Se interpuso entre ellos. Agarró a Lux del brazo con fuerza y la arrastró del lado de Vladimir.
— Vamos a la cámara tengo que coger mis cosas y nos vamos. — Le espetó.
El rubio lo frenó poniéndose delante de él.
— Para, espera. — Miró a la muchacha que trataba de aflojar la atadura de Darius. — Ella se quiere venir conmigo, haz el favor de soltarla. Ya habíamos decidido que...
— ¡Que se viene conmigo!— interrumpió el guerrero. — Swain me dejó a mí al cargo de esta misión.
— Swain te pidió que llegaras a un acuerdo y ya has cumplido tu parte, no tienes responsabilidad alguna en...— Respondió el General suplente.
— ¡Ella es mi responsabilidad y se acabó!
Darius estaba muy enfadado y Vladimir pudo notarlo. El rubio podía seguir con el juego, pero sabía que tenía sus riesgos. En la anterior discusión notó como el comandante no hacía ademán alguno por responsabilizarse de esa chica, lo cual la hizo presa fácil de poder ser una de sus víctimas durante estos días. Pero ahora, estaba adentrándose en el terreno del guerrero, y con la mirada fija pudo sentir como éste se enzarzaría en un duelo, no por la muchacha en sí, sino por su orgullo. No quería enemistad con él, pues sabía que aquel hombre era querido por mucha gente de Noxus y tenía influencia en la misma. Sobre todo era querido por Swain, que aunque éste dudaba a veces de su guerrero, el cariño y la amistad que le profesaba era sabido por todos. El viejo cuervo se sostuvo en lo alto gracias a Darius.
Definitivamente Vladimir no iba a arriesgarse por una joven, deliciosa sí, pero con insuficiente importancia como para llegar a ese extremo.
Hizo una reverencia a la muchacha todavía sujeta por el comandante.
— Darius le cuidará mejor que yo señorita, al contrario de mí él es un gran guerrero.
Iba a hablar para dar su voto pero su captor tiró de ella hacia las escaleras del pasillo.
— Estos cuatro días asegúrate de poner a alguien a cargo de mis tropas. — Le gritó desde el fondo.
Y desaparecieron de la vista de Vladimir.
Ella seguía intentando zafarse de la atadura, mas el gran hombre no se inmutaba de sus intentos banales.
— Disculpe, ¿podría soltarme por favor?— Dijo algo molesta, pues le estaba haciendo daño en la muñeca.
Él no se había dado cuenta de que aun la arrastraba consigo, así que la soltó inmediatamente. Se fijó en que la chica masajeaba su muñeca adolorida de forma suave. Le había dejado una marca totalmente roja. « Qué debilucha» pensó. « Ni siquiera he usado un cuarto de mi fuerza».
— Espera aquí. — Le ordenó. — Cojo mi hacha, mis cosas y nos vamos.
Mas la chica no obedeció y le siguió silenciosamente hasta la cámara, donde lo observaba mientras él recogía algunos papeles y se echaba el hacha al hombro. Salió de la sala y ella salió detrás.
Durante todo el camino a casa del guerrero ella no pronunció palabra. Seguía a Darius pero siempre a cierta distancia por detrás. « ¿Estará molesta por separarla de Vladimir?» se preguntó. Mas le daba igual si ella se sentía así. Probablemente para Swain la mejor opción es que la muchacha viviese, al menos para llevar a buen juicio el acuerdo que querían pactar.
— Gracias por hacerse cargo de mí— Habló finalmente
El comandante le contestó con un gruñido de asentimiento.
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Lux Aeterna{#1} Darius x Lux |Ángeles y maldiciones|
FantastikDarius, la mano de Noxus es un intrépido guerrero forjado en mil batallas. Un giro en la manera de liderar de Swain hace que las batallas cesen. Pero no es el retiro de este guerrero. Ahora Swain le requiere que sea diplomático. Un fastidioso cargo...