El último suspiro "Legolas & Mérida"

Los tres cazadores

Sus ojos son abismos en los que es fácil perderse y difícil adivinar que hay...

Narra Mérida

Nací en las Tierras Altas de Escocia, en una era donde los místicos círculos de piedra guardan secretos ancestrales y las Druidas cuentan relatos de hazañas, hechizos y legendarias criaturas. Soy Mérida, la princesa heredera del clan DunBroch y ésta es mi historia.

Amaneció. El viento gélido de la mañana se coló por las gruesas paredes de piedra del castillo del clan. Abrí mis ojos dejando que la luz inundara el ambiente. Poco a poco me fui incorporando. Era un hermoso día.

Ha pasado un año desde el desafortunado incidente con mi madre, la reina Elinor, aquel en el que por culpa del encantamiento de una bruja y también por mis errores, ella terminó convertida en un oso y por poco la pierdo para siempre, de no haber sido porque nos perdonamos la una a la otra y aprendimos a aceptar nuestras diferencias, dejando de lado el orgullo.

Ahora, las cosas en el reino han ido mejorando y por supuesto, mi madre es mucho más comprensiva conmigo y yo con ella, nos llevamos mucho mejor, hemos fortalecido nuestra relación y ambas trabajamos mutuamente en la confianza que nos tenemos.
Al principio fue complicado, pues al tener ideas contrarias y un carácter fuerte, tendemos a chocar en ocasiones, principalmente cuando se trata de tomar decisiones, no obstante, la paciencia y el amor que nos tenemos, nos ayuda cada día a comprendernos.

El reino de Escocia es un lugar maravilloso, lleno de bosques, lagos y montañas. Sé que la magia habita en él desde tiempos inmemoriales, que forma parte de nosotros y que florece con el pasar del tiempo. Las personas hemos vivido en paz durante muchos años aquí, a pesar de que en el pasado hubieron fuertes conflictos entre los clanes y guerras contra invasores extranjeros.

Lejos del reino, cruzando el mar, existen las Tierras Exteriores, hogar de dragones y héroes antiguos que jamás he visto, los viajeros  llaman a ese lugar la "Tierra Media" pues dicen que se encuentra justo en medio del mundo e incluso, cuentan las leyendas que ahí habitan criaturas sorprendentes e incluso dioses más allá de nuestra comprensión, cuyo pasado es un secreto que pocas personas conocen.

Anhelo algún día ir allá y explorar los reinos de los llamados Ainur, caminar por territorios desconocidos y de ser posible, no volver en un largo tiempo.

Volviendo a Escocia, nuestro reino se divide en cuatro regiones, las Tierras de los clanes, éstas son gobernadas y protegidas por los Lords, valientes guerreros y dirigentes  cuyo legado ha sido transmitido a los primogénitos de generación en generación.

Estos últimos meses, las alianzas entre los clanes se han ido debilitando debido a problemas internos en el reino relacionados con el manejo del territorio y repartición de la renta en las diferentes aldeas. Nada que no haya visto antes, es bien sabido que los Maccintosh, MacGuffin y Dinwall poseen un temperamento explosivo que implica discusiones frecuentes.

Debido a ello, mi padre, el rey Fergus ha estado algo tenso y en ocasiones se molesta cuando las cosas no salen bien. Para alguien como "El rey de los osos" resulta complicado aplacar peleas sin verse inmiscuido en ellas.

A mis 17 años de edad, cada vez tengo más obligaciones en el castillo, lo cual comienza a disgustarme debido a que consumen gran parte de mi tiempo. Las lecciones con mi madre tienden a ser más frecuentes que antes, las largas horas estudiando y leyendo libros de mapas y de historia, se han hecho mucho más tediosas, y mi deber como la primogénita del clan se ha vuelto una prioridad, pues debo visitar las diferentes aldeas, realizar asambleas y supervisar las cosechas.

Sé que pronto tendré que casarme, ya sea con algún hombre noble o terrateniente, por lo cual valoro cada minuto de mi libertad. El matrimonio no es algo a lo que aspire. No me gustaría tener que compartir la cama con alguien el resto de mi vida, estar atada a un hombre al que posiblemente no amo, obedeciéndolo y dejando que me maneje a mí y al reino a su antojo.