21| Pensamientos egoístas

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La música de aquel piano resonaba en toda la habitación, sus dedos se movían suaves y con ritmo, sonreía con los ojos cerrados, le gustaba imaginar su vida a futuro junto a él

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La música de aquel piano resonaba en toda la habitación, sus dedos se movían suaves y con ritmo, sonreía con los ojos cerrados, le gustaba imaginar su vida a futuro junto a él.

—¿Dónde aprendiste a tocar de esa manera?

Yoongi volteo bruscamente, sintiéndose nervioso por la intensa mirada que la señora Kim le otorgaba, trago seco, tal vez ella escucho a su esposo tocar la misma melodía.

—M-mi padre me enseñó.

—Pensé que no volvería a escuchar esa melodía— mencionó pasando la mano por el lujoso piano, suspiro, negando con la cabeza. —¿Dónde esta Hoseok?

—Fue con Taehyung a comprar las cosas que hacen falta en la alacena— contestó más aliviado el rubio.

—Ya veo... ¿Y ese chiquillo?— preguntó la mujer, Yoongi enarco una ceja, ¿porqué ella hablaba de su hijo así?, no la entendía, le parecía una buena mujer pero no parecía querer al menor.

—¿Se refiere a Jin?... Él esta en su habitación— respondió Yoongi.

—Oh, ya veo...— contestó la mujer y salió de la sala para dirigirse a su cuarto.




La señora Kim entró a su habitación, se sorprendió cuando vio a Jin dormido sobre su cama, se acercó hasta quedar cerca del menor, respiraba con tranquilidad y se veía feliz en su sueño, pasó su mano por el suave cabello ajeno pero se alejó de golpe.

—¿Qué haces dormido aquí?— habló en tono fuerte para despertar a Jin.

—¿Mamá?— preguntó el menor, se levantó de golpe e intentó buscar a su madre para abrazarla.

Pero la mujer se alejó evitando que eso pase. —¿Qué quieres?

Jin jugó con sus manos algo nervioso
.—¿Podemos intentar de nuevo la operación?, quiero poder dejar de ser ciego.

—¿Qué?— exclamó totalmente furiosa, ese tema ya estaba en el pasado, podía no soportar a Jin pero no lo dejaría irse de su lado nunca, si dejaba de ser ciego la iba a dejar como JaeRim lo hizo. —No vuelvas a mencionarlo, ya te dije que no debes tener esperanzas, no vas a operarte y punto.

—Pero...— susurró Jin con un puchero en los labios, la mujer se dio cuenta de que estaba a punto de llorar por lo que lo tomo del brazo llevándolo con brusquedad hasta su habitación.

Dejándolo dentro exclamó con fuerza.
—¡No quiero llantos!— cerró la puerta y se fue, no soportaba que Jin actuará cómo un niño pequeño cuando ya no lo era.

SeokJin sintió la frialdad de su habitación, se abrazo a si mismo y comenzó a llorar, no quería estar triste, odiaba este sentimiento pero no entendía porque su madre lo trataba así. Él la quería demasiado, era la persona más importante en su vida.





Namjoon mordisqueaba la piel de aquél jovencito que tenía sobre su regazo, sus labios se tocaban una y otra vez. Hasta que unos toques a la puerta los hicieron brincar en su lugar.

—Nam... Están tocando a la puerta— susurró él pelinegro separándose de los labios ajenos.

—Déjalo..., sigamos con lo nuestro— nuevamente Namjoon volvió a besar con desesperación y desenfreno los suaves labios contrarios.

Pero nuevamente volvieron a tocar, ambos chicos se separaron irritados. Namjoon abrió con brusquedad la puerta, dispuesto a contestar con groserías pero al ver a ese hermoso chico, trago en seco, lo examino de arriba para abajo, lucía muy elegante.

No era el tipo de persona que lo frecuentaban.

—¿Tú eres Kim Namjoon?

La voz del joven lo hizo volver a la realidad y se acomodó la camisa. —Si, ¿tú eres?

—Hoseok.

En tu mirada| YOONJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora