La mujer pelirroja acostada de costado en el suelo frío de aquel lugar empezó abrir los ojos de forma lenta. Sus párpados ardían y las imágenes parecían borrosas y rotas tras su vista. Su cabeza, en el frío suelo, dolía y palpitaba. Unos segundos mas tarde, se daría cuenta de que la visión casi prismática en sus ojos se debía a la rotura de sus anteojos y que estaba atada con los brazos anclados en su espalda.
Por encima de su cuerpo y con sus oídos aun palpitantes podía ver lo que parecían ser botas yendo y viniendo por encima. Apretó los ojos con fuerza y trato de concentrarse aun mas en su rededor. Un golpe ensordecedor le hizo girar su cabeza hasta su derecha. La pared de metal que cubría el espacio parecía estar a punto de ceder por alguna fuerza exterior.
-¡Hijos de puta!...-, escucho gritar una voz extraña, esta, tenia un toque de lo que parecía pánico. -diles que nos saquen de aquí, ¡joder!...-. Volvió a gritar el desconocido cuando otro golpe impacto sobre la ya dolida pared de metal. EJ sintió algo frío apoyarse en su cabeza, alguien la alzo sobre sus pies sin cuidado alguno y la llevo hasta una ventana. La mujer podía ver un puñado de arboles bajos amontonados a la constancia, una carretera y unos cuantos autos a los costados y frente al lugar. -Dile que se detenga o meteré una maldita bala en tú cráneo. ¡Me oíste perra!-. Amenazo el hombre ahora sujetándole con fuerza la garganta y ocultándose a sus espaldas.
EJ trato de respirar con tranquilidad. Aunque aun no comprendía del todo lo que ocurría. De pronto, como si fuese la escena de alguna mala película casera, vio un puñado de hombres avanzar hasta ellos entre la humareda blanca y a Revenge abalanzarse sobre ellos tratando de que no llegasen hasta ella mientras otros gruñidos se alzaban a la distancia, mierda, pensó la pecosa mujer ahora viendo lo que ocurría unos metros hacia abajo. El edificio de dos pisos parecía ser un almacenamientos para repuestos.
Revenge bullía entre la locura y la impotencia. Aquellos malditos hijos de puta no habían podido llegar muy lejos, pero estaban atrincherados en una de las bodegas con un arma puesta en la cabeza de su mujer. La había perdido de vista solo unos segundos, su cuerpo estaba aletargado por el gas que se expandía por el lugar como si de niebla huyendo del sol se tratase. Ellos, en un acto de desesperación, la arrastraron hasta el agujero en el cual se atrincheraron cual si fuesen ratas.
Arriba, y tras la ventana, Revenge podía ver la herida en la frente de Evelyn y la sangre que brotaba de ella hasta bajar por su mejilla izquierda lo tenia aun mas desquiciado. La mano del humano que apretaba su garganta ejerció mas presión, él desde su posición, podía ver a la pelirroja luchar en busca del preciado oxigeno.
Un aullido resonó en el lugar. Los hombres que se resguardaban, que ahora, de los doce que habían llegado hasta allí solo quedaban tres, saltaron en alerta.
-¡Devuelvan a la hembra y aseguramos que seguirán con vida!-, los hombres escucharon aquella afirmación y por algún motivo, sus nervios temblaron en terror absoluto. Darkness, quien había llegado al lugar solo unos diez minutos mas tarde, pudo escuchar con claridad la protesta en el gruñido de Revenge. Aquellos infelices no saldrían con vida de aquello, pero eso es algo que descubrirán mas tarde, se dijo el felino a si mismo.
-Tenemos a los dos restantes en la mira... ¿orden?-, la voz de Tim tras el auricular no logro que el felino cambiase su posición.
-¿Donde esta el segundo equipo?-, pregunto sin cambiar su postura o quitar los ojos de encima del humano tembloroso unos metros mas arriba.
-En movimiento-, respondió Tiger mientras avanzaba a pasos lentos junto a Fire sobre el techo del lugar. -Los tenemos en la mira-. Afirmo.
