~ Gideon ~
Abrí los ojos lentamente me encontraba solo en la comodidad de la cama de Hunter, recordé todo lo que había pasado... Mi celo y mi lujuria me habían ganado y al final llegue a meterme a la cama de Hunter saciando mi sed y teniendo una noche de pasión con Hunter.
— Ambos nos dijimos te amo. — Dije un susurro. De repente siento una felicidad inmensa en mí. No podría creer que ambos pudiéramos sentirnos y volvernos uno de esa manera... Era una felicidad inmensa además también me sentía feliz porque ya no utilizaría aquellas pastillas molestas. Me levanté dándome cuenta que Hunter no estaba, vi una pequeña nota alado de la cama sobre una mesita.
>> Lo siento, me llamaron temprano de la universidad. Necesitan que cubra a un profesor que falto y no pude negarme. Lo siento por no despertar a tu lado, pero te juro que cuando regrese te recompensaré muy bien. <<
Mi sonrisa no se iba de mi rostro al ver la nota, me levanto poniéndome mi pijama pero de repente me siento raro.
— Pero ¿Qué...? — Dije extrañado tocándome el pecho. Mi lobo estaba raro como si estuviera caminando en círculos. — ¿Desesperado? No, es como si estuviera molesto... No sé...
Di unos golpes en mi pecho para ver si mi lobo daba algún indicio de su problema pero nada, simplemente era como si estuviera en espera de algo...
— ¿Qué es lo que tienes? — Dije. Rápidamente me puse la pijama, y fui directamente a la cocina. Rapidamente vi la hora en el reloj de mi celular y mire que eran las 11 am. — Vaya que si dormí. — Sostuve el sarten poniendo dos huevos batidos a cocinar con un poco de aceite. Desayune y empecé a recoger todo el departamento, después de eso vi de nuevo el reloj y marcaba casi la 1 pm. Realmente no sabía que hacer ahora, aun sentía las miradas sobre mí y no podía relajarme o exponerme tan fácil ya que en cualquier momento podría ocurrir algo... En se momento suena la puerta. Lo cual llega a exáltame un poco.
— Voy. — Dije dándome prisa, fue de repente que vi por la puerta sorprendiéndome al ver a Abel fuera del departamento, rápidamente abrí la puerta viendo aun Abel con una mirada oscura. — ¿Abel?
— He estado peleando... Todos las noches siempre peleando tratando de evitar que más gente inocente muera, he matado a más de una docena de lobos pero por cada uno a los que mato, llegan 3 más... — Gruñía con furia en sus palabras. — Estoy harto de esto... Tal vez he estado matando al lobo equivocado. — Vi como de repente y con gran rapidez Abel sacaba un arma para apuntarme con ella, no debía ni siquiera preguntarme de que estaba cargada... Balas de Plata.
— Abel, ¿Qué haces? — Pregunté con las manos arriba mientras el policía solo seguía apuntando con su mirada.
— Todo esto comenzó desde el momento que llegaste. Tal vez si acabo contigo... toda esta pesadilla termine.
— Abel... Estas cometiendo un error, baja el arma y hablaremos, déjame explicarte. — Hablé atentamente acercan, pero fue inútil, recibí un gran golpe por parte de a base de la pistola haciéndome caer al suelo. Fue de repente que sentí como mi lobo se apoderaba todo de mí, y lo último que vi es tomar a Abel por el cuello lanzarlo y al mismo tiempo darle un fuerte golpe que lo aventó más allá del edificio, para después yo salir disparado cayendo frente a frente de Abel...
¿En verdad estaba ocurriendo esto? ¿En verdad iba a pelear en contra de Abel? En contra de aquella persona a la cual he considerado mi primer amigo...
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Sin Manada
WerewolfHistoria ganadora del 3er. Lugar en los Ice and Fire Awards 2018 en la categoria de Hombres Lobo. "Huir de su destino será imposible al encontrar el amor." Los días pasan y aquel olor sigue molestando al joven Gideon Miller quien a sus 19 años es...