El último suspiro "Legolas & Mérida"

Laberinto de duendes

Hola amigos, espero que estén bien, al fin regresé con una nueva actualización de la historia y debo admitir que me costó bastante trabajo, principalmente porque se me borró más la mitad del capítulo en una noche, por lo que reescribí todo de nuevo, sin embargo este cap está escrito con mucho cariño y espero de verdad que les guste. Muchísimas gracias por todo su apoyo.

Les dejo además un vídeo nuevo.

Mando un saludo especial para:
OpaloHope0
Endride88

Narra Mérida

Abrí pesadamente los ojos y dejé que el aire de Rivendell llenara mis pulmones. Sentía que nunca antes había descansado tanto como aquella noche. Las cálidas sábanas y el silencio de la habitación habían hecho que me olvidara de todos mis miedos, de la incertidumbre respecto a mi madre, a Thranduil, a Tauriel y sobre todo a Legolas quien la noche anterior, parecía que me estaba ocultando algo.

Ambos habíamos acordado que hablaríamos con Thranduil después y que ese día, nos enfocaríamos principalmente en la misión. Por lo que pude disfrutar de una noche tranquila.

Estaba emocionada por el viaje de ese día, ya que además de sellar otro reino, la jornada incluía a un equipo; Gimli el enano, Gandalf el mago y Tauriel la elfa, además obviamente de Legolas y yo. Juntos atravezaríamos una especie de laberinto e indagaríamos en el reino de las brujas acerca del misterioso enemigo cuya magia ha influenciado a varias criaturas.

Me intrigaba bastante lo que las brujas dirían respecto al hechicero que escapó de Altera y sobre todo, qué podríamos hacer para ayudar.

Me puse de pie. En la almohada junto a mí, Sellie estaba despertando.

-Hola Mérida- saludó con un boztezo.

-Buenos días Sellie- respondí. Casi de inmediato, vi que en el ropero de enfrente había una tunica élfica, esta era de color azul con tonalidades grises, supuse que los elfos de Rivendell la habían dejado ahí para mí pues no esperaban que recorriera el bosque con el vestido de fiesta de usé el día anterior para los juegos del clan. Además, habían un par de botas negras, ligeras y bastante cómodas. Comencé a cambiarme, incluso até mi cabello en una trenza.

Ambas nos alistamos y salimos de aquella casa elfica, me sentía sumamente cómoda con aquella ropa. Afuera estaba silencioso, lo único que se oía era el viento soplando entre las hojas y algunas aves anunciando con su canto, la llegada de la mañana.

Algunos metros cerca, ante nosotras estaba la figura esbelta de lord Elrond y junto a él volaba la reina de las hadas, Dana.
Nos acercamos a ellos y les dimos los buenos días.

-Es tiempo de volver- le dijo la reina a Sellie. La niña asintió y después de abrazarme melancólicalente se dirigió a su reina.

-Muchas gracias por todo lord Elrond, lo mismo para ti, Mérida. Por favor, depídenos de Legolas. Que el destino les depare buena suerte en su tarea- anunció.

-Lo haré, muchas gracias- respondí.

Ambas se despidieron de mí prometiendo que nos volveríamos a ver. Lord Elrond las encaminó hacia el rio y yo volví a la casa élfica por mis cosas. Ahí me encontré con Gandalf, Gimli y Legolas quienes ya llevaban sus armas y estaban listos para la expedición.