·Capítulo 38 : Tiempo·

354 51 51
                                    

<Anastasia>

Meses después 

Terminando el dificultoso octavo y entrando en el esperado noveno mes, ya falta poco para conocer el rostro de mi hijo. Será varón, lo descubrí hace unos meses atrás, claro que las incomodidades físicas están presentes pero Fausto me ayuda. 

Christian dejó de dirigirme la palabra como si no existiera o necesitara algo, sólo me acompaña en las visitas del doctor Myers para saber la salud de su hijo. Ni siquiera hizo comentario alguno acerca de si le molestaba el sexo de nuestro hijo. No me toca, no me besa ni tampoco me acaricia, ya hasta creo que tiene otra por las horas tarde que entra al piso. 

Sería muy doloroso pero es algo con probabilidades altas, aunque tampoco le huelo la fragancia de otra mujer. 

A todo esto decidí que por el bien de los dos irme a mi edificio. No tiene sentido quedarme cuando me trata distante, frío, le duele demasiado que le siga haciendo caso a Aris desde lo lejos pero esas son imaginaciones suyas. 

Y como lo dije alguna vez, por dentro, lo dejaré ir porque él no esta obligado a estar conmigo como yo tampoco. Este hijo es y será siempre de él, nuestro. Nada podrá cambiar eso. Pero creo que este matrimonio se esta sosteniendo sobre una torre de naipes al cual se siente como si lo hubiera construido otro y no nosotros, que somos los protagonistas de esta historia de amor. 

No duraría nunca de esa manera .. 

Fingir para los demás no me incomoda, lo que mas me cuesta es fingir entre nosotros cuando estamos solos. Lo amo demasiado como para hacer de cuenta que no siento nada por él. Si entro en la zona del dormitorio se va como un rayo al estudio, si estoy comiendo algo en el comedor, en vez de ponerse contento, se retira al  gimnasio del segundo piso como si le desagradara verme ingerir algo. Y si estoy leyendo algo simplemente me espía a lo lejos y se va como fantasma como si no me diera cuenta. 

Y en la cama .. ahí ya ni se pode de lado, mira para el lado contrario, hasta a veces siento que no duerme hasta que yo me duerma por lo incómodo que es el silencio. No comprendo por qué no se iba a otro cuarto o me pedía que me vaya yo. 

No le entiendo, ¿que busca con esto? ¿secarme la sangre que me recorre por dentro? porque ya lo hace, me duele su frialdad pero mas me duele su indiferencia hacia mi persona, sé que no merezco perdón por ocultar ese secreto pero sí merezco ser respetada como todos los demás mínimamente. 

-¿Lista Bella? - pregunta Fausto apoyando el cuerpo apenas en el marco de la puerta - ¿te ayudo con eso?.

-Sí, lista Fausto, yo puedo con todo, vayan bajando con todo que los alcanzo - asiente con la cabeza para desaparecer y yo ir en busca de Christian que de seguro esta trabajando en su estudio. 

Es un hermoso domingo soleado y nosotros aquí distanciados como dos desconocidos. Dejo la pequeña maleta en la entrada del elevador, esto será rápido y poco doloroso para él, pero no para mi. 

Toco la puerta y me deja pasar, ¿sabrá que soy yo?. Siento las palpitaciones salirse de mi pecho. 

-Disculpa que te moleste .. - y veo que apaga rápidamente su móvil, algo importante de que ocultarme hacía. 

Esto no se me podía poner mas patéticamente .. 

-¿Que pasa? - dice con una voz gélida que me hiela el cuerpo entero. 

-Venía a despedirme .. - estaba por sorprenderse abriendo los ojos grandes pero los disimula al instante que me doy cuenta. 

-¿Y quieres que haga? .. ¿alcanzarte las cajas a tu edificio antiguo donde te revolcabas con él? - esas palabras siguen partiendo mi alma en pedazos imposibles de reparar. 

·Forbidden Love· -3ra Parte-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora