Maratón 2/4
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Le dolía la cabeza. Estaba a punto de matar a alguien y sentía la ligera necesidad de vomitar en los zapatos de alguien.
EJ frotaba sus sienes mientras tomaban asientos de forma apresurada en unos de los asientos de la sala del edificios de las hembras. Su padre, con una sonrisa prometedora en el rostro, hablaba con una de las hembras (las cuales habían insistido en conocer al hombre) mientras una pequeña niña con cabello castaño y ojos tristes giraba entornos a sus piernas. Las hembras reían con el hombre mientras este les contaba las vergonzosas anécdotas de la niñez de la peliroja y está, por su parte, pensaba seriamente en la posibilidad de cambiar su estatus de hija a huérfana al menos de parte paterna.
Un movimiento a su derecha y los brazos cálidos y delgados sobre su hombro le indicaron que su madre estaba sentada a su lado.
-Ten paciencia cariño. Recuerda que no lo hace para avergonzarte. El hombre simplemente te ama y no sabe distinguir entre lo que él considera motivo de orgullo y lo que no se puede divulgar-. Le dijo con una sonrisa en los labios. La mujer pecosa volvió a gemir al aceptar la vergonzosa realidad; su padre no se detendría.
No..., aquel no era su día.
Revenge la miraba con algo parecido a la diversión desde la cocina del lugar. Nunca se imagino a sí mismo siendo apreciado y 'aunque pareciera increíble' dejado estar entre la hembras como si no representará ningún riesgo para ellas. Vio a su compañera una vez más sintiendo que su pecho se inflaba de orgullo y amor.
Tener a los padres de la pelirroja cerca no le pareció, y citó, ' la catástrofe del milenio' como aseguró su compañera con voz desesperada. No, aquel humano amaba a su mujer tanto como él; ¿Que había de malo en ello? Se preguntó el canino mientras llevaba una botella de refresco hasta sus labios.
-¿Y bien?...-, el macho vio al hombre unos cuantos centímetros más bajo que el y con aquella mirada de niño con algo de confusión. -¿Cual será mi nieta?-. Agregó con una gran sonrisa. El macho se atragantó con el refresco y empezó a toser tratando de sacar la azucarada mezcla de sus pulmones, no tenía mucho éxito, a decir verdad, sus ojos empezaron a salir de sus órbitas mientras se doblaba en Vizcaya del preciado oxígeno que había sustituido el agua azucarada.
Unas pequeñas manos golpearon de pronto su espalda con insistencia. -¿Que le has hecho pá?-. Pregunto EJ con pánico. Su padre le vio inocencia mientras elevaba sus hombros en un gesto que reconoció en ella misma, mientras restaba importancia al asunto.
-Hay muchas lindas niñas aquí, sólo pregunté ¿cual sera la nuestra?-. Expreso como si del clima se hablará 'señor dame paciencia ' imploró la pelirroja mientras fulminava al hombre con la mirada. Tomo un respiro profundo.
-Papá...-, empezó. -No hemos elegido a ninguna niña porque simplemente no son paquetes que podamos llevar a casa. Ellas ya han pasado por bastante. Apenas se han acostumbrado al contacto y confiar nuevamente en las hembras. No podemos simplemente sacarlas de aquí y llevarlas a casa. Aquí tienen amor y cuidado. No es un orfanato como los nuestros, ellos si cuidan a estas niñas, las aman. Si algún día una de ellas va a casa con nosotros, será su elección. Por lo menos les debemos eso-. Dijo mientras veía con amor a su padre. El hombre, por primera vez, sintió que su hija ya era una mujer al cual admirar por lo que era, no por la niña que aún vivía en su cabeza. Asintió. El hombre simplemente tenía la garganta trabada para asegurarle que había comprendido.
Revenge, finalmente recuperado abrazo a su compañera y beso su cuello. -Tranquila...-, susurro. -dejale un momento. Ya lo ha entendido, Evy-. Dijo. Ella asintió viendo ahora con detenimiento al hombre frente a ella. Su padre estaba envejeciendo. De alguna manera la insistencia del hombre sólo consistía en inyectar un poco de alegría a sus años. Ella, EJ, vio las crías en el lugar y empezó a cuestionarse si serio o no buena idea intentarlo, después de todo, ella misma era la prueba perfecta de que padre no era quien procreava sino quien te amaba hasta cuando no lo merecía y permanente suempre a tu lado.
-Revenge-. La profunda voz de un macho llamo la atención de los presentes. Vestido de negro y con el emblema de la ONE en su pecho, Book no parecía para nada agradable. -Justice solicita tu presencia en seguridad-. Aviso mientras miraba de reojo a la peliroja. El canino frunció el ceño por lo implícito del asunto.
-Evy, tengo que ir-. La mujer asintió en comprensión.
-De acuerdo, sólo cuidate... y recuerda que te amo más que nada-. Agregó. El macho sonrió, luego la beso.
Evelyn vio marchar al especie con cierto nerviosismo recorriendo su cuerpo. Lo que el macho iría hacer en seguridad no era bonito; ella entendía que por instinto protector, el iría y haría lo que fuese, incluso matar al hombre que ahora estaba bajo el resguardo de la ONE.
Revenge bajo de carro. Las puertas de seguridad no eran un obstáculo mientras las empujaba y avanzaba con Book a sus espaldas. -A la derecha-. Avisó El macho tras él cuando uno de los pasillos se abrió ante ellos. De pie junto a la puerta, Justice le esperaba con la furia impresa en sus facciones.
-Dum acaba de terminar con los otros dos. Quería que fueses tu quien viera a este antes de ser trasladado. Era el humano quien recibiría a tú compañera; aun no hemos iniciado para saber cual era su propósito...-, el líder especie pensó con detenimiento sus siguientes palabras. El aura del canino solo vislumbraba muerte, pero, este humano podría llevarles al lugar de otra instalación; no podían perderle. -no puedes matarle, Ven, èl nos puede llevar donde hay mas de los nuestros. Tim esta comprobando su identidad en este instante. Solo creí que merecias ser quien sacara la nierda del interior del hombre antes que Darkness y Book se ocuparan-. Aclaró.
Revenge asintió agradeciendo el gesto del felino. El macho sabia que ellos tenían la opción de no hacerle participe de aquello. De una forma u otra, el macho canino años fin se sintió parte de su pueblo. Ellos eran su familia. Y, al parecer, todos ya lo habían aceptado.
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Siguiente capitulo: ¡Final!
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Revenge. Nuevas Especies. Libro 5
Fanfic-Una vez creí no tener nada porque vivir...-, Dijo el macho. La mujer en el auto apretó el volante con fuerza mientras un gemido lastimero salia de su garganta. -luego...-, continuo en macho. -te encontré, y supe que eras la única razón por la cual...