Happiness

end

4 años.

4 años de felicidad.

Sin tristeza.

Sin dolor.

Con un nuevo punto de vista de las cosas.

En paz.

4 años del amor que nació entre un rubio y roto chico y un teñido y extraodinario chico.

El corazón sana, las heridas cierran. Claro que todo lleva su tiempo; el secreto está en saber esperar. Y cuando tienes a alguien dándote el apoyo que necesitas, pues es menos amargo. 

He tenido dos grandes amores a lo largo de mi corta vida, uno me enseñenseñó a ser fuerte de una manera dolorosa; perdiéndolo. El otro me ha eseñado que no todo es de color gris por mucho tiempo; y día a día me lo sigue demostrando... También me está enseñando que la felicidad se recupera, en algún momento volvemos a ser felices, ya sea con un nuevo entorno o recordando el pasado de una manera sana, de una manera en que sólo se vea lo bueno, lo positivo. 

- Bueno días, mi rubio hermoso. - Michael besa mis labios de una manera muy dulce, de la manera que sólo él sabe.

- Buenos días, mi gordito lindo. - Y beso sus labios.

- Mamá y yo hicimos el desayuno. Aquí está el tuyo.  - Se para y busca bandeja que está sobre su antiguo escritorio, la trae y veo la comida. En realidad tengo mucha hambre.

Llevamos ya tres años de habernos graduado de secundaria, nos mudamos a un departamento juntos, es muy cómodo. Pero decidimos venir a pasar un fin de semana con Natasha. Aún vivimos en Sydney, pero lejos de nuestra familia.

Como el desayuno que mi príncipe trajo para mí.  No sé en qué momento el se fue de la habitación. 

Bajo con la bandeja en la mano hasta la cocina y la dejo en el fregadero.  Michael está viendo caricaturas. Yo me acerco y me siento junto a él; lo beso y me levanto.

Natasha no está en la casa. 

- Iré a bañarme. - Por lo que veo él ya se bañó.

Luego de un buen baño camino hasta la habitación, cierro la puerta detrás de mi y busco en mi bolso de ropa algo para ponerme. Me quito la tolla y me pongo mis bóxers.

Michael entra y se acerca abrazándome por detrás. 

- Te amo tanto, tanto Luke. 

- Y yo te amo más, más Michael. 

Beso sus labios con amor, disfrutando ese sabor particular que me vuelve loco.

Termino de vestirme y veo mi celular.

Hoy es el día. 

Hoy son 6 años.

Y de esos 6 años, no lo visito hace 4.

Michael irá conmigo, se lo había pedido. 

- Para aquí, compraré unas flores para él.