LITTLE THINGS. [EDITANDO].

Capitulo 36. "No pudo haber momento peor".

LITTLE THINGS (CAPITULO 36).

*NARRA AMANDA*

Estaba demasiado cerca de mí, ya había estado así de cerca antes, pero esta vez yo estaba más nerviosa de lo normal. ¿Por qué? Amanda, tu controlas estas situaciones, eres tú la que les pones nerviosos y no al revés, ¿Qué te pasa con Harry? ¿Por qué es distinto con él?. Yo no sabía porque con Harry actuaba de forma diferente, pero era con una de las pocas personas con las que no era capaz de controlar la situación.

-H: Pues yo si tenía ganas de verte. Muchas.
-A: ¿Si?
-H: Bueno, tampoco tantas...

En ese momento fui yo la que no pudo resistirlo y le besó. Un beso con ganas, pasional. Nuestras lenguas se entrelazaban a la vez que su mano bajaba por mi espalda. Que beso, que chico. Separamos un poco nuestros cuerpos y sus ojos verdes se quedaron plantados en mi, mirándome de arriba abajo y yo cada vez más nerviosa. Amanda, contrólate, que no se note que estas nerviosa, que no te lo note, aunque claro, si sonríe así, ¿Cómo no voy a ponerme nerviosa?. Parecía idiota manteniendo esas conversaciones en mi cabeza.

-A: Bueno, entonces, ¿Qué vamos a hacer?
-H: Lo que quieras.

Justo ahí, creo que lo que más nos apetecía era volvernos a besar, asique lo hicimos, esta vez consentido por los dos y con pasión por ambas partes...

-H: Creo que me voy a volver adicto a tus besos...
-A: No mientas, ya lo eres.
-H: Tienes toda la razón, ya lo soy.

Sentí una alegría dentro de mi difícil de explicar. Otra guerrilla ganada, pero quedaba mucho por luchar todavía. No podía dejar que ese chico me enamorara, no a mí.
Me cogió de la cintura y me levantó, haciendo que sus labios quedaran por debajo de los míos, algo más arriba de mi pecho, y mis piernas enlazadas a él.

-H: ¿Entramos?
-A: Si (dije decidida).

Ambos sabíamos que pasaría a continuación, pero ambos queríamos que pasara. La atracción que había entre nosotros era difícil de esconder, así que entramos a su casa y fuimos directamente a su habitación. Yo seguía agarrándole con mis piernas, mientras él me besaba. Note como mi espacio para reaccionar se reducía, me había acorralado contra la pared.

-A: Estas jugando sucio Styles (dije con ganas de jugar).
-H: ¿Quieres saber lo que es jugar sucio? (dijo con una sonrisa de esas que te dejan sin respiración).

Me conseguí escapar de Harry y salí corriendo hacia el otro lado de la habitación, pero él fue más rápido y me alcanzo enseguida. Empezó a hacerme cosquillas sin parar. Mierda, ha encontrado mi punto débil. Cosquillas no, por favor, cosquillas no.

-A: ¡Harry, necesito que pares! (conseguí decir mientras él seguía haciéndome cosquillas).
-H: ¿Por qué? (dijo sin ninguna intención de hacerlo).
-A: ¡Harry, para! ¡Vale, por favor, para! Juro que hago lo que quieras...
-H: ¿Segura?
-A: Si, pero para ya por favor...
-H: Está bien (dijo callándome con un beso en el cuello).

Después de casi 10 minutos aguantando sus cosquillas, allí estábamos, besándonos, tumbados en su cama y el encima de mí, apoyando sus brazos a los lados de mi cabeza para estar algo levantado.
Lo reconocía, ese chico me ponía nerviosa, me gustaba. ¿Amanda, se puede saber qué te pasa? ¿Por qué te pone tan nerviosa Harry?. Eran esos ojos verdes, esos rizos, esa sonrisa que me invitaba a todo menos a parar. Era el entero. En mis 18, casi 19 años de vida, solo un chico había hecho este efecto en mí, pero Harry era diferente a todos los demás, tenía algo que le hacía diferente.

Sus besos en el cuello empezaron a ser algo mas rápidos, pasando su lengua por mi pecho, que no tardó mucho en estar sin la protección de mi camiseta blanca de Hard Rock. Sus manos estaban apoyadas en mi pecho, moviéndose, mientras que su lengua se movía agitada en mi boca.
Al igual que la mía, su camiseta tardo bastante poco en desaparecer. No era un chico demasiado grande, era más bien delgaducho, pero tenía muy buen cuerpo, me sorprendió.

-H: Estas increíble.

Su comentario no sirvió para que me pusiera más nerviosa de lo que estaba, era bastante difícil. Pero algo dentro de mí se encendió y comencé a besarle como no había besado a un chico en mi vida y Harry se quedó algo sorprendido de mi repentina efusividad. Mis manos llegaron hasta su pantalón y lo desabroché.
Justo en ese momento, y prometo que no pudo haber momento peor, la puerta de Harry se abrió dejando ver al otro lado a un chico rubio que parecía que hubiera visto un fantasma. Yo me puse roja y me escondí como pude detrás de Harry tapando mi torso desnudo.

-H: ¡Niall, podías llamar antes de entrar!
-N: Perdón, perdón, perdón. No sabía que estabas en casa con... ¿Amanda?
-A: Hola (dije en un tono casi inexistente).
-N: Perdón, de verdad, yo solo tenía que coger unas cosas y ya me voy (dijo arrepentido y demasiado rápido como para entender más de dos palabras seguidas).
-H: Adiós Niall (dijo riéndose de la situación).

-H: Bueno preciosa, ¿por donde íbamos?