Capitulo 18

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Besaba su cuello pasando su lengua por el de vez en cuando escuchándolo intentar retener sus gemidos. No era la primera ni segunda vez que lo hacían, pero Lay aun se sentía avergonzado de gemir en voz alta.

Las manos de Suho estaban sobre sus muslos acariciándolos con lentitud, Lay mantenía sus manos sobre la sabana sujetándola con fuerza. Suho había pasado de cuello a su pecho bajando un poco la camisa para poder besar su piel, pero esta era realmente molesta por lo que se la quito de un solo movimiento, pudiendo sentir su piel desnuda de inmediato. Siguió dejando besos sobre su pecho y de vez en cuando subía su cabeza hasta poder besar sus labios.

La habitación se llenaba de suspiros y respiraciones aceleradas, volviéndose más cálida.

Suho mordía su piel en ocasiones sacándole pequeños gritos de dolor.  Sus ropas comenzaron a estorbarles, por lo que se deshicieron de ellas lanzándolas lejos y volviendo acariciarse con necesidad.

Suho movió su cadera sobre la erección provocando un gemido sonoro en ambos. Suho tomo aquel frasco transparente que los había acompañado en sus primeras veces y tiro un poco del liquido sobre una de sus manos llevándola de inmediato hacia la entrada del menor. Toco primero suavemente aquella área haciéndolo retorcerse de placer y finalmente introdujo uno de sus dedos dejándolo un momento estático hasta que Lay se relajo y metió el segundo dedo jugando con ambos en aquel lugar para poder dilatarlo lo más posible y no sufriera demasiado. Una vez sintió que estaba listo, lo jalo un poco más hacia el y beso sus labios, comenzó a entrar en el, escuchó los gemidos ahogados de su niño y siguió besando sus labios mientras empezaba a moverse ligeramente para después aumentar la velocidad.

-Te quiero.- dijeron al mismo tiempo perdidos entre las sensaciones que sus cuerpos unidos les proporcionaban.

******

Los días pasaron rápido, quizás más de lo que deberían.

Suho se había vuelto más cariñoso hasta el punto de llenarlo de besos cada que llegaba del trabajo. En cambio lay era más atrevido, en medio de las caricias que el le proporcionaba el estiraría sus brazos y desabotonaria un par de botones para luego tomar sus manos y pasarlas debajo de su propia camisa.

Los días se les iban en caricias nocturnas y palabras dulces.

Pero el mundo no es color de rosa. Pasadas dos semanas Lay se había puesto un poco insoportable, se quejaría de algo y gritaría para después abrazarse a el y pedirle disculpas, justo como ahora.

Por la mañana Suho se quedo hasta que el desayunara pues se había negado hacerlo desde hace dos días diciendo que la comida olía asqueroso, este día fue la excepción.

Suho había pedido permiso a su padre para poder llegar un poco tarde pues tenia que asegurarse de que Lay comiera, sin embargo aquella tarea se había tornado difícil cuando le obligo a comer y por impulso Lay había aventado el plato al piso.

-He dicho que no!!.- se cruzo de brazos y cerro los ojos haciendo un puchero.

Siendo sinceros a Suho no le intimidaba, más bien le parecía tierno.

-Lay, no hagas eso, la comida no puede desperdiciarse así...- se puso de pie para poder limpiar el tiradero del piso y volver a servir otro plato.

-Suho... En serio no quiero...- le miro con ojos de cachorro y tomo su mano.

-Esta vez no caeré, Lay, no has comido nada en dos días, no puedes seguir así...- Lay negó soltando su mano con brusquedad y poniéndose de pie.

-Si me muero es mi problema!! Tu solo ve a tu tonto trabajo y no me molestes!!.- después de decir aquello se encerró en su habitación y por que el le insistió en que saliera se negó. Por lo que sin poder hacer más se fue a su trabajo.

~El mejor postor..~SuLay, Mpreg. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora