Dick se puso de pie después de haber descansado un poco, Feeryin en pocos minutos curó su tobillo.
Se acercó hacia Arlhene que intentaba en vano consolar a Mason.
—Lamento lo sucedido —admitió al llegar con los dos jóvenes—. Creo que poco a poco aprenderemos a vivir con ello.
El joven seguía con la cabeza inclinada hacia abajo, no tenía lo suficiente valentía para verles de frente.
—No tienes por qué preocuparte. No le harán daño, fue petición del niño —informó Arlhene.
Puso su mano en el hombro de su amigo, ya no recordaba cuando fue la última vez que le dio ánimos a su compañero de clase.
Al chico rudo, ni siquiera Nick le daba ánimos. Jamás se arrepentía de lo que hacía; porque para todos, sus actos tenían una buena razón.
Asintió levemente después de unos minutos, la vio de frente intentado no hacerle efecto lo sucedido. En verdad quería que ellos, sus compañeros y amigos de Nick, no creyeran que le caía mal, uno de los rumores del instituto. Rumores que solo quedaban entre compañeros, porque era una infracción, que se pagaba con rehabilitación.
—Y qué ha pasado con ese niño. Es muy extraño —apenas pudo decir.
La joven volteó a ver hacia la dirección del pequeño.
—Más de lo que esperamos, pareciera que sabe más de lo que nos dice.
En ese instante entraron Zahir y Rich algo apresurados, los vieron con el ceño fruncido. Les parecía que estaban en una tipo excursión, y no en busca de salidas.
—Es hora de irnos ya es muy tarde. Solo quedan seis horas —dijo Zahir viendo a todos los presentes.
No tenía expresión alguna. Muchas veces intentó ser muy estricto y enojado, pero eso ya no estaba funcionando. Debía cambiar de estrategias, debía alearse con sus enemigos, debía salir de ahí. Eso era lo que tenía que hacer y a la vez temía por ello. No les quedaba mucho tiempo, y era demasiado tarde.
Los jóvenes sólo se limitaron a verle detenidamente cada una de sus facciones. Nadie decía nada, nadie quería hacerlo. El niño se acercó a él, muy cuidadosamente.
—No me digas que quieren irse ya —dijo el estar frente a él.
Zahir negó levemente con la cabeza. Cuando no quería pelear, aparecía un pequeño niño queriendo salirse con la suya.
—¿Y qué es lo que quieres? —Hizo una pequeña pausa—. ¿Qué nos quedemos viendo como nos matan?
Rich puso los ojos en blanco, estaba cansado que su amigo se pusiera a pelear. Y sobre todo con un niño, que parecía tener menos de seis años.
—No. No me refería a eso —dijo alejándose—. Aún les falta mucho para salir de aquí. Y sí llegan a ese punto, sólo harán que los maten despiadadamente.
Al instante, todos intentaron descifrar lo que aquellas palabras significaban.
—¿A qué te refieres? —inquirió Dick confundido—. ¿Acaso no podremos salir? ¿Acaso no hay salida?
El niño negó sonriente, le parecía demasiado gracioso que el joven que nunca dudaba de sí mismo, lo estuviese haciendo en ese momento. Cuando estaban a punto de llegar al final del camino que suponían era su salida.
—Para poder salir necesitan de tres cosas. Una de ellas ya la tienen, la otra está en el edificio Cisma, la división de las cuatro partes de la ciudad. Necesitan entrar ahí, al final del lugar la encontrarán, y ahí tendrán que hacer todo para salir.
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Teorías
Fantascienza[Primer libro] |•Trilogía, Las teorías para sobrevivir •| La tranquilidad y porvenir del futuro se verá afectado por un extraño virus que a su vez captará la atención de un grupo de jóvenes curiosos. En su expedición conocerán a un equi...