-¡Solo queremos irnos de aquí!-. Grito el mercenario. Sus jefes hacia mas de una hora no contestaban a ninguno de sus llamados y mas de la mitad del equipo estaba muerto. No arriesgaría su vida un minuto mas por aquellas personas. Ty Patric había sido dado de baja de la marina dos años atras por insubordinación y abandono de misión. Su padre era quien creía en el deber por encima de todo. Patric veía por si mismo ante cualquier circunstancia. Sabia que si algo salia mal se jugaba el pellejo, pero, la paga era lo bastante buena para sacarle del motel de mala muerte en el cual yacían dos rayas de coca en la mesa y una mujer cuyo nombre apenas y recordaba rebotando cual caballo salvaje sobre su verga. Aquel hombre de alma cobarde tarde comprendió que contestar aquel teléfono había sido el peor error que había cometido en su miserable existencia, joder, encrespó para si, mientras dos golpes sordos se escuchaban a su espalda. Por impulso, volteo a mirar. Dos figuras vestidas con camuflaje yacían inmóviles en el suelo, sobre ellos, dos descomunales figuras con ojos animales y colmillos descubiertos le miraban cual gárgolas en catedral.
Patric grito cuan adolescente en concierto de estrella de rock, la diferencia: ellas lo hacían por diversión y excitación, èl, Patric, solo estaba aterrorizado y sin pensarlo dio la espalda a la ventana de la cual, solo unos minutos atrás, se resguardaba tras el cuerpo de la pelirroja.
Una tercera figura se asomo tras los demás elevándose por la escalera que llevaba hacia la habitación que ocupaba. Un quejido lastimero le indico que los hombres en el suelo aun seguían con vida. Presto atención a la figura que ahora parecía estar analizando su ubicación. Tenia casi dos metros de alto, rubio, pelo corto y en puntas, parecía cono si apenas estuviese creciendo; fue la mirada diabólica del especie frente a él lo que puso los pelos de punta al humano.
EJ casi sintió pena por el hombre..., casi era la palabra clave. Una sonrisa empezó a formarse en los labios de la mujer. Revenge le vio, se sintió aliviado. Ella sabia lo que él haría, aun así, el podía ver el amor reflejada en su mirada, èl, Revenge, mataría al hombre que ahora apuntaba el arma hacia su dirección y ella, Evelyn, no sentiría ningún remordimiento ni reprobación hacia ello.
-Sueltale-. Ordeno en forma baja el macho.
-Ni de coña-. Respondió el hombre. -Te diré lo que ocurrirá ahora, animal estúpido-..., Idiota, pensó Tiger al escuchar la amenaza del pobre humano. El hombre continuo hablando sin imaginar que su futuro ya esta escrito. -yo saldré de aquí con la puta y tú y los idiotas de allá abajo me dejaran ir, luego...-, el sonido de un cristal romperse fue la señal para el canino. La bala que atravesó la frágil sustancia transparente, atravezo el hombro derecho del humano, logrando así que el agarre sobre su arma se perdiera. Shene, con rifle en mano y aun mirando a través de la lente, sonrió con suficiencia.
Revenge se abalanzó sobre el hombre apartando a EJ de ellos. El pitido agudo que salio de la garganta del hombre no se comparaba con el olor a miedo que emanaba de su asqueroso ser. Revenge sonrió con malicia en el rostro del humano. -No me mates...-, dijo de forma lenta y sin aire. -yo te diré quien nos envió..., si me dejas vivir-. Aseguro. El macho retumbo con un gruñido su pecho, y gruño con rabia.
-Ya no eres necesario..., humano-. Le dijo con una sonrisa siniestras para luego volver la vista hasta sus compañeros y los hombres que, ahora, forzaban con los especies sobre ellos para soltarse.
Grito, si, Ty Patric grito cuando supo el instante en que su vida terminaría. Bajo la mirada oscura del canino, en aquellas pupilas de color negro, èl vio reflejada su propia muerte.
EJ vio el cuerpo tiritante del macho a quien amaba cuando al fin soltó el cuerpo inmóvil del humano ahora muerto en sus manos. Le abrazo, aún de rodillas sobre el suelo del lugar. El macho se inclino y arropo a la mujer con su brazos.
-Vamos a casa-. Dijo la pelirroja. El macho solo la abrazo con mas fuerza mientras el aroma de ella se introducía en sus fosas nasales. Revenge alzo en brazos a la mujer mientras tomaba camino para salir del lugar.
★★★★
TRARAN!!!
HOLA.
EL SIGUIENTE SERA EL CAPITULO FINAL.
UN BESO.
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Revenge. Nuevas Especies. Libro 5
Fanfiction-Una vez creí no tener nada porque vivir...-, Dijo el macho. La mujer en el auto apretó el volante con fuerza mientras un gemido lastimero salia de su garganta. -luego...-, continuo en macho. -te encontré, y supe que eras la única razón por la cual...