Darius, la mano de Noxus es un intrépido guerrero forjado en mil batallas. Un giro en la manera de liderar de Swain hace que las batallas cesen. Pero no es el retiro de este guerrero. Ahora Swain le requiere que sea diplomático. Un fastidioso cargo...
Notas: Buen día a todos!. Hoy estoy super feliz, y he de daros las gracias proque juntos hemos llegado a las 1000 visitas. Jamás imaginé que esto lo fuera a leer alguien. Estoy contenta, orgullosa, emocionada, hay muchas cosas positivas ahora mismo en mí y como siempre es gracias a vosotros. Sois los mejores.
Mientras escribía este capítulo no he parado de escuchar esta canción de Kaleo, llamada "Way Down we go", sinceramente creo que eso se refleja en esta parte de la historia. Espero que os guste. Os dejo el enlace por aquí.
Otra cosa que me ha hecho mucha gracia y que no tiene nada que ver con la historia es este gif. No puedo parar de verlo jajajaja. Creo que Draven y Darius son los mejores hermanos, me lo paso genial escribiendo sobre ellos, tengo ganas de ponerme manos a la obra y escribir mucho .
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Y como ya sabeís os deseo un día genial y un feliz Halloween y os quiero mucho mucho <3- Yhoshi
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La versada matrona se ocultaba en su morada. Protegida por un cúmulo de hechizos más antiguos que ella misma incluso, apartada de toda humanidad, vivía en el subsuelo de Noxus, donde nada ni nadie podía encontrarla y mucho menos rastrearla. Era su lugar de culto, su lugar de operaciones y su lugar de descanso en ocasiones, aunque poco le hacía falta descansar. Conocía más caminos secretos por esa ciudad de los que cualquier humano o criatura se pudiera imaginar, y no sólo de Noxus, también de Runaterra. Sólo ella sabía cuán vieja era, y eso, era algo que jamás diría a nadie, pues su máscara de mujer joven y bonita le funcionaba demasiado bien.
Concentrada en su propio plan para destruir la paz concertada por Swain, se tumbó en un sillón de felpa roja, apoyó su cabeza sobre un mullido y caro cojín de visos rojizos y se puso un antifaz para que la luz no la perturbase. Su mente se imaginó a Luxanna, y hasta ella partió en un viaje mágico y fugaz, adentrándose en su mente. Fue más fácil de lo que creía pues pensaba que por el hecho de ser maga sabría defenderse de ese tipo de hechizos o al menos detectarlos. Pero aquella mujer era muy joven e inexperta y no había rastro de defensa alguna. Aunque eran juegos mentales no se debían de subestimar, pues en los recuerdos de las personas estaba contada su historia, y LeBlanc estaba dispuesta a conocer a aquel hombre enmascarado que tanto se ocultaba de la multitud mediante la demaciana.
Sin oposición alguna rastreó y rastreó en cada recoveco de la mente de Lux, encontró imágenes en los recuerdos de la muchacha de momentos afectuosos con Darius, confusa pensó que quizás fuera un plan de Swain ya que el comandante era la marioneta del General, o por el contrario como buen hombre que era, le parecía bonita y quería llevar a cabo con ella actos sexuales. «Bah, hombres, qué simples son», se dijo. Pero no había ni un solo momento en el que Talon se hubiera dejado ver ante la pequeña mujer. Fastidiada dio un golpe seco con la palma de la mano en el sofá y se quitó el antifaz de mala gana. ¿Cómo se podía ser tan receloso con su propia imagen?, maldito mocoso meticuloso. Si tuviera el tiempo libre necesario sólo por venganza le hubiera gustado jugar un poco con él y acto seguido darle una muerte certera.