron caminando y esta vez el joven fue su guía.
Después de tanto caminar no sabían a donde ir; no podían regresar a su casa porque ¿qué les dirían a sus padres? Sin embargo le seguían el paso al joven sonriente que no perdía los ánimos. Él si sabía a dónde dirigirse, se paró en una casa no muy agradable, algo espantosa y oscura.
—No enciendan las luces y caminen con cuidado —informó al entrar a la casa.
—¿Y no es la casa de alguien? —comentó Nick con un poco de extrañes.
Nick que era el más educado de todos, era el menos indicado para ingresar a la casa de un desconocido. Eso le daba mucho pánico.
—Mía —dijo Dick sonriente y con buena actitud— ¿No les parece bonita?
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Teorías
Science Fiction[Primer libro] |•Trilogía, Las teorías para sobrevivir •| La tranquilidad y porvenir del futuro se verá afectado por un extraño virus que a su vez captará la atención de un grupo de jóvenes curiosos. En su expedición conocerán a un equi...