#2: El primer gato

2: Zorros

Naranjo y Brisa estaban caminando cerca del jardín de Dos Patas. El aroma floral y frutal era muy relajante. El viento del mediodía desordenaba el largo pelo de la gata blanca. El gato naranja quería impresionar a Brisa. Pero, ¿cómo?

-Hey, ¿compartimos presa?-cuestionó Naranjo.

-Sí, claro. Ya hemos cazado bastante para el clan. Tengo hambre.-contestó Brisa.

Naranjo atrapó un gorrión al vuelo y aterrizó suavemente.

-¡Uau! Eres muy buen cazador.-elogió la gata.

-Gracias. Tú también.

Estaban comiendo el ave cuando, de repente, una silueta saltó cerca de ellos. Luego, dos más la imitaron. A naranjo se le erizó el pelo. ¡Eran zorros! Recordó que la pareja y las hijas de Patas Rojas habían muerto por el ataque de unos zorros. Los únicos sobrevivientes en la familia eran Garra Atigrada y el lugarteniente y padre, Patas Rojas.

Los zorros, con sus cabezas triangulares y dientes afiladísimos, eran intimidantes. El más grande, que estaba en el medio, avanzó unos pasos hacia los gatos. Estos se encogieron de miedo. Naranjo reflexionó un momento. Esta sería su oportunidad de impresionar a Brisa. Se enderezó y trotó entre las fieras rojizas mientras les lanzaba zarpazos. Uno de los zorros trató de derribar a Naranjo, pero este corrió a un costado antes para esquivar el impacto. Pero cuando el más grande de los zorros se tiró sobre él, el gato naranja no pudo apartarse y la bestia lo aplastó. Empezó a arañar su costado.

-¡Necesitas bajar de peso, zorro! ¡Ayuda, Brisa!-exclamó el gato.

Brisa seguía acurrucada en un rincón. Al escuchar a Naranjo, se paró y embistió al zorro. O eso trató. El animal sólo se movió unos centímetros, pero fue suficiente como para que Naranjo pudiera irse.

-Gracias. Uff. Sin ti, habría muerto.-agradeció.

El gato estaba muy cansado, así que se tiró al suelo. Sentía un fuerte escozor en el lado. Ellos dos no podrían contra los tres zorros enormes. Un zorro correteó a Brisa, pero ella era más rápida. Un zorro se acercó al gato naranja y lo olisqueó. Seguro creyó que estaba muerto, porque se fue. Los sentidos del gato se volvieron borrosos, hasta que todo se volvió negro.