Capítulo 4. CHRISTOFER LOWELL

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Era mi cuarta semana de clases en la preparatoria, conocí a una chica muy bonita, su nombre es Romina Becher. Cada vez que la veo sonreír, sonrío junto con ella, espero no se haya dado cuenta estas semanas, tiene una risa tan distintiva. Es linda.

- Hijo, la cena ya está lista.
- Si mamá, ya voy.

Caminé hacia el comedor, mis padres y hermanita ya estaban listos para empezar.

- Perdonen la tardanza.
- No te preocupes, Chris. Ya estamos acostumbrados. -dijo mi padre sarcástico-.
- ¿Qué has cocinado, mamá?
- Meat pie, sólo por ser el cumpleaños número 14 de tu hermanita. -sonrió-

El Meat pie, no me gustaba tanto. Es un tipo de comida aquí en Londres, contiene puré de papa y dentro de este está la carne.

El cumpleaños en casa se celebraba entre nosotros, ya que la mayoría de nuestra familia vivía en Cambridge. Terminamos de comer y traje el pastel de mi hermana pequeña:

- ¡Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, te desea tu familia, feliz cumpleaños a ti! -entonamos juntos-
- Pide un deseo -le grité a Fati, cerró los ojos y sopló las velas-
- ¡Ya! -me sonrió-

Terminamos de comer el pastel de chocolate de Fati, y era momento de los regalos, papá Ernesto le dio unos auriculares que tanto quería, mi mamá Rosaura una funda para su celular y yo el hermano mayor le regalé un anillo con la forma de un puente.

- ¡Feliz cumpleaños pulga!
- ¡Gracias! Ya no soy tan pequeña.
- Para mí, siempre lo serás.
- Sí, también te quiero hermano mayor. -echó una risa sarcástica-

Ya terminado el convivio, regresé a mi habitación.

- ¿En qué me quedé?

Cierto...

Me encanta el sentido del humor que tiene, su nariz pequeña cuando hace una mueca, es de las pocas que no tiene miedo a decir lo que piensa al instante. Romina... es perfecta. Me da tanta pena admitir que la conocí sólo porque choqué con ella, no fue lo típico de chocar y botarle los libros, para ayudarla a recogerlos, a ella la boté con todo y libros, ¿Qué pensará de mí? Mañana la veré de nuevo y espero estar la mayor parte del tiempo con ella.

A la mañana siguiente, quise llegar más temprano, para poder verla e ir juntos a clases.

Llegué justo 6:50 a.m., ella todavía no llegaba, así que la esperé. A los cinco minutos se acercaba un Volvo azul, si, era el de su padre, traté de ocultar la enorme sonrisa que estaba en mi rostro. Me puse a leer unas notas para disimular y al instante vi unos tenis blancos acercarse a mí.

- Hola, Chris.
- ¡Hey, Hola Roma! - ¿En serio le había dicho Roma? ¿No pude decir algo mejor? -
- Buen sobrenombre. -contestó sarcástica-
- Sí, fíjate que lo estuve pensando toda la noche. -traté de ocultar lo nervioso que estaba-
- Si claro. Vamos, ya sonó el timbre.

Caminamos hacia el salón de clases y el maestro Goodman ya estaba dentro, él siempre entraba cinco minutos antes de la clase. La semana anterior nos marcó una reflexión sobre lo que significa la Literatura para nosotros y elegiría a dos alumnos para que pasarán al frente a leer lo que habían escrito.

- Buenos días alumnos, como saben, hoy pasarán dos personas al frente a leer su reflexión, ya los he elegido, pero si alguien quiere ser voluntario adelante. -Yo ni en sueños pensaba pasar-.

- Profesor, yo quiero pasar. -Escuché la tierna voz de Romina-

- Adelante, señorita Becher.

Ella se puso de pie, sostuvo sus hojas y pasó al frente.

- El sentido que tiene la literatura para mí es mucha. No lo digo para obtener elogios, sino para demostrar que la literatura misma te lleva más allá de lo que pasa a tu alrededor y, que nosotros como seres humanos podamos darnos cuenta. Para los amantes de la lectura, escritura, no hay nada más admirable que esta se relacione con la filosofía. Para mí la literatura significa: Expresa lo que sientes con hechos y no quedándote de brazos cruzados sin hacer nada al respecto como muchos. A veces soñamos con ser grandes escritores, pero a veces no nos tomamos el tiempo de leer a los grandes escritores, que han pasado lo mismo que nosotros ahora. La literatura me lleva a diferentes vidas, diferentes lugares, diferentes idiomas. En ocasiones tenemos que hablar ante muchas personas, por ejemplo: piensa que darás el discurso de tu graduación ¿Qué dirías? Estando frente a ellos, no sabemos qué decir, por falta de vocabulario e incluso en tu idioma de origen. PARA MÍ LA LITERATURA ES SABÍDURIA. -Verla expresarse con tanta facilidad frente al grupo, es admirable, su voz tan cálida, sus pequeñas manos haciendo los ademanes, sus ojos grandes imaginando lo que ella decía-.
- ¡Muchas felicidades, señorita Becher!
- Gracias, profesor Goodman.
- ¿Estuvo bien? -Me preguntó-
- No, la verdad... -hice una mueca- ¡ESTUVO GENIAL!
- Me asustaste tonto. -Me sonrió. Amaba su sonrisa-

Pasó la chica popular del salón Valentina si, estuvo bien su discurso, pero nada se le compara con el de ella.

Terminó la clase de Literatura, después de esa clase ya no teníamos otra juntos así que tomamos diferentes caminos. Mientras iba camino al salón de clases recordaba lo fácil que era Matemáticas en la secundaria, la preparatoria sí que va en serio -eché una risa-.

Comenzó la clase, explicaba el Teorema de Pitágoras, ya lo había visto el año pasado, cuando intenté iniciar la preparatoria, pero bueno, eso ya no importaba. Estaba en clase de Química y, pensaba en invitar a salir a Romina, quería conocerla más, saber lo que le gusta, lo que no, lo que pensaba acerca del amor. No quería asustarla.

La 1:30 de la tarde hora de salida, hora de invitar a Romina a salir, hora de recibir una aceptación o un rechazo.

Ella iba para la reja y corrí lo más rápido que pude para alcanzarla, le tomé el hombro y me miraron sus ojos cafés oscuros.

- ¡Hey! ¿Qué paso? -dijo sonriendo-
Después de tener su atención no sabía que decirle, me quedé en blanco.
- Eh, ¿Ya te vas?
- Sí, mi papá ya debe estar esperando, ¿Por qué?
- No, es que... quería preguntarte si, querías salir conmigo a alguna parte hoy por la tarde, claro, si no tienes nada pendiente, si no quieres está bien lo...
- ¿A qué hora? -me interrumpió-
- A las 5 ¿está bien?
- Perfecto.
- ¿Recuerdas mi casa?
- Por supuesto. -sonreí-
- ¡Vaya! Está bien, nos vemos a las 5.

Vi cómo se iba camino al coche de su padre, claro que recordaba su casa, hace dos días fuimos Nicole y yo a visitarla para ver una película terror que hace poco salió y por supuesto que no olvidaría tan rápido el lugar en donde ella vive.

¿Qué tanto puedes saber de mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora