Primitivo...

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Revenge veía a la hembra especie frente a él con algo parecido al desagrado. ¿Porqué el hecho de que haya estado viviendo entre ellos le daba el derecho de tocarle? Estaba realmente cabreado. La hembra sonreía de forma melosa frente a su puerta; con esta, ya eran tres que venían a ofrecerse para compartir sexo esta semana. Esta, en particular, había sido por mucho la mas insistente.

-No estoy interesado en compartir sexo contigo, estoy retrasado, tengo que regresar a la zona salvaje-. Respondió. La hembra volvió a sonreír.

-Nos vemos en la noche entonces. Te invito a tomar la cena en el bar, luego...-. El gruñido del canino hizo que la felina detuviese su discurso.

-No estoy interesado a compartir sexo contigo, ni con nadie-. Afirmo de forma contundente mientras cerraba la puerta tras suyo y tomaba el camino al primer piso con largos pasos. La hembra frunció el ceño.

-¿Porque entonces construyes una casa? Las hembras creemos que quieres una compañera..., nuevamente y no te han visto tras ninguna humana. Todos ven lo distinto que te portas. Justice confía en ti lo suficiente para dejarte rondar a su hermana y sabemos que Sandy y su cachorro te aprecian. Eres atractivo. Podemos probar nuestra compatibilidad y ver si podemos convivir. Muchas de nosotras queremos tener un campañero, pero la mayoría de los machos solo les interesa el sexo. No han tenido una compañera que amar..., tú si-. Afirmo. El canino tomo camino hasta las escaleras seguido de cerca por la hembra.

-No estoy interesado-. Volvió a repetir poco antes de traspasar las puertas del hotel. Una sonriente y muy burlona Sarha estaba de pie en la entrada. "Maldición, ¿Porque tenia que ser ella?" Revenge apreciaba a la hembra, lo hacia en verdad, pero sus ocurrencias desesperaban hasta el mas sensato. La mujer camino a su lado, y, sin ser invitada se coló en el asiento del copiloto del jeep del macho.

-¿Así que, Morarc, eh?-. El macho gruño en su dirección, la hembra río con fuerza. -Quien la hubiese pensado, Revenge, el nuevo rompe corazones de la ONE-. Se burlo con saña. El macho acelero haciendo que esta se aferrara con fuerza a su asiento y volviera a reír. La mujer bajo la voz. -Tuve una conversación muy interesante con nuestra táctico informático anoche-. Sonrió de forma maliciosa. El macho detuvo el vehículo de repente haciendo a ambos rebotar en sus lugares.

-No lo hiciste-. Dijo de forma amenazante en dirección a la semi felina. Esta frunció el ceño y se cruzo de brazos.

-Oh si que lo hice. He escuchado a las hembras hablar de ti, Ven. Están calientes y locas. Eres la maldita novedad y tu aire de "no quiero a nadie" las esta poniendo peor. Si pudiera les partiría la cara pero eso delataría a ambos. Mas te vale reaccionar pronto y demostrar que ya tienes compañera, o la perderás. Es humana, y te ama ¿Cuanto tiempo mas crees que esperara si se entera que hay hembras semi desnudas en tu puerta a diario estas ultimas tres semanas?-. El macho gruño. No era su maldita culpa. La mujer suspiro. -Se que no has siquiera aceptado una invitación a comer, pero creo que debes decirle al fósforo lo que pasa-. Aseguro. El macho asintió.

-Lo haré-. Afirmo. La mujer miro al frente y el macho volvió a emprender la marcha.

Revenge salio del ascensor y camino por el pasillo acariciando su casi inexistente rubia cabellera. Eran las días de la noche. El cansancio en su cuerpo se unía a la frustración. No había podido hablar con su Evy desde las cuatro de esa tarde. "Demonios" pensó, al darse cuenta que tal vez, solo tal vez había tardado demasiado en contarle su nueva condición. Para su agrado, no había vuelto a ver a las hembras ese día, pero, la siniestras sonrisa de Sarha lo tenia inquieto. Bufo. "Loca, desquiciada y extraña hembra" pensó mientras abría la puerta de su habitación. De inmediato, el olor embriagante de Arica lleno sus sentidos. "Mierda" pensó entre emocionado y algo asustado. Su cuerpo invadió la estancia.

Sin poder evitarlo la cautela lleno su sistema. -¡Tú...-, era una almohada o quizás un cajin que se estrello contra su cabeza. -Si no me gustara tanto esa parte ti, juro por dios que te cortaría las bolas!-. Grito EJ desde su posición de tiro.

Revenge sacudió la cabeza. No se inmuto con el siguiente golpe. Sonrió. Ella esta ahí, cabreada, sonrojada y con el cabello alborotado, en sus manos, el siguiente proyectil que de seguro aterrizaría en alguna parte de su cuerpo. Sus gafas estaban opacas por la furia y traía un... "Joder" pensó el macho cuando las lechosas piernas de la mujer eran cubiertas por un precario vestido de color verde. Gruño.

-Evy-. Advirtió el macho con voz profunda y siniestra. EJ sujeto el siguiente cojín contra su pecho, un escalofrío recorrió su columna al ver los pasos del macho avanzar cual cazador a su presa. "Demonios esta hermoso. Voy a lamer esos brazos hasta hartarme; Carajo me dejara atarlo..." la mujer detuvo sus propias divagaciones. "¡No! Estoy enojada, si, eso" pensó. La mujer volvió a su posición hostil, mas, no había podido detener el olor a su excitación.

Las fosas nasales del canino se extendieron. Gruño. -No te atrevas. Estoy enojada contigo-. Afirmo la pelirroja con la palma extendida. El macho sujeto la mano y su lengua barrio en la piel. -Mmm-. Se quejo la mujer. Un segundo mas tarde, aquella, enorme, como la siente y... "Deliciosa lengua" pensó, invadía su cavidad oral.

"Mía, mía, mía, mía, ¡mía!" gritaba el macho en sus adentros. Aquello era nuevo para él. Todos sus sentidos se dirigían a poseer, mantener, atar. Quería enterrarse en ella con un animal primitivo y quedarse allí, dentro... "Muy dentro" pensó cuando sus manos poseyeron el culo de su mujer. EJ jadeo cuando sus pantis fueron arrancados sin aviso. El macho soltó su boca. EJ sintió el movimiento brusco al ser empujada sobre el sofá. El macho mordió su cuello, la pelirroja se quejo por el pellizco repentino y por la caliente y dura erección sobre su espalda. -Eres mía, Evy-. Gruño, mientras uno de sus dedos barría coño ya empapado. -Grita, que te coja duro, aquí, ahora-. Volvió a gruñir mientras volvía a tomar posición de su cuello.

-Si-. Dijo la mujer en un quejido. Revenge se separo un poco, beso su espalda y entro el ella con aquella fuerza salvaje que le dominaba. -¡Si! Si, así-. Grito. El macho volvió a descender sobre ella y mordió su hombro, la marcaba, ella era suya y ambos lo sabían.

"Mía para proteger, mía para amar... Mi compañera" aquel fue el ultimo pensamiento racional del macho antes de sumergirse de lleno en su tarea de poseer a EJ.

★★★★★

Hola...
Espero estén bien.
Bueno, aquí les dejo otro capitulo.

Espero les guste.
Un beso...

Revenge. Nuevas Especies. Libro 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora