El macho veía el va y ven del cuerpo delgado a su lado con sentimientos encontrados. En cierta forma, la criatura que lo seducía con los 'mmm' y 'si' bajos y movimientos sexuales casi imperceptibles estaba dormida. Diablos que lo sabia. El macho había agotado por completo a la pobre mujer, sin embargo, allí estaba, erecto, listo, deseoso y casi frustrado.
La lucha interna entre dejar que la mujer descansara y el olor almizclero de su excitación cuando, evidentemente, estaba soñando con el clavado en lo en lo mas profundo de su coño, lo frustraba aun mas.
El macho siseo cuando su pene se sacudió en protesta, su 'fuerza' de voluntad mermo cuando ella se volteo y quedo expuesta a èl; labios rojos y húmedos, clitoris hinchado y palpitante como una maldita flor abierta en todo su esplendor, lo llamaban, como una maldita sirena a un marinero embriagado y loco.
-¡Hijo de puta!-. Grito, susurro a si mismo cuando se coloco entre las piernas de la mujer y las abrió de forma lenta antes de sumergirse como un caminante del desierto en un oasis.
EJ abrió los ojos con rapidez y se incorporo de golpe en la cama cuando un abrazador orgasmo amenazaba con partirle en dos.
-¡Jesucristo!...-, blasfemo sin vergüenza cuando la lengua gruesa y rasposa del macho entre sus piernas lograba su objetivo. Éxtasis. Su espalda cayo de vuelta al colchón como si le hubiesen golpeado, quizás, si se veía desde cierto punto de vista, así era. Sus manos temblaban y su cuerpo palpitaba con un delicioso dolor que se extendía hasta su cerebro. Sus ojos se nublaron, aún así no se perdió de la mirada depravada del macho cuando al fin se alzo sobre su cuerpo laxo sobre el colchón. Conocía aquella mirada. Promesa..., promesa de calor entre sus piernas y de caricias prohibidas y deseadas. "Me matara, ¡joder va a matarme!" grito su parte racional. "Y estaremos bien jodidas" decía aquella parte descarada dentro de ella. -estoy muy jodida-. Pronuncio.
La risa profunda y divertida del macho se perdió en el aire mientras su coño era invadido por su falo. -No lo suficiente-. Había susurrado el macho mientras pivotaba contra la vagina de la mujer. Los gemidos y jadeos de ambos se incrementaban según el sol invadía cuan voyeurista la pequeña habitación, al final, cuando la luz del astro bañaba ambos cuerpos relucientes sudorosos y saciados, la pequeña mujer pelirroja al fin logro un poco de descanso.
Revenge veía a su rededor con el ceño fruncido. Era la primera vez desde que había llegado a la zona salvaje, su hogar, que realmente veía el lugar en el había habitado por años.
Gruño. Nunca había necesitado nada mas. Nunca, en realidad había querido un lugar distinto donde habitar. Simplemente, no era necesario o requerido.
La imagen del espacio de dos habitaciones separadas apenas con un delgado muro, la cocina, junto al pequeño comedor de dos sillas y el sillón frente al televisor hicieron que de un momento a otro sintiese pena por si mismo. "Malditamente pequeño" pensó, mientras se daba cuanta que nunca había prestado la mas mínima atención en si mismo.
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Revenge. Nuevas Especies. Libro 5
Fanfiction-Una vez creí no tener nada porque vivir...-, Dijo el macho. La mujer en el auto apretó el volante con fuerza mientras un gemido lastimero salia de su garganta. -luego...-, continuo en macho. -te encontré, y supe que eras la única razón por la cual...