LITTLE THINGS. [EDITANDO].

CAPITULO 40. "Creo que contigo va a ser siempre increible".

LITTLE THINGS (Capitulo 40).

*NARRA AMANDA*

Harry me llevó en brazos dejándome caer de pie dentro de la enorme bañera del baño que había en su habitación. Esta vez fui yo la que no pude contenerme y empecé a besarle con muchas ganas. Sus manos bajaron desde mi cabeza hasta mi culo, que poco a poco se fue quedando sin pantalones. Se me pasó por la cabeza el numero de chicas que habrían estado en mi situacion y las otras muchas que deseaban estarlo. ¿Porque piensas esto ahora?. Basta, Harry está aquí, contigo y con nadie mas. No podía evitar pensar todo eso, era Harry Styles, un ídolo adolescente, una estrella del pop juvenil, el atractivo ricitos del mundo de la música. Decidí dejar de pensarlo y centrarme en Harry, el chico que tenia delante, ni el ídolo de millones de chicas, ni el atractivo cantante, solo Harry.

Sus manos entraron por dentro de mi camiseta, hasta llegar poco a poco a mi pecho, desabrochó mi sujetador y continuó besandome a la vez que jugaba haciendo que mi sujetador desapareciera. Se quitó sus pantalones y justo en ese momento, el agua de la ducha comenzó a caer, haciendo que los dos quedáramos empapados. Mi camiseta mojada desapareció también, al igual que mi sujetador y mis pantalones. Estaba muy nerviosa. ¿Porque? No era la primera vez que hacia el amor con Harry, ya había habido una vez anterior, aunque para mi la situación si era nueva. La ducha, un sitio donde siempre quieres experimentar, donde siempre piensas que seria genial hacerlo cuando tuvieras oportunidad.

Harry me agarró fuerte de la cintura con una mano, mientras que con la otra intentaba quitarme la poca ropa interior que me quedaba. A la vez que intentaba ayudarle con mi tanga, decidí que era el momento de que su ropa interior también desapareciera por completo. En ese momento nos quedamos mirándonos fijamente a los ojos. Fueron unos segundos en los que no había nada mas que nosotros dos. Yo analizando esos ojos verdes que habían conseguido volverme loca y el mirando fijamente los míos marrones que muchas veces me habían dicho que tenían algo especial.

Casi 45 minutos después estábamos fuera del baño, yo tumbada en la cama con una toalla rodeándome y Harry de pie dispuesto a vestirse.

-A: Ha sido increíble. (No pude evitar decir, a la vez que una sonrisa me delataba por completo).

-H: Creo que contigo va a ser siempre increíble.

No mentía cuando le dije eso, había sido un momento increíble, nunca había hecho el amor en la ducha y me había encantado. Que chico. Todo lo hacia bien. Me quedé mirándole mientras se vestía. Mirándole fijamente sin decir nada. Era mejor no fastidiar ese momento. ¿Me estaba enamorando? ¿Tan deprisa? No era posible. No lo sabia, lo único que si sabia era que le quería, le quería como hacia tiempo que no quería a nadie

*NARRA PATRICIA*

Después de toda una mañana poniendo al día a mi abuela de lo que había sido mi vida en Londres, llegaron mis padres a quedarse con ella durante la tarde. Me dijeron que fuera a casa para que pudiera darme una ducha y así descansar un poco y eso hice.

Llegue a casa y después de ducharme, ponerme ropa limpia y estar un poco maquillada decidí salir a dar una vuelta por el barrio que durante tantos años había sido mi vida. Tantas y tantas salidas a dar una vuelta con mi amiga Nerea, tantas partidas de bolos con la gente de mi clase y tantos y tantos suspiros que había soltado por el chico que me gustaba. Muchos recuerdos aparecieron en mi cabeza a medida que avanzaba por las calles.

Llegué a mi antiguo colegio, quedaban algo mas de 10 minutos para que sonara la alarma que anunciaba que las clases del lunes habían terminado. Decidí entrar para comprobar si todo seguía igual. Llegué a la sala de profesores donde aun quedaba alguno que esperaba deseoso la llegada de las 17:00 para poder salir de allí. Al fondo de la sala reconocí a mi antigua profesora de lengua y al profesor de conocimiento del medio que había tenido en primaria. Llamé a la puerta y sigilosamente me dirigí hasta donde estaban. Después de varios minutos hablando con ellos efusivamente y contándoles sin mucho detalle que había hecho en los últimos años miré mi reloj. Las 17:15. Si una cosa me gustaba de mi colegio era que después de las clases, las actividades extra escolares inundaban el patio. Salí fuera a ver si todo seguía igual que lo recordaba. Me senté en las gradas que daban al campo de fútbol y me quedé un rato mirando a los niños pequeños jugar. No debían tener mas de 7 años y ya manejaban el balón como si llevaran toda una vida jugando al fútbol.

Pasó un rato y el entrenador de los pequeños salió del banquillo haciéndoles una serie de indicaciones y dándoles ordenes para poder hacer el siguiente ejercicio. Me dio un vuelco al corazón cuando el chico, que no debía ser mas mayor que yo, fijó sus ojos en mi, haciéndome un chequeo de arriba a abajo que terminó con una gran sonrisa. ¿Porque me había puesto tan nerviosa? He de reconocer que el chaval no estaba nada mal. Alto, moreno y con un gran cuerpo, pero no me había puesto nerviosa por eso. Me había puesto nerviosa porque ese chico me resultaba familiar, demasiado.