Estábamos a unos 30 minutos de Londres. Nick ahora dormía sobre mis piernas y sosteniendo mi mano derecha. Le acaricié la mejilla para anunciarle que era momento de despertar y como tal mostrando su hermoso hoyuelo en la comisura de su labio, me respondió.
- Buenos días, guapo.
- ¿Buenos días? Es tardes, ¿no?
- Fue una metáfora, Nick...Se levantó y recostó la cabeza en el asiento. Tomó la mochila que estaba debajo del mueble y sacó sus auriculares negros junto con su celular, no me percaté de la música que se reproducía. Sólo cerró los ojos y comenzó a tararear. No sé porque se comportaba de esa manera, tal vez tuvo un mal sueño o antes de llegar discutió de nuevo con su padre, me contó que han tenido diferencias sobre lo que va a estudiar el año próximo. No sabía que hacer, si hablarle y no tener la reacción que espero de él. Por inercia, tomo sujeto su mano con ambas manos y le doy un beso en la mejilla.
- Te quiero, Nick. – le susurro al oído –
Él me mira con los ojos azules cristalizados, la nariz y mejillas rojas de la frustración que podría estar sintiendo.
- Yo también te quiero, Romina – a corta voz –
- ¿Qué pasa, Nick? – le acaricio la mejilla –
echa una risa forzada – es algo tonto – dudó un momento – sin importancia.
- Me importas tú, y en este momento estás en un mal momento. Dime, ¿qué es lo que pasa?
- Soñé algo extraño... realmente no sé porque... - recostó su cabeza en mi hombro – estábamos en un parque tomados de la mano, platicábamos de la vez que nos conocimos, sólo reíamos... pasó un tiempo y delante de nosotros estaba Christofer, tú dejaste de prestarme atención y tu mirada sólo estaba él, sólo te acercaste a su lado, le besaste y te despediste de mí con una sonrisa... - tragó saliva – no sé ni como es él pero, sólo me quedé sentado viendo cómo te ibas con sosteniendo su mano, tal vez porque quiero que seas feliz con la persona correcta. – quedó en silencio - Al medio día te dije lo que siento, no estoy seguro de que fue correcto al hacerlo, pero, Romina... si tú aún sientes algo por Chris y nada por mí, sólo dime, y te dejaré – le interrumpí –
- Lo admito. Tu sueño fue algo tonto y exagerado. – le doy un beso en la coronilla y hago una pequeña risa – A pasado un año desde que no sé de Chris, y te dije que lo único que podría sentir por él es sólo cariño. Nick, mírame. – secó la pequeña lágrima que estaba en su mejilla y me mira "Qué" me responde – Eres increíble. – esboza una media sonrisa – me dijiste lo que sientes por mí, no supe como reaccionar y te dije que necesito tiempo para pensar, ¿qué es lo que voy a pensar? Si eres el chico más lindo que se me ha cruzado en la vida. ¡Por Dios! Llevamos un año siendo amigos, sintiendo todo entre los dos y... - me interrumpe con un beso. Juro que es el mejor beso que me han dado. Sus labios son tan suaves, y rosa los míos con tanta delicadez, sonríe en medio del beso, tomo su rostro y lo miro de frente – Quiero estar contigo, Nick.
- Eso es lo que más deseo en este momento, Romina.Nos vemos a los ojos por varios segundos, no pude contener la gracia que me causaba en no saber qué decir, pero, me gustaba ese círculo que sólo formamos los dos.
Sin darnos cuenta, ya estábamos en Londres. El clima era soleado, los árboles con hojas rosadas y amarillas, de vez en cuando me gustaba ir a la plaza principal a tomar unas fotografías de esa maravillosa escena que se formaba, y de fondo las personas que lo complementaban.
Al bajar del autobús, tomamos un taxi que nos esperaba a la salida de la estación. Ya eran las 4:30 para llegar a la estación de tren e ir a Playa en West Wittering, papá nos dijo que era una de las playas más limpias y seguras para pasarla. Rentamos un auto para que podamos trasladarnos durante estos tres días. A la fiesta que íbamos empezaba a las 9 p.m. teníamos tiempo de sobra antes de llegar. Nos hospedaríamos a unas cuantas cuadras de la playa, nos comentaron que no dejaban acampar cerca, porque la marea subía o bajaba demasiado, así que decidimos no arriesgarnos.
La casa en la que llegamos es de dos pisos. En la entrada principal estaban unos recuadros de la familia Bart, dos niños y sus padres, seguramente pasan algunas horas los fines de semana en este lugar. A lado del recuadro familiar, hay una pintura de una mujer pintando otra pintura, supongo que es un arte abstracto, no entiendo absolutamente nada de pintura, sólo me parecen interesantes por las emociones que te hace sentir, y ahora sentía frustración por no saber lo que significa. Fui al piso de arriba, al llegar noto que en verdad cuidan mucho de esta casa, es de madera y normalmente las escaleras rechinan, esta es la excepción. No había nada más que ver en las paredes, sólo dejé mi maleta en la habitación, ya que cada quien tendría su habitación, aunque pasé por el dormitorio de Brisa y sus maletas no estaban ahí, supongo que compartiría con Louis. Mi habitación era la última de las demás, a lado de la mía estaba Nick, y la siguiente era la de Louis.
Eran las 8 p.m. todos se empezaban a arreglar, yo no estaba tan entusiasmada por ir, me fui al balcón a observar las pequeñas luces amarillas que estaban ya instalando en el mar. Me puse un vestido amarillo de tirantes con un escote en la espalda, es un vestido casual que compré el verano pasado – cuándo fui con Nick por "chocolates" y terminamos comprando ropa impulsivamente, es como mi compañera de compras desde que llegué a Liverpool – me gusta como el aire hace que mi cabello vaya de lado a lado, me siento libre y acompañada, aunque literalmente esté sola. Pasé unos 15 minutos con mi absoluta libertad, cuando Brisa llegó preocupada a donde yo estaba. No entiendo porque quería plancharse el cabello si podría meterse al agua, la ayudé los últimos mechones que estuvo cerquita de quemar, mientras se pasaba ese labial rojo intenso por sus labios – no le quedaban nada mal, por lo blanca que es su piel y sus ojos marrones se exaltaban aún más – Fui a mi habitación a ponerme algún tipo de maquillaje, pasé el polvo por mi rostro y un tono bronce en mis mejillas. Estaba apunto de pintar mis labios con un tono nude...
- Te queda aún mejor este – Nick estaba a mi lado observándome con sus ojos azules intensos, señalándome el labial rosado pastel – Siempre te verás hermosa con cualquier labial, pero, este te hace lucir aún más para mí. – me sonrió –
- Si usted lo dice, me pondré este, pero, antes quiero algo de ti.
- Ehh con que con condiciones... - entre cerró los ojos – Bueno, dime ¿qué es lo que quiere? ¿Un beso, tal vez?
- Me conoce a la perfección. – sonreímos –Él se acercó a mí, observando las reacciones que mis ojos hacían; por supuesto que estaba nerviosa. Mi corazón latía aún más rápido que cuando lo veía, toma mi cintura y me acerca más a él, acaricia mi mejilla suavemente – Eres todo lo que quiero, Romina – susurra. Cierro los ojos y siento como lentamente va acercando sus labios a los míos, empieza con un beso lento, poco a poco empieza a acelerar el ritmo de nuestros labios, sus besos y pequeños toques hacen que mis piernas vayan perdiendo fuerza, empezamos a hacer una especie de baile hasta caer sobre la cama. Estoy encima de él junto con unos movimientos de mi cadera, besa mi cuello recorriendo el escote de mi espalda con su suave mano, él empieza a bajar la intensidad de los besos y me acuesta a un lado suyo.
- Vamos más despacio, cariño.
Con tan sólo mencionar esas palabras, hace que mi corazón suelte un suspiro, él comienza a reírse de mi total inocencia, y yo le sigo.
- Louis y Brisa nos están esperando, ven.
Comenzó a arreglar el cabello que ya tenía más alborotado, me ató el lazo del vestido.
- Sólo falta el labial, en un momento salgo. – le dije –
- Está bien, no creo que nos vayamos sin ti, ¿o sí? – frunció el ceño -
- Tonto – reí –Él salió de la habitación, sólo intentaba recobrar mi postura al recordar ese maravilloso momento que tuve con Nick. Me puse el labial, tomé el abrigo blanco y me puse unas zapatillas blancas. Bajé al recibidor y Nick estaba con un pantalón negro de vestir y una camisa azul marino de manga larga, lo vi más guapo de lo normal, creo que es la camisa o es que en verdad estoy enamorada de él. Brisa y Louis nos esperaban en el auto, me tomé del brazo de Nick y salimos de la casa.
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¿Qué tanto puedes saber de mí?
Teen FictionDesde los 11 años, veía películas de amor y sentía cómo esas dos personas que tenían contacto al mirarse, podían suspirar y decirse "Te quiero" . Desde esa edad le temía al amor, temía que alguien llegue tan lejos a conocer mis sentimientos, temía a...