·Capítulo 32 : Sufrimiento·

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<Anastasia>

-Mi niña .. Anastasia, despierta - escucho la suave voz del doctor traerme de vuelta a la realidad. 

-Doctor .. - pero cuando intento levantarme el vientre tira demasiado y dentro de mi brazo derecho hay algo pinchando. 

-¡Quieta Anastasia! tienes el suero puesto y debes hacer reposo - me ordena por mi bien pero ni loca pienso quedarme como inválida sobre la cama. 

-Doctor .. necesito irme al trabajo .. sáqueme esto - le ordeno con voz débil y ronca pero parece no mover dedo alguno. 

-Anastasia .. - empieza a regañarme leve y en eso se abre la puerta donde noto estar en el dormitorio que comparto con Christian. 

Se termina de abrir y mi marido apenas pone un pie, se da cuenta que deseo irme a otro lado. Pone mala cara uniendo el entrecejo y sus labios forman una fina linea de desaprobación. 

-¿A donde piensas moverte? - adivina y no hace falta serlo porque mis gestos son obvios. 

-Christian .. necesito ir a ver .. el Astillero .. y la casa de la viuda .. por favor - suplico y no tiene ni una pizca de connotación sexual, es por trabajo. 

Necesito ir para atender por mis propios ojos los errores a marcar o corrigir. Nadie puede ponerse en mi lugar cuando no lo vive en carne propia. 

-¡De ninguna manera! vuelve a la cama o me verás enojarme en frente del doctor - Christian me amenaza y no es chiste su tono severo. 

El doctor Myers se siente pintado entre medio de los dos, se para para hacerme recostar de nuevo y toma su maletín para marcharse. 

-He dado todas las indicaciones a tu marido y por supuesto, tu fiel guardia, ellos sabrán que hacer en casos mas graves pero debes tomar reposo, recuerda que tu metabolismo es diferente al de las otras personas, .. quiero que ese hijo tuyo nazca sin tener que intervenirlo, ¿no sé si me explico bien? - me mira fijo a los ojos para decirme que esto no es chiste sino que la otra vida que llevo dentro depende mucho de mi. 

Y lo tengo muy presente pero el trabajo también debe depender de mi mano si es que quiero que funcione en el orden que deseo. 

-Esta bien doctor .. - me relajo y me termino por tapar. Deposita un pequeño beso en mi frente para irse y cruza miradas con Christian como si todo estuviera dicho pero no sé que ha pasado en la perdida de mi conciencia. 

Hasta ya es de noche, espera que el doctor termine de salir y se viene a sentarse cerca de mis pies. Mantiene distancia y no sé si lo hace por estar molesto de mi escena de enojo montada en su piso o porque no considero al bebé como deseara. 

-Deja de ser tan terca en todo .. - ahora a que va eso que dice - .. ¿quieres acabar conmigo? porque lo estás consiguiendo, Ana. 

-¡Como dices eso, Christian! .. yo mas que nadie quiero ser feliz contigo cada día del resto de nuestras vidas, pero tu sabes que tenemos responsabilidades como jefes de las empresas, sólo intento ser equitativa con todo - musito sin terminar de poder sostener mucho tiempo mi terquedad. 

Pero no lo eres! no eres una maldita maquina para repartirte a todo, ¿no piensas en tu hijo .. en mi? .. ¿en que mierda pensabas al traer a tu madre a nuestro piso para que te termine .. golpeando? - hace tantas preguntas que me marea sin entender cuando debo contestar primero pero veo el origen de su miedo. 

-Lo siento .. lo siento en verdad, no fue con intención de nada, sólo que me pareció lo mas correcto aquí porque en otro lado afuera iba a ser obvio que levantarían alguna noticia falsa .. pero mas lo hice porque te quedarías tranquilo que la enfrenté en un lugar que a ti se te hace conocida como la palma de tu mano, hasta podría haberla citado en mi edificio pero no lo hice porque ahí me tienes lejos de llegar por si me llegar a pasar algo - le explico y se tapa la cara con las manos. 

·Forbidden Love· -3ra Parte-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora