#2: El primer gato

6: Secretos

Era casi de noche. Cola Manchada estaba en la guarida de los guerreros. Había ido a hablar con Estrella Leonada, su lado, Tormenta Moteada se lavaba las patas. Se paró a mirar a la gata manchada.

-Oye, ¿qué opinión tienes de Manto Rocoso?-preguntó la guerrera moteada.

-Es un buen gato. ¿Por qué?

-No sé. A mí me parece muy atractivo. ¿Piensas lo mismo de algún gato?-interrogó.

La gata quería saber que no era la única con sentimientos ocultos.

-Oh. No puedo decirte.

Tormenta Moteada puso una cara triste. Cola Manchada sonrió.

-Bueno. No le digas a nadie. Patas Rojas.

-Ooh. Bueno, hoy al mediodía, mientras tu "gatito" comía, lo escuché hablar con Garra Veloz sobre ti.

-Hey, no es un "gatito". ¿Por qué todos lo llaman así?

-Es que es un poco pequeño y algunos creen que es demasiado compasivo.

-Uff. Te contaré un secreto. Que se quede entre nosotras. Y no te burles.-pidió Cola Manchada

La gata le contó lo que había sucedido en la casa abandonada.

-Interesante. Pero, yo creo que Manto Rocoso es un excremento de zorro por haberse burlado de Patas Rojas. No sé qué le vi a ese torpe. Debería burlarse de él mismo por ser tan tonto.

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Zarpa Tormentosa estaba en la guarida de los aprendices, observando a Tormenta Moteada, la mentora de Naranjo. El gato suspiró. Desde su llegada, se había quedado asombrado por la belleza de la gata. Últimamente, al gato oscuro le atraía mucho más de los normal. Era muy rápida y su pelo moteado era muy bonito. Sus ojos verdes azulados hacían que a Zarpa Tormentosa se le cayera la baba.

-¡Hola!-saludó Brisa al entrar.

-Grr. Vete.-protestó grotescamente.

Al aprendiz ya no le caía bien la gata blanca ni sentía amor por ella. Le daba envidia que la gata sí tuviera una pareja. Además, ella y Naranjo se iban a convertir en guerreros mañana por la tarde, cuando él era mayor que ellos.

-¡Brisa! Oh...Zarpa Tormentosa. Me alegro de verte.-El gato asintió en modo de saludo, como si fuera un desconocido.

-Hola, Naranjo. Mi amigo favorito. ¿Qué tal?

Zarpa Tormentosa se empeñaba en portarse bien con Naranjo. Quería darle una buena impresión a Tormenta Moteada. El gato se levantó y se dirigió a la guarida de los guerreros. Iba a ver a la gata moteada más de cerca.