Capítulo 9

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~ Abel ~ 

Estar con Caín sería el mejor momento de mi vida, si no fuera porque en estos momentos el departamento de Hunter está siendo bañado con una ráfaga de balas de ametralladora, de un momento a otro mientras estábamos Caín y yo acostados abrazados y juntos, repentinamente mis sentidos me alertaron, mi oído escucho los pasos y el sonido de armas cargándose, tomé al chico y rápidamente nos fuimos a esconder detrás de la mesa de manera que tenía el profesor, estaba resistiendo pero no por mucho y las balas no cesaban. El chico se moría de miedo, estaba aferrado a mí mientras yo lo abrazaba esperando que ninguna bala lo hiriera.

Pero por fin las balas se detuvieron dejando un silencio que a cualquiera le pondría la piel de ganilla. Un silencio que pronto fue interrumpido por el ruido de la puerta al caer. Sentí el olor, eran 4 personas, con ametralladoras. Aventé a Caín lejos y detrás de mí, de una patada aventé la mesa en contra de los asesinos, pero no fue suficiente, dos de ellos lograron esquivar y me empezaron a atacar con cuchillos en mano. Gracias a mis entrenamientos pude hacerles frente pero el numero era demasiado para mi aun siendo humanos corrientes, sentí un gran golpe por la espalda y varios más después dejándome viendo la oscuridad unos minutos.

— ¡No! ¡Abel! ¡Auxilio Abel! ¡Ayúdenme! — Escuchaba a lo lejos, pero al final acabe hundiéndome en un repentino sueño...

Cuando despierto me doy cuenta que recibí un fuerte golpe en la cabeza, vi el apartamento de Hunter destrozado completamente mientras me empezaba a reacomodar. Empecé a mirar a todos lados ¿Dónde está? ¿Dónde está Caín? Me preguntaba... Recordé aquellos gritos ayuda.

— ¡Caín! ¡Esos hijos de perra! — Me levanté de un salto. Estoy más que furiosos, se llevaron a mi pareja, esos asesinos... Y no solo yo estaba furiosos, mi lobo pedía la sangre de aquellos humanos que se atrevieron a atacarnos. — ¡Los mataré! — Grité al salir de lo que quedaba del departamento, me quede mirando un poco a la callé. Inhale profundamente cuando siento el olor de Caín en el iré.

— Lo encontré. En un vehículo a unos kilómetros de aquí. — Gruñí para después dar un salto desde el 5to piso del edificio donde se encontraba el hogar de Hunter, cayendo entero y de pie, di otro gran respiro del aroma de mi pareja, no estaban lejos. Mis músculos empezaron a cambiar en mis piernas y rápidamente comencé a correr detrás de aquellos cabrones que se llevaron a Caín. Sin importar quién me viera y a quien tenga que lastimar en mi camino, yo salvaría a Caín, cueste lo que cueste.


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~ Gabriel ~

— Mmnggrr... — Caigo de rodillas mientras seguía Gideon, quien de repente corrió en busca de unos amigos que tal vez podrían estar en peligro, pero de un momento a otro, mi lobo empezó a aullar desde adentro. De nuevo esta sensación. Mi lobo esta descontrolado, quiero transformarme y correr... ¿Pero a dónde? ¿Por qué me siento furioso?

— Gabriel, ¿Te encuentras bien?

— No, esto es raro... — Digo mientras toco mi pecho, de nuevo quiere salir. — Mi lobo está furioso, quiere ir tras algo, pero no sé qué... Nunca me había pasado algo así.

— Ahora no por favor. Tal vez mis amigos están siendo atacados y a ti te está dando la menopausia lobuna.

— Ja-ja-ja. Gracioso pero solo soy 9 años mayor que tú. Sera mejor que te adelantes, yo en un momento te alcanzo. — Dije poniéndome de pie y poniendo una sonrisa pero estaba peor que mal. Esto no podía ser nada del cuerpo físico, si no era mi alma la que estaba mal.

Sin ManadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora