15| Peticiones Indebidas

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SeokJin estaba hecho bolita debajo de sus cobijas, sollozaba, todo el día anterior había estado llorando por haber recordado a su padre, se durmió soñando que un día podría volver a estra junto a él pero había despertado por la realidad en la cual...

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SeokJin estaba hecho bolita debajo de sus cobijas, sollozaba, todo el día anterior había estado llorando por haber recordado a su padre, se durmió soñando que un día podría volver a estra junto a él pero había despertado por la realidad en la cual jamás volvería a verlo. Se sobresalto al escuchar el sonido de la puerta.

—¿Q-quién?— preguntó tímidamente intentando mejorar su aspecto, aunque no podía verse imaginaba que debía estar "hecho un desastre".

—Soy yo, Yoongi, ¿Puedo pasar?— preguntaron amablemente del otro lado de la puerta.

El menor se levantó como pudo, rápidamente abrió y lo primero que hizo fue aferrarse al cuerpo ajeno pero se alejó de inmediato recordando que había rechazado al mayor cuando esté solo quería consolarlo.

Yoongi observo con ternura al menor, lucía tan apenado, no le iba a decir lo que debía decirle, no lo preocuparía ya que su madre estaba mejor pero estaba internada, se guardo todo eso para si mismo, se acercó al castaño, volviendo a envolverlo en sus brazos, permitiéndose respirar su aroma.
—Está bien, puedo ser tu pañuelo, cuando me necesites estaré para ti, por favor, no vuelvas a apartarme como lo hiciste ayer, quiero compartir tus tristezas al igual que tu felicidad, quiero ser parte de tu mundo.

SeokJin dejo reposar su rostro en el pecho del mayor, relajo sus brazos en la espalda ajena pero fue alejado con cierta brusquedad que lo desconcertó.
—¿Y-yoongi?

No es que el rubio quisiera lejos al menor pero tenerlo tan cerca lo volvía loco, toda su cordura poco a poco se estaba acabando y terminaría haciendo algo malo, quería lanzarse sobre Jin y marcarlo como suyo de mil maneras. Con ese retorcido pensamiento luchaba cada día porque quería ser una mejor persona y aún así el deseo era fuerte hacía la persona que le gustaba.

Sonrió acariciando la suave cabellera castaña. —Lo siento, es solo que si sigo a tu lado podría lastimarte, quiero tocarte y eso no está bien.

Se levantó con todo el dolor del mundo admitiendo sus sentimientos pero tenía que poner una considerable distancia, Jin no era como él.

—Entonces... tócame— murmuró el menor pero no lo suficientemente bajo ya que fue escuchado con claridad por él mayor. Yoongi volteo rápidamente pudiendo apreciar el bonito rostro sonrojado del menor.

¿Había escuchado bien?

—¿Sabes lo que eso significa?— preguntó Yoongi con un hilo de voz, estaba emocionado pero no quería aprovecharse del menor, lo quería tanto que siquiera tener pensamientos sucios sobre él, lo hacía sentirse mal. SeokJin era alguien tan puro e inocente y no estaba preparado para marcarlo de sus cicatrices que llevaba en la piel.

Paso sus dedos sobre los temblorosos labios del castaño, los reposo ahí varios segundos hasta que él menor susurró contra los dedos del mayor.

 —Sé lo que eso significa... así que por favor, Yoongi tócame como lo desees.

En tu mirada| YOONJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora