Capítulo 1 - Él está tomando el té.

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No fue la mejor decisión quedarse hasta tarde en el aula por unos simples apuntes, debió irse en cuanto todos sus compañeros salieron, en especial, debió haberse ido con Midoriya, sin embargo por su terquedad desistió. Claro que en sus planes nunca estuvo encontrarse con Bakugo el cual irremediablemente le busco pleito, de alguna manera muy pero muy milagrosa logro evadirlo evitando daños físicos y al menos reduciendo las probabilidades de destrucción en el salón.

Caminaba dando unos pasos largos, precisos y rápidos, no todos los días tenía la casa completamente sola para él, y aunque no le afectara que sus hermanas estuvieran ahí, a veces sentía que simplemente no encaja del todo con ellos... Él era un mundo muy aparte.

Al llegar rápidamente se sacó los zapatos colocándose unas sandalias para andar en la casa, paso rápidamente por un pasillo hasta llegar a su habitación, dejar su mochila en su mesa para estudiar, sacarse el uniforme y poner una ropa un poco más holgada, una camiseta blanca y un short negro eran una muy buen opción pero antes tomaría una ducha rápida para poder relajarse plenamente mientras flojeaba viendo algún programa, ya después se preocuparía por dar una caminata o entrenar un poco más.

Salió de la ducha revolviéndose el cabello para secarlo sin necesidad de esponjarlo, una vez intento usar el lado izquierdo de su cuerpo, crear vapor y secarse, sin embargo su cabello pago las consecuencias y de una manera muy cara junto a la burla de sus hermanos por el nuevo look que él había obtenido. Se encamino hasta la cocina para prepararse algo fresco y sencillo antes de tirarse en el sofá. Su gran idea fue calentar parte del arroz frito que había dejado en la mañana para acompañarlo con alguna porción de verduras junto a una limonada, mientras exprimía uno de los limones sobre su vaso en la barra de la cocina, escucho un sorbo detrás de él... ¿Qué no estaba solo? ¿Sería que alguno de sus hermanos decidió quedarse? Se giró para ver por la puerta de la cocina hacia la sala del comedor, no había nada...

— ¿Onee-San? —Llamo, podría tratarse de su hermana, a veces era con quien más socializaba en lagunas ocasiones. Sin embargo, no hubo respuesta alguna, creyendo que era una broma de sus hermanos prefirió volver a lo suyo esta vez con algo más de seriedad. Tomo su plato de comida junto a la limonada y se encamino hacia la sala del living donde podría descansar y ver la televisión un buen rato sin las quejas de su padre sobre que tenía que entrenar más.

Pasando de largo le pareció ver una silueta en una de las habitaciones donde su hermana solía tomar té por las noches abriendo la puerta corrediza y así obteniendo una vista al jardín. El de cabellos bicolor regresó sobre sus pasos de forma lenta, casi tira su plato de comida junto a su bebida al ver que un sujeto de cabellera oscura y gabardina se encontraba de espaldas, con su brazo izquierdo recargado en la mesita tomando tranquilamente té con la puerta corrediza abierta.

— ¿Quién eres tú? —Le pregunto Todoroki con voz firme, no se acercó más de lo debido pero inmediatamente se puso a la defensiva, ¿Seria alguno de los conocidos de su Padre? ¿Tal vez el novio de su hermana? No, su hermana... No parecía tener un novio.

Aquella persona ni siquiera se molestó en voltear o responder. El muchacho de cabellos bicolor algo molesto decidió acercarse dejando su comida en la mesita en la que ese sujeto tenía su brazo recargado al estar sentado en el suelo.

— Te estoy hablando, responde ¿Quién eres?—Esta vez levanto más la voz, posiblemente el sujeto no le escucho, o eso quiso hacerse creer a sí mismo.

— Que fastidioso... Creí que no habría nadie hoy. —Murmuró ese joven dándole un sorbo al té y dejando su vaso en la mesa, descaradamente tomando una cucharada del arroz del muchacho de cabellos bicolor. Todoroki frunció el ceño con recelo al percatarse de las marcas que ese hombre parecía tener en la mayoría de su cuerpo junto a las piercings. ¿Acaso ese sujeto tan extraño ya había estado antes ahí cuando él y su familia salían? Nada le costaba atacarlo y hacerle escupir sus planes, pero podría meterse en problemas, la opción más viable era recurrir a llamar a la policía.

Go Fuck YourselfWhere stories live. Discover now