-Hola, Patas Rojas.-saludó Manto Rocoso.-Quería disculparme. Me porté muy mal contigo en la patrulla. Espero que algún día me puedas perdonar. Bueno, he escuchado que vas a elegir un ayudante porque Estrella Leonada no puede llevar a cabo sus responsabilidades. ¿A quién vas a elegir?
-Definitivamente, a ti no.-siseó Patas Rojas.
Sabía que el gato marrón pedía perdón sólo para ser lugarteniente.
-Como quieras, hermano. Iré a hablar con Tormenta Moteada. Creo que le gusto.-cuchicheó nerviosamente.
El gato marrón se fue tras la guerrera moteada, que hablaba con su amiga, Cola Manchada. Ambas gatas tenían un poco de nieve en el pelaje. Tras mirar a Manto Rocoso con curiosidad, Cola Manchada le dijo algo a Tormenta Moteada y se alejó. El lugarteniente miró a la gata mientras cogía una presa fresca para dársela a los veteranos. Fue muy amable de su parte. No tenía que hacer eso, pues era guerrera. Dar de comer a los gatos ancianos era tarea de aprendices.
Recordó lo que había sucedido la mañana anterior en la casa de Dos Patas abandonada. Suspiró profundamente.
-Ahh...Cola Manchada...Es tan...
-Oh, hola Patas Rojas.-saludó la gata detrás de él, sacándolo de sus pensamientos. Patas Rojas deseó no haber dicho eso. ¿Lo habría escuchado?
-He pensado que podríamos ir a cazar.-propuso, con un brillo encantador en los ojos.
Patas Rojas lo pensó. Tenía que organizar las patrullas. Pero, la idea de Cola Manchada se le antojaba muy tentadora.
-Si estás pensando en los grupos fronterizos y de caza, ya le pregunté a la Estrella Leonada los que serán parte de las patrullas. Mandé a Zarpa Tormentosa a avisarle a todos. Por si acaso, tienes el turno del alba.
-Bueno. Si ya está todo listo, vámonos.
- - - -
Era casi media tarde. Brisa y Naranjo estaban cazando. Brisa cazaba muy bien en la estación sin hojas, pues su pelo blanco se confundía con la nieve.
-Oh, no. No hemos cazado lo suficiente para que el clan se alimente. Probaré suerte por ahí.-dijo, señalando con su cola una madriguera de conejos.
Olfateó el lugar, en busca de presas. Detectó un leve olor. Metió su cabeza en la madriguera. Allí encontró tres conejos muy rollizos. Los cazó con un rápido arañazo, para ellos, indoloro, y llamó al gato atigrado.
-¡Naranjo! ¡Mira lo que encontré!-exclamó.
El aprendiz se aproximó a toda prisa. Al ver los tres conejos sobre la nieve, quedó sorprendido.
-¡Genial! Muy bien, Brisa.-felicitó.
Al llegar al campamento, dejaron sus presas en el montón. Este era muy pequeño. Tenía unos cuantos conejos flacos, un par de ratones y dos campañoles. Ala Blanca, una de las veteranas, entró al lugar. Según Zarpa Tormentosa, Cola Lluviosa, acompañada de Ala Blanca, la veterana, había ido al Clan del Río a entregar unas cuantas hierbas que les debían a los amantes de los peces.
-¿Cola Lluviosa está aquí?-preguntó, sobresaltada.
-No.-contestó Nublosa.
-Oh, no. No debí dejarla sola. Me prometió que iba a venir aquí.-maulló.
Todo el clan la estaba mirando. La gata blanca fue a hablar con Estrella Leonada con pasos cortos y rápidos, evitando mirar a los ojos a los presentes. Brisa se preguntó qué habría pasado.
YOU ARE READING
#2: El primer gato
Roman pour AdolescentsLa segunda parte de "Un nuevo amanecer" Es recomendable leer la primera parte si quieres entender. Zarpa de Nogal y Hoja Plateada reciben profecías misteriosas, mientras que un nuevo grupo se forma y se prepara para atacar los clanes. Leer consider...