Me encontraba en su habitación era de un típico chico millonario. Empecé a observar una estantería con libros, y antes de poder analizarlo a detalle, me llamó.
—¿Te gusta la Ciencia?—dijo sacando un libro gigante de un cajón.
Era difícil contestarle ya que me he encontrado en muchas situaciones acerca de experimentos que ya no se si me gusta o la detesto.
—Es complicado, no me entenderías—dije mientras me acercaba a una ventana.
—Osea que ¿no crees en ella?— dijo acercándose hacia mí.
—Creo en ella con todo mi corazón, porque se que muchas cosas que pensé que eran imposibles para el ser humano se hicieron posibles, también creo que nos auto destruye y que así como es buena también puede ser mala— dije mientras veía a las personas ingresar a la fiesta desde la ventana.
—Eso mismo le he dicho a mi padre, aunque solo él no lo ve—dijo mientras quedó en frente de mí.
Podía notar la tristeza que sentía, me tomé la tarea de terminarlo de analizar y lo que pesaba acerca de él es que quizá su madre murió y quedó sólo con su padre pero no le prestaba demasiada atención porque nunca estaba en casa. Bueno sólo es una teoría.
Miré de nuevo por la ventana, esta vez detenidamente. Pude observar a un grupo de personas enmascaradas bajando de una Jeep, todas con un arma en mano.
—Marco tenemos que salir de aquí, ya—dije tomándolo del brazo mientras comenzaba a correr hacia las escaleras.
Paré en seco. Un disparo se escuchó.
Mi corazón estaba latiendo demasiado rápido.
—¿Hay otra forma de llegar abajo?—le susurré a Marco. Él solo asintió y me llevó hasta una puerta en donde habían unas escaleras.
—Éstas llevan a una puerta en la oficina de mi padre—dijo y bajamos rápidamente.
Otro disparo.
Es imposible pensar que mis amigos están bien cuando se escuchan los gritos de la gente.
—Bien, tienes que quedarte aquí ¿Si?—dije mientras me quitaba los tacones.
—Si, cuídate ¿quieres?—dijo mientras me daba un abrazo—y a mi padre—terminó de decir.
—Tú también, y no te preocupes lo traeré sano y salvo—dije mientras salía de aquella oficina.
Los pasillos estaban vacíos, todas las personas se encontraban recostadas en el piso del salón, aterradas. Estaba apunto de hacer una locura.
Subí al escenario tomando un micrófono. Me escondí para que no supieran de donde venía mi voz.
—Su atención por favor, cubran sus ojos y no los abran hasta que les diga, si es que no quieren morir—dije y rápidamente visualicé a los hombres malos y sus armas.
Salté de mi escondite directo a ellos.
Comencé a golpearlos, Madie, Alex , Wayne y Vanessa también. Controlé a algunos para que se amarraran en sillas unos a otros. Teníamos que usar poderes que sean creíbles, en verdad quería congelaros pero cuando llegara la policía les sería inexplicable esa situación.
Terminamos de pelear con ellos y toda la gente seguía en el suelo sin voltear.
Vi en una jarra que mi cabello se había encendido, cuando me tranquilicé tomé el micrófono.
—Están a salvo—dije y las personas se incorporaron dando aplausos a la nada, ya que me fui antes de que supieran que yo había hablado.
Fui a buscar a mi madre, no estaba en el salón.
Cuando entre a la cocina un charco de sangre mojó mis pies descalzos. Era Zac.
—Por Dios, ¿estás bien?—dije acercándome a él.
—Si, lo estoy, estaba preocupado por ti, no debí dejarte—dijo mientras me abrazaba.
—No te disculpes, traeré un botiquín—dije y antes de levantarme me detuvo.
—Ser un monstruo tiene sus beneficios—dijo sonriendo—regeneración instantánea—terminó de decir.
—¿Seguro?—dije aún preocupada.
—Siempre—dijo mientras se incorporaba recargándose en una encimera.
—Iré a buscar a mi madre—dije y salí rápidamente de ahí.
Me dirigí al jardín, la policía ya debía de estar cerca teníamos que irnos.
Y allí estaba, hablando con aquel tipo Hoffman. Se veía muy alterada. Quizá por lo del tiroteo de hace rato.
Me acerqué lentamente a ellos.
—Madre, llamó mi abuela, no recuerda si se tomó su medicamento y quiere que vallas—dije fingiendo tristeza.
—En un minuto te la doy, sólo necesito que me pase su número—dijo aquel señor. Era todo un ligador.
Quise salir de la casa para ir al auto en eso una mano me detuvo.
—Quería darte las gracias—la voz de Marco se escuchó.
—Yo no hice nada, unos sujetos se levantaron contra ellos, ahora ya esta todo bien—dije mientras lo veía a los ojos.
—Guardaré tu secreto—dijo y con esto se fue.
Mil preguntas cruzaron por mi mente. ¿Debería confiar en él?
Llegué al auto. Todos estaban ahí sanos y salvos, hasta Zac.
Mi madre llegó y nos dirigimos a "casa" si es que de podría llamar así.
Cuando llegamos me adentré a mi habitación, deseando dormir, esta noche no fue de mis favoritas.
Aún faltaba descubrir los planes de Hoffman y dónde estaba su laboratorio.
A punto de apagar la luz, abrieron mi puerta.
—¿Puedo pasar?—habló Wayne.
—Claro, adelante—dije.
—Quería felicitarte por salvar a todas esa personas.—dijo viéndome a los ojos.
—Fuimos todos, lo hicimos juntos—dije observando su rostro golpeado por los otros hombres.
—Está bien... Vi que hablaste con el hijo de Hoffman—dijo mientras desviaba su mirada.
—Si su nombre es Marco, es solo un chico millonario y consentido—dije sonriendole.
—¿No te dijo nada raro o te falto al respeto?—Dijo mientras tomaba una de mis manos.
Pensé en lo que me dijo de guardar mi secreto, pero no puedo decirle, después querrá ir a asesinarlo.
—No, solo hablamos de su padre, la misión era esa—dije mientras soltaba mi mano de la suya.
—Nos vemos mañana, descansa—dijo al estar en la puerta.
—Descansa, Wayne, hasta mañana—dije y me dispuse a dormir.
Lo único que escuché fue la puerta cerrándose lentamente.
Espero les haya gustado, gracias por leer.💕 Tarde un poco pero aqui esta.
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Secretos a Kendra
Bilim KurguKendra, una chica que lleva toda su vida encerrada junto con sus mejores amigos en un horfanato, descubre que hay vida despues de las puertas que dividen el exterior y lo que solo ella conoce. Jamás se había puesto a pensar quienes podían ser sus p...