¿Qué tanto puedes saber de mí?

Capítulo 3. Nuevos amigos

La mañana siguiente desperté antes que mamá me levantara, eran las 6:10 a.m. así que preparé el desayuno -cereal y leche, ¡Qué gran chef! - me cepillé los dientes, me puse pantalón azul, una blusa blanca junto con mi suéter gris y mis tenis color blanco, me recogí el cabello, esta vez si metí mis lentes de descanso y subí al auto, mi padre me llevaría al colegio.

- ¿Qué tal fue tu primer día de clases en la preparatoria?
- Mmh, no fue tan malo.
- ¿Por qué lo dices?
- Porqué ayer me tocaron las asignaturas que más me parecían interesantes en años anteriores y los maestros que dan clase, aumentan el interés, literatura, el Sr. Goodman es joven y tiene más entusiasmo.
- ¿Literatura? Recuerdo que yo en la preparatoria pensaba que era la asignatura más horrorosa que podría tener, definitivamente eres igual a tu madre.
- ¿Aburrida?
- No, igual de extraordinaria y hermosa.
- Ni lo dudes, papá. -sonreí-

Llegamos al colegio, le di un beso de despedida en la mejilla y se marchó. Al entrar a la preparatoria, revisé mi horario de clases, Literatura I, para la primera hora y así para los demás días. Entré al salón y me senté justo en el lugar de ayer. A mi lado izquierdo se sentaba Nicole Castillo y a mi lado derecho nadie, hasta que el muchacho de ojos cafés llamado Christofer decidió cambiarse de lugar.

Inició la clase y el maestro Goodman había dicho que nos formáramos en binas y que leyéramos la página 7 del libro de texto, se me olvidó por completo, estaba nerviosa por lo que le diría al maestro cuando pasara a mi lado. Jugaba con mi anillo que tenía en el dedo anular, Christofer se dio cuenta y reía.

- ¿Quieres que seamos pareja? -me pilló-
- ¿No ya tienes a una?
- No, por eso te pregunto a ti.
- Es que no leí la página que él había dicho, no te seré de mucha ayuda.
- Te debo una, después del golpe que te diste ayer por mi culpa.

Le mostré una sonrisa y accedí. El maestro pasó a los lugares y nos dio una hoja que decía:

Subraya cuales de las siguientes afirmaciones son verdaderas.

1.- El texto literario busca informar exhaustivamente.

2.- El mensaje literario recurre a una expresión directa y denotativa.

3.- El valor estético de un texto literario reside en su lengua y en su contenido.

4.- Los criterios estéticos varían según la sociedad y el tiempo histórico.

- ¿Puedes saber cuál de estas son las correctas? -me preguntó-

- Claro. Son la 1 y la 2.

- ¿Cómo la sabes?

- Sólo sé, que no sé nada - reímos-
- No estamos en filosofía... A ver... Mmh sí -verificó que la respuesta esté bien- sí es correcto.

Entregamos la hoja antes que los demás y, estuvimos platicando a cerca del colegio y fue entonces que...

- Hemos estado platicando durante 10 minutos y usted señorita, no me ha dicho su nombre. -Estaba tan entretenida observando cada uno de los movimientos de Christofer, que se me olvidó presentarme.-

- Perdona, me llamo Romina Becher.
- Mucho gusto Romina Becher, mi nombre es Christofer Lowell, ¿Eres nueva en la Ciudad de Londres?
- Sí, hace 3 meses que me mudé, vengo de Liverpool.
- ¡Valla! ¿Liverpool? Un lugar muy bonito y de mucha cultura.
- ¿Ya lo has visitado?
- Sí, mis abuelos paternos viven ahí, así qué vamos cada Navidad.
- Una excelente fecha para visitar la ciudad.
- La verdad sí. -sonrió-

Había terminado la clase de Literatura. Christofer y yo teníamos otra clase juntos. Fuimos lo más rápido al salón, llegamos justo detrás de la profesora Hamilton. Dio inicio a la clase de redacción y explicaba sobre que se iba a tratar las clases, los temas que íbamos a ver durante el semestre y como podíamos pasar la asignatura sin problema. Antes de formar los equipos de trabajo, hizo que nos presentáramos unos a otros. Nunca me había gustado presentarme y creo que la maestra lo sabía, inició conmigo:

- Bien, señorita. Preséntate frente al grupo. -me sonrió-

- Hola, me llamo Romina Becher, tengo 18 años y vengo de la Ciudad de Liverpool y me gusta la música clásica.
- ¿Cómo te gusta que te llamen Romina? -preguntó la profesora-.
- Sólo se lo digo a mis amigos, profesora. -cómo si los tuviera. Sonreí-
- Muy bien. ¿Quién sigue? Mmh... Tú -señaló a Nicole-
- Me llamo Nicole Castillo, tengo 17 años... -parecía que su voz se cortaba al presentarse frente a la profesora- me gustan los cachorros y me gusta la música pop.

Pasó Jair, era un chico que usa lentes, su cabello largo castaño hacía crecer sus cejas oscuras. Valentina, la chica del color rosa y uñas con su barniz blanco. Fueron pasando uno por uno al frente, hasta que pasó el chico impuntual.

- Mi nombre es Christofer Lowell, tengo 19 años, me gusta leer y dibujar, también. -al verlo hablar, sentía que podía seguir escuchando su voz una y otra vez- y algunas veces, tocar la guitarra. -me sonrió y le devolví-
-Bien, como ya están todos presentados, reúnanse en equipos de tres.

Apenas terminó la frase la profesora, Christofer me lanzó una mirada para que estemos juntos y acepté con un gesto.

- ¿Con quién más, Romina?
- ¿Qué dices de Nicole?
- ¿Tú quieres?
- ¿Por qué no?

Christofer, le preguntó si quería formar parte de nosotros, ella aceptó.

La maestra Hamilton, nos dio unas hojas a cada uno, esas tres hojas debíamos responderlas individual y luego comparar las respuestas. El ejercicio era revisar la ortografía del texto que nos había dado, por ejemplo, en donde debería llevar los acentos, comas, puntos, etc.

Al terminar la clase, fuimos al descanso, platicábamos de nuestras familias, ahí nos dimos cuenta Christofer y yo que Nicole, no era tan tímida como pensamos, creo que seremos grandes amigos en este curso.

Sonó el timbre de la última hora, iba saliendo para la reja principal, y esta vez decidí no correr para no tener el mismo accidente de ayer -eché una risa-.

Vi el Volvo azul, mi padre había venido por mí. Subí al auto...

- Hola papá -le di un beso en la mejilla-
- Hola cariño. -me sonrió-.
- ¿Cómo ha estado tu día?
- Muy bien, gracias por preguntar.
- Bien, vamos a casa, mamá hizo una deliciosa cena.