Capítulo 8

4.5K 434 16
                                    




~ Caín ~


Nos encontramos en la casa de mi hermano, sin embargo parece preocupado mientras habla con Gideon, solo dice su nombre repetidamente al teléfono. Abel por alguna razón se empezó a sentir mal y ahora se encuentra durmiendo.

— ¿Qué ocurre hermano? — Salgo de la habitación y veo a Hunter tomando su abrigo.

— Iré a ver a Gideon. Se escuchaba preocupado, no puedo estar tranquilo. Regreso en un rato, tú cuida de Abel.

— Con cuidado.

Y así se fue, dejándome solo con el policía. A decir verdad no sé qué pensar, ya que le gusto a ese hombre pero yo... No me desagrada, tampoco me parece molesto. Admito que me atrae pero es extraño. Por alguna razón quiero rechazarlo pero a la vez quiero que me tomé y tomarlo. Quiero ser suyo pero a la vez no. ¿Por qué mi corazón está en contradicción?

— Tengo que preparar té. — Dije en voz baja mientras camine unos pasos a la cocina, allí puse la tetera con agua y lo puse a calentar. Todo estaba en silencio, era solitario... Regresé a donde se encontraba Abel, me quede parado en la puerta viendo como dormía tan tranquilo, tal parece que tenía días sin dormir. Me acerque a la orilla de la cama donde tomé asiento, veía cada detalle de sus rostro y de sus labios.

— ¿Por qué siento esta conexión? ¿Qué es lo que estás haciendo en mi Abel? — Dije soltando un suspiro al final y cerrando mis ojos esperando a calmar todos los sentimientos que recorrían mi cuerpo.

— ¿Es extraño verdad? Que de un día a otro tu corazón se acelere y tu mente piense en una persona que literalmente es desconocida. Ese impulso de querer tomar todo de él pero a la vez el miedo del rechazo hace que te quieras echar atrás. — Regreso al oír esas palabras, veo como el policía me sonríe con sus ojos un poco entre abiertos alzando su mano para tocar mi mejilla delicadamente. — También siento esa conexión pero... Aun no es tiempo.

— ¿Aun no es tiempo?

— No. Solo te pido que confíes en mí. Permite conocerte mejor y también conóceme mejor. Hagamos que esta extraña conexión se haga más fuerte entre nosotros. A tal grado de que ninguno quiera separarse del otro...

Vi aquellos ojos sinceros y esperanzados, seguía acostado viéndome con cariño. Muchas cosas de repente se empezaron de nuevo a chocar dentro de mí. Y lo que hice fue simplemente dejarme llevar por lo que quería y lo único que quería era besarlo, que me abrazara con todas sus fuerzas, que no me dejara ir por nada del mundo. Y así lo hice, lo empecé a besar con pasión, sintiendo como mi cuerpo reaccionaba al sabor de sus labios, como nuestras leguas se tocaban y como sus manos se paseaban por mi espalda. — Yo... Nece...— No podía decir mucho, me faltaba aire, vi aquellos ojos claros, me miraban con deseo y amor. Él necesita de mí, como yo de él... Yo... Lo necesito. — Abel... — Susurré mientras me acomodaba en la cama junto aquel hombre, usando su brazo como apoyo, puso su mano libre en mi cadera. Estábamos cerca, mis ojos quedaban a la altura de su cuello, podía apreciar su aroma, un aroma embriagador y fuerte. Puse mis manos en la camisa de él, lentamente empecé a desabrochar cada botón, dejándome ver aquel torso algo marcado y con poco bello... Mis manos comenzaron a recorrer su piel desnuda, alcé la mirada y sus labios alcanzaron los míos en un beso suave. Su mano poco a poco empezó a irrumpir dentro de mi playera, el temblor de mi cuerpo hacia que me acercara más a él.

— ¿Ves Caín? ¿Nuestros cuerpos se llaman? Te necesito a mi lado.

— Abel...

— Te amo... Por eso, no me alejes... No podría vivir sin ti...

Me quede viéndolo sorprendido. No sabía que contestar, no sabía... Simplemente me abrace más a él, ocultando mi confusión en su pecho. Y aguantando de derramar lágrimas frente de él. Quería aceptarlo pero algo dentro de mí me seguía deteniendo como diciéndome que aun la conexión que tengo con este hombre, Abel no es la persona que he esperado para hacer feliz.

*

*

*

*

*


~ Gideon ~


Colgué el teléfono sin decir nada, no puedo dejar que Hunter o Caín vengan. Mierda tendré que arriesgarme... — Gabriel. Me voy a convertir en lobo. Necesito que cuando lo haga te sujetes a mí.

— No, espera... Sera mejor seguir corriendo. No puedes exponerte así ante la ciudad.

— Pero...

— No te preocupes, ya estoy mejorando. Así podremos correr con velocidad y lo mejor será subir los edificios. ¿Recuerdas?

Sabia la idea que quería hacer pero tendríamos que ser rápidos en nuestros reflejos y reacciones, un paso en falso y podíamos estar acabados por aquel tirador que nos ha estado siguiendo. Pero también era una buena idea para encajar y atrapar aquel que quería matarme.

— ¿Estás listo? — Me decía Gabriel con una sonrisa descarada pero aun con indicios de seguir débil. Yo solo sonreí ante su pregunta.

— Eso debo yo de preguntar.

— A la cuenta de tres... — Ambos nos pusimos en posición de salida como si de carreras se tratara. Mi corazón latía rápidamente esperando la señal. Teníamos que salir vivos. — ¡tres!

Y sin más empezamos a correr saliendo al mis tiempo. Las balas empezaron a rociar la acera, ahuyentando a las pocas gentes que había en la calle mientras nosotros empezábamos a esquivar. Rápidamente vi una manera de subir al edificio. Utilizando una lona de un comercio y varias terrazas. — ¡Gabriel! — Señalé un punto exacto. Rápidamente me fui a esconder un momento mientras mi compañero se preparaba en un lugar escondido. Y justamente en ese momento cesaron las balas, era nuestra oportunidad. Gabriel rápidamente se posiciono y yo corriendo a gran velocidad utilizo las manos de mi compañero como apoyo dándome un gran impulso para subir a la primera terraza, y así con algunos saltos hábiles entre terrazas logré llegar al techo, y ver al hombre con pasa montaña que nos estaba disparando quien de inmediato se dio a la fuga. — ¡Detente!

Sin pensarlo voy tras de él, saltando entre techos, escucho atrás de mi como alguien me sigue el paso, y su olor me indica que es Gabriel que ya logro alcanzarme.

— ¡Gideon tenemos que atraparlo!

— Lo sé, aumentemos velocidad. — Ambos empezamos a aumentar la velocidad, poco a poco íbamos alcanzando a aquel hombre encubierto. Pero cuando estábamos a punto de alcanzarlo el bastardo se lanzó al vacío desde el edificio lanzando también una bomba de humo, cuando llegamos a la orilla el hombre había desaparecido.

— Aun podemos alcanzarlo.

— No, déjalo. — Dije un poco cansado, pero ahora mi preocupación se aumentaba ya que ahora se trataba de un ataque con balas sin importar las vidas inocentes. — Mierda... Si vinieron por mí... entonces tal vez...

— ¿Gideon?

— Tenemos que irnos, rápido. — Dije mientras saltaba del edificio. — "Espero que aún no sea tarde" — Pienso preocupado ante la sospecha de que tal vez no solo Abel, Caín y Hunter estén en peligro y todo por mi culpa.

Sin ManadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora