Una vida contigo (parte 3)...

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Revenge veía hacia el bosque fuera del muro y, apresar de que estaba allí para controlar cualquier amenaza, no puedo evitar sentir paz en su interior.

Atrás y en el olvido habían quedado aquellos años en los que solo caminaba y respiraba. El macho cerro los ojos sintiendo como la brisa de aquella noche le acariciaba la piel. Era fácil respirar. Sonrió.

Tenia a alguien por quien velar, a quien amar y quien le amaba. Estaba mas que convencido que Evy haría cualquier cosa por verle feliz. Torció el gesto. Bueno, pensó, casi cualquier cosa. Recordó mientras veía a la pelirroja caminar por el bosque con repelente y gas pimienta en sus manos.

-Es para protección-, solía aclararle, cuando el macho miraba el objeto con disgusto. -Si encontramos un oso por aquí, este bebe lo hará que corra en otra dirección, mi amor, ya veras-. Decía para luego tomar una posición muy parecida a un cachorro de lobo aprendiendo a cazar.

El macho río nuevamente ante la imagen. Èl y la manada eran perfectamente capaces de protegerla. Evy tenia la idea de que aquello era su trabajo. No podía negarlo. En aquellos años viviendo juntos, ella le protegía,  su amor era todo lo que bastaba para ello.

El olor en el ambiente estaba cambiando. Pronto, el sol se colaría entre las hojas de los arboles y el bosque quedaría en silencio tras el retiro de la vida nocturna. Habían pasado casi once horas desde que se despidieron en persona. La extrañaba; sabia que estaba segura, aun así no sentía tranquilidad.

-El equipo humano y nuestros hombres ya están de regreso. Se retira la alerta en ambas sedes-. El macho sonrió. La voz de su mujer en modo de mando era excitante y muy distinta a la que usaba con él.

El macho dejo su puesto y corrió hasta llegar a seguridad. El bullicio y movimiento se percibía, la atención había pasado, mas no el nerviosismo. Fuera de seguridad, EJ estaba sentada, casi en posición fetal y su brazos aprisionaban sus piernas mientras Becca hablaba en tono bajo con ella.

La mujer ya no le temía. Había sido un camino largo, pero al final y tras casi haber acampado a diario en su territorio durante meses, Ira acepto que tratara de pedir disculpa a su compañera. No eran amigos íntimos, pero ella ya no olía a miedo cuando el no estaba cerca y por lo general le sonreía. Volvió a prestar atención a su mujer.

El macho, apretó mas el paso hasta llegar a su encuentro.

-Esta algo nerviosa-, le informo la mujer.

EJ levanto el rostro y se abalanzo a sus brazos. Parecía como si no quisiese apartarse o deseaba fundirse con su piel. El macho acaricio su espalda mientras la levantaba y ella envolvía sus piernas es su cintura.

-Gracias, Becca. Yo me encargo-. La mujer asintió y se introdujo al edificio. Revenge abrazo con fuerza a su compañera. -¿Que ocurre, Evy?-, pregunto. Ellos solo negó en su hombro.

-Llevame a casa-. Pidió.

Revenge tomo uno de los autos y condujo con rapidez aun con ella en sus brazos. Se abstuvo de gruñir a cualquier cosa que le estuviese lastimando. Al llegar, los ojos de la mujer estaban mas que hinchados.

-Dime, que ocurre-, pidió ya con desesperación mientras la colocaba el su regazo y tomaba asiento en su sala. El corazón de ella parecía querer salir de su sitio, y su respiración era acelerada. El miedo podía olerse en su piel fría y sus ojos estaban llenos de el. El macho gruño. Una parte de èl (la mas salvaje) anunciaba que debía protegerle, pero aquello era casi una misión imposible si no podías ver cual era el peligro. -Contesta, Evy-. Exigió. Ella solo le miro con mayor intensidad.

-Te amo-. Le dijo mientras sus manos exploraban su rostro. -Te amo mas que cualquier cosa en el mundo. No se que seria de mi si te perdiese, Ven. Mi Ven, mío-. Volvió a repetir. EJ se había repetido aquello durante horas, como un mantra, o quizá quizás una oración, una petición, mío, mío, mío ¡mio! Se decía, tratando de aferrarse a su propia cordura. ¡Oh Dios mio ayudame! Suplico una y otra vez sin obtener respuesta alguna.  El macho abrió los labios para responder, ella nunca le perdería. Estaban atados de forma irrevocable y sus miedos eran infundado. La boca de la mujer colisionó contra la suya antes de emitir palabra alguna.

Revenge respondió de inmediato (no era que tuviese otra opción). Los de ella eran besos demandantes, fuertes y desesperados. El macho, en cambio, trataba de controlarla, mientras esta empezaba a retirar la ropa de ambos.

EJ se sentó a horcajadas, ella lo quería dentro de ella, pronto, rápido y fuerte. Quería que le hiciese olvidar las ultimas horas de su vida, borrarlas y retenerlo a su lado por siempre. Pero las voces y las imágenes se repetían como una película interminable; era una maldita pesadilla. La mujer apretó su agarre sobre el cuello del canino mientras se frotaba de  forma urgente sobre su polla ya hinchada.

-Tomame, ahora-. Suplico con voz ronca. Revenge rasgo la tanga que apenas cubría la piel de EJ, ella, sin aviso, se alineo a si misma y descendió con fuerza sobre el fallo excitado provocando un gruñido de su parte y un gemido de alivio de parte de ella. Ella cabalgo sobre èl de forma frenética. Revenge no le detuvo, solo la sostuvo contra el mientras le repetía que estaba allí, que no se separaría de su lado y que le amaba. Evelyn gimió con fuerza cuando el orgasmo la atrapo. Revenge aulló, mientras las paredes vaginales de su compañera lo exprimían y atrapaban. Al final, EJ se desplomo sobre el canino y sus lágrimas cayeron sobre la cálida y bronceada piel del macho.

.

Revenge no había dormido. La mañana había dado paso a la tarde y esta a la angustia. EJ dormía en su pecho. El cansancio le había ganado hacia solo unos minutos atrás, aun así, seguía aferrada a el como si su vida dependiese de ello. Dormía, pero su ceño estaba fruncido y estaba inquieta. Era frustrante lo impotente que se sentía. Su teléfono resonó y estiro el brazo para callarlo.

-Aquí, Revenge-. Afirmo en tono bajo. Sea quien sea de seguro le escucharía.

-Es Cold. Tienes que venir a mi casa. Sarha quiera hablar contigo-. El macho frunció el ceño.

-Tiene algo que ver con el estado de EJ-. Afirmo.

-Ven aquí, ¿Como esta ella?-. Revenge observo el rostro de la pelirroja.

-Dormida, por ahora.

-Bien. Ven aquí. No tardaría en regresar-. En macho colgó. Revenge separo el cuerpo de EJ del suyo con cuidado. Se coloco sólo un pantalón corto y salió a toda velocidad.

Aulló en el limite del territorio del felino. No recibió respuesta, pero no tenia tiempo ni paciencia para esperarla. Le tomo desprevenido el abrazo y el rostro compungido de la semi felina, al igual de el hecho de que su compañero no estuviese protestando por se cercanía. Observo a ambos y todos sus sentidos se pusieron en alerta.

-¿Que ocurre?-, pregunto. Ambos especies torcieron el gesto. La hembra tardo unos cuantos minutos para empezar hablar.

★★★★
Hola, espero que les guste.
Me dejan sus mensajes.
Un beso.

Revenge. Nuevas Especies. Libro 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora