Capítulo 22. El comienzo del final.

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- Buenos noches, graduados, hoy es un día especial para todos nosotros, ¿no es así? – exclamó Romina; se veía tan bien, tan cambiada. A su lado estaba Nick.
- Les damos la bienvenida por parte del colegio Cambrige de Inglaterra a todos ustedes a esta gran fiesta de graduación. Mi nombre es Nick Jones...
- Y yo soy Romina Becher, les deseamos una gran noche. – todos aplaudieron – Les invitamos a participar de este festín. – hizo un ademán hacia la mesa del banquete –

Todos se pusieron de pie para ir a preparar su platillo. Kazi estaba feliz, todo estaba saliendo a la perfección. Se lucieron.

Al tener esa conversación con Romina, me resultó gratificante, el estar en paz con la persona que creías no volver a ver jamás. Fui sincero con ella y conmigo, soy más feliz al verla feliz.

Ya preparado mi platillo, me senté junto a Kazi. Comenzaba a hacer un poco de fresco en la playa. Mi novia llevaba un pequeño escote en su espalda, le puse el saco que cargué por si acaso.

- Gracias, amor. – me dio un beso en la mejilla –
- De nada, cariño. ¿cómo la estás pasando?
- De lo mejor, todos están felicitando al consejo, y sobre todo me siento feliz porque tú estás conmigo, así de guapo y romántico que estás esta noche.
- Uf, gracias por tanto halago, amor. Tú estás bellísima hoy y todos los días.
- Eso lo sé – me hizo un pequeño coqueteo – Y dime, ¿cómo te fue con Romina?
- A decir verdad, fue más rápido de lo que esperaba. Ella sigue siendo la misma, pero, con un poco más de voluntad y madurez, todos cambian, ¿no es así?
- Sí, amor, todos cambian en algún momento. – sonrió – Pero, ¿ya están bien?
- Estamos bien, aclaramos muchas cosas, somos amigos. Le conté de ti, ella de Nick a mí.
- Un tipazo ese Nick, es gracioso, me dijo que pensó que era una plástica.
- La mayoría eso piensa, cariño. – le acaricié la nuca –
- Chistoso. – hizo una risa sarcástica – Que bueno que hayan quedado en amistad.
- Lo mismo pienso. – preparé un bocado – Después de la cena, ¿me permites bailar contigo una pieza?
Kazi se sonrojó – las que quieras, Chris.

Tener a Kazi en mis brazos es tranquilizante, saber que ella volvió a ser la misma de antes y a no sufrir por idiotas me da paz. Mi corazón se acelera cada que la tengo cerca. La conozco feliz, triste y sus enojos son muy frustrantes para mí en ocasiones, pero, la sigo queriendo tal y como es. Cuando fui a hablar con sus padres, me sentí muy nervioso, antes de entrar a su casa, ella me abrazó y me hizo sentir tranquilo, me dijo que ella estaría conmigo en todo momento, después de todo, sus padres me aceptaron.

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Conocer a Nick es lo mejor que me ha podido pasar, siento amor, cariño, paz. Es un hombre extraordinario que no quiero perder nunca. Tan sólo estar en su pecho bailando de un lado a otro, me gusta.

- Chloe – no suele llamarme así - ¿en qué piensas?
- En lo mucho que te quiero, John. – Me abrazó fuerte –
- No creo que me ganes en quererte. – susurró y me dio un beso en la mejilla – ¿Ya estás más tranquila?
- ¿Por qué lo dices? – pregunté confundida –
- Por haber hablado con Chris, Romina...
- Ah sí – contesté convencida – Me pidió perdón por haber exagerado todo – suspiré – me platicó sobre Kazi, su novia, y después me preguntó sobre ti...
- Uh, ¿qué le dijiste? ¿eh? – preguntó con una sonrisa picarona.
- Le platiqué cuando nos conocimos y lo que tuviste que esperar para que yo estuviera lista, le dije que eres increíble y...
- Uh, ¿increíble? – alzó las cejas con ingenuidad – Sí que lo soy – hizo una mirada al horizonte - ¿verdad?
- ¿A caso me estás coqueteando? O ¿sólo eres un jactancioso?
- ¿Ambas? – sus ojos se vuelven más rasgados cuando sonríe.

Seguimos bailando un par de canciones más animadas junto con Brisa y Louis, saltando en nuestros lugares, olvidándonos de todo y de todos. Al poco rato, algunos del consejo hicieron unos juegos playeros, el más divertido fue "Buscando el tesoro".

- ¿Cuál es la siguiente pista, Romina? – preguntó Louis apresurado –
- Dice: Estoy justo frente a ustedes, más no pueden verme, pues mi escondite favorito es debajo de...
- ¿Debajo de? ¿de qué? A ver – me arrebató el papel Brisa –
- De la arena, chicos, es justo debajo de nosotros. – respondió Nick con paciencia –
- ¿Y qué esperan? ¡Excavemos! – grité con entusiasmo. Era la última pista y no teníamos ni idea del premio, sólo nos divertíamos.
- ¡Aquí está! – gritó Louis – A ver, a ver... ¿un cofre? ¿y la llave?
- ¿La llave? – pregunté confundida –
- ¡LA LLAVE! – gritó Louis –
- No entiendo. ¿de qué hablan? – pregunta Nick. Le hago una mueca de que tampoco sé de que hablan.
- Es que nosotros fuimos por la pista dos, ¿recuerdan? Ahí había una llave que habría un candado, apuesto que es esa la que abre este cofre. – contestó Louis.
- Sí, sí, es esa – dijo Brisa convencida - ¡Corran!

Nick y yo sólo nos volteamos a ver por lo confundidos que estábamos y seguimos a Louis y a Brisa rápidamente. Me encantaba esa sensación de estar pérdida, pero, me divertía al no saber qué es lo que pasaba.

Llegamos a donde Brisa dijo que estaría la llave, y efectivamente esos dos hacen un buen equipo.

- Nosotros adivinamos la mayoría – Nick me guiñó – no se llevarán todo el crédito. – sólo le respondí con una pequeña risa.

El cofre traía cuatro pases para ir de paseo en moto acuática al otro lado de la playa por la mañana, no me he subido a una motocicleta me alegraba que ganáramos, pero, tenía un poco de miedo al saber que ese era el premio.

La fiesta fue bastante tranquila, hubo quienes se embriagaron mucho que quedaban dormidos en las bancas y otros como nosotros, con los cinco sentidos al cien para disfrutar de nuestro premio.

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En la salida me encontré a Romina sostenida del hombro de Nick.

- Que pasen buenas noches. – exclamé –
- Buenas noches, Chris. – dijo casi en silencio Romina. Los demás hicieron un ademán de despedida, y los vi alejándose.
- ¿Nos vamos? – llegó Kazi.
- Vamos, cariño. – le besé la coronilla.

Al llegar al dormitorio, me cambié para ponerme el pijama. Kazi, estaba acostada ya en la cama, fue una noche cansada, pero, divertida. Después de observarla varios minutos, me puse a su costado, rodeando su cintura y mi brazo debajo de su cabeza, haciendo que se acogiera en mí.

- Buenas noches, linda.
- Buenas noches, Chris.

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- Hola. – Nick llegaba a hacerme compañía para observar a la luna llena.
- Hola. – sonreí –
- Es tan bonita, ¿no lo crees?
- Es bellísima. Su esplendor, su grandeza, maravillosa – dije casi con un suspiro.
- Como tú. – contestó –

No soy tan romántica, ni tampoco espero que lo sean conmigo, Nick es y hace la diferencia.

- ¿En dónde dormirás esta noche, Nick?
- En mi habitación.
- Bien. Vamos a dormir. – sostuve su mano –

Caminamos hacia las habitaciones, no dejé que se vaya a la suya, quería estar con él en lo que quedaba de la noche, y él aceptó.

- ¿Terminamos lo que se empezó? – preguntó y sólo sonreí respondiendo con un beso. 

¿Qué tanto puedes saber de mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora