Capítulo 8. ¿Quién es Joris Albertson?

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Romina se levantó muy temprano para ver a su mejor amigo, abrió la puerta del cuarto de Joris y con mucho cuidado entró para saltar sobre él.

- ¡Buenos días, grandulón!

Joris, le sonrío y le dijo:

- ¡Buenos días, pequeña, ¿qué tal amaneciste?

- Romina le hizo una mueca entre una sonrisa y le dijo - Muy bien, es un buen día para salir y que conozcamos la ciudad juntos, ¿no crees?

- ¿Después de anoche? ¿A dónde planeas llevarme? – rió –

- Jaja sólo fueron unos juegos de mesa con mis padres, exagerado. ¿No investigaste nada antes de venir?

- Si, me dijeron que hay una feria, nos podría ser muy entretenido.

- Mmh, ves yo ni sabía de ella y llevas menos tiempo que yo. Está bien, levántate para ir a tu primer día de clases oficial.

- Bien, bien.

Ambos terminaron de alistarse. La madre de Romina ya había dejado el desayuno listo junto con una nota:

Cariño, tienes el desayuno listo. Tu padre y yo fuimos a resolver unos asuntos de la empresa. Joris, que tengas un feliz primer día de clases.

Eran las 7 a.m. y Christofer esperaba a Romina cómo todos los días. Él pensaba - ¿vendrá con él? ¿por qué debería? A todo esto, ¿quién es él? – Dieron las 7:10 y sonó la chicharra. – se habrá quedado dormida, la veré en la próxima clase.

- Bueno, Joris, aquí es tu salón de clases, te vendré a ver en la próxima, ¿te parece?

- Ay Romina, me siento nervioso.

- Tranquilo, así estaba yo. Hasta que conocí a un chico.

- ¿Por qué no me has contado?

- Hoy lo conocerás, ¿de acuerdo?

- Está bien, cuídate.

- Estamos en una escuela, ¿qué más me podría pasar? – Romina rio –

- Uh conociéndote, eres bien distraída.

- Ya basta, ve a clases.

Romina, asistió a su clase de Biología. Pensaba en Christofer - ¿Por qué no me ha llamado? Espero me perdone por haber tomado otra ruta al venir al colegio. –

Tocaron el timbre.

Christofer esperó a Romina junto a la biblioteca, pero ella no llegaba. Él se la pasó pensando en si habría llegado al colegio o estaría con el chico de ayer. Chris iba camino a su salón, cuando una dulce voz le gritó:

- ¡Hey, espera!

Chris, sonrió al ver esa linda sonrisa que ella tenía en el rostro al verlo y aún más la sonrisa de él al verla. Pero algo sucedió, ella no estaba sola, tomaba la mano del muchacho con quien la había visto ayer, su sonrisa se estremeció y quiso dejar de inmediato el lugar, pero ya era tarde.

- Chris, ¡Hola! Hasta que te encuentro, mira te presento a Joris, mi mejor amigo. Joris, te presento Christofer del que te hablé.

- ¡Hola Christofer, es un gusto conocerte al chico que tiene loc... – Romina le dio un golpe en el brazo, no quería que su amor prohibido se enterara de esa forma los sentimientos que ella tenía por él- Vengo de intercambio, ¿tú hace mucho que vives aquí?

- Hola Joris, igual es un gusto. Si, desde pequeño vivo en Londres. – Al escuchar que Romina dijo "Es mi mejor amigo", una paz lo atrapó-

- ¡Oh! Entonces debes conocer la feria más famosa que hay en esta linda ciudad, ¿no?

- Si, claro. Ya estamos en noviembre y se acercan ferias por la navidad. Si les gustan las golosinas, conocer a Santa, los circos, para ser un poco infantiles podemos asistir al mercado de Navidad de Leicester Square, está en el centro de la ciudad.

- ¿Circo y dulces? Ves Romina, se escucha bastante interesante. Chris, ¿no quieres acompañarnos?

- Si Chris, ¡vamos! - Le suplicó Romina-

- ¿Te tomarás una fotografía conmigo y con Santa, Romina? Ja, ja.

- Por supuesto que sí, pero vamos. – le sonrío Romina –

- Que difícil decisión, Romi. – hizo cómo que pensó - Está bien, hoy a las ¿7 p.m.?

- Está bien, nos vemos. – Se despidió Joris –

Romina y Christofer se fueron a su salón.

- ¿Cómo pude pensar que estaba con él? – se decía Chris – Hoy debo decirle lo que siento por ella.

- Me pregunto si Chris creyó algo entre Joris y yo, mmh no creo, él debe saber que me gusta o tal vez no. – se dijo, mientras miraba a Christofer – en verdad lo quiero. Pero no quiero lastimarlo. No quiero que se entere. No quiero que pierda lo bueno que él ve en mí.

Las 6 p.m. y Christofer ya estaba listo. A su madre le pareció extraño que él estuviera listo una hora antes, ella lo veía sentado frente al televisor sin que esta esté prendida.

- ¿cómo le diré que la quiero? – pensaba Chris angustiado –

- ¿Hijo? – le preguntó su madre –

- Rom... mamá ¿qué pasa?

- No, ¿qué te pasa a ti?

- Nada, ¿por qué?

- Estás aquí sentado y quieto. Creí que eras un muñeco, pero con vida. – sonrió –

- ¿Me veo tan así? – hizo un ceño de preocupación – Tengo miedo, mamá.

- Un poco, ¿por qué tienes miedo? ¿Tienes problemas con Romina?

- No, pero, tengo miedo de crear uno.

- Entiendo. La quieres, pero ha cambiado, ¿no es así?

- Si. – Christofer, bajó la mirada –

- Cariño, en tu vida te vas a afrontar a distintos miedos. Y este es uno que ya has vencido, ya tiene un poco de tiempo que alguien estuvo contigo, lloraste, pero mira, sigues de pie. Debes darte una nueva oportunidad.

- Lo sé, mamá. Pero, ella no es cualquier persona. Yo puedo darme la oportunidad, pero ella no sé si ella se la dará. La quiero y no quisiera perderla como mi amiga, ¿entiendes?

- Romina es una chica muy linda, hijo. Y no creo que te aleje. ¿Cómo sabes si ella no siente lo mismo por ti?

- Porque tal vez me vea como un hermano, por eso es tanto cariño que ella me tiene.

- Deja de suponer y arriésgate. – frunció –

- Pero ma...

- Nada de mamá – lo interrumpió – da lo mejor de ti, siempre.

- Está bien, ya me tengo que ir, ¿sí?

- Bueno, pero, arriésgate ¿Sí? – Puso los ojos en blanco –

- Que si – sonrió Chris –



Por otra parte, Romina pensaba.

- Quiero contarle todo. Quiero estar con él. 


¿Qué tanto puedes saber de mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora