Un chico ciego que conoce el mundo a través de los ojos de un delincuente.
◕ Errores de ortografía y de narración.
◕ Historia totalmente de mi autoría; prohibida su copia; adaptaciones solo con permiso.
◕ (2018)
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—"Hazme capaz de dibujar tu cara en mi cabeza"— menciona Jin con los ojos cerrados.
—"Mi egoísmo que no puede dejarte, se convirtió en una obsesión que te encarcelo"— contesta Suga quitándose el audicular que momentos atrás el menor le había dado.
—¿No te gusta la música?— pregunta confundido Jin cuando siente el cuerpo ajeno alejarse de su lado.
—Esa canción es extraña...— murmura Suga regresando su mirada hacía el castaño quién movía los pies para que no rozaran con el suelo. Yoongi al verlo de esa manera sintió su corazón oprimirse, sentía tristeza de que un ser tan amoroso e inocente tuviera que estar resignado a no conocer el mundo de la misma manera que todos los demás, no había sentido tristeza desde hace mucho pero este chico ocasionaba en él muchos sentimientos que creía ya no existían en su interior.
—¿En verdad naciste ciego?— pregunta Yoongi sentándose de nuevo junto al menor.
Él sonríe al sentir la cercanía del otro. —Si, mi padre dijo que necesite oxígeno para nacer, me estaba ahogando dentro del vientre de mi madre.
—Y... ¿Por qué no te operan con tanto dinero que tienen?, seguro podrías ver— Yoongi nota como una triste sonrisa se forma en el rostro del menor.
Los ricos como siempre usando su dinero para cosas sin sentido, y no para algo bueno como lo sería devolverle la vista a SeokJin.
Él suspira negando con la cabeza. —Mi padre me llevó a muchos médicos, finalmente me iban a operar, él medico dijo que yo volvería a ver pero días antes de la operación mi padre falleció... — Jin hace una pausa dejando de mover los pies —. Y yo jamás regresé a ese lugar, no me atrevía a ver de nuevo sabiendo que mi padre no estaría para compartir mi felicidad aunque después decidí que estaría bien, él estaría feliz por mi pero mi mamá dijo que no necesitaba ver, ella dijo que ya no creía en nada que debía vivir así sin esperanzas.
Yoongi notó como la voz del menor se quebraba, no quería verlo llorar, nunca querría verlo llorar así que sin pensarlo y con manos temblorosas rodeo el frágil cuerpo ajeno, en cuestión de segundos sintió los delgados brazos del menor reposar en su espalda mientras sus manos propias ya se habían posado en el suave cabello dando pequeñas caricias.
Tal vez ni en mil años podría describir ese momento, ese instante en el que se fundieron de una simple manera pero única para ambos, en silencio, solo escuchando la pausada respiración del menor y su agitada respiración, los golpeteos en el pecho que le avisaba que estaba mal querer estar siempre con el castaño.
Que me avisan que debía retroceder de inmediato sin embargo, Min sabía que ya era demasiado tarde.
