CAPITULO 1.
Comenzamos las clases, eran mediados de septiembre y como era normal desde hace cinco años atrás, mi mejor amiga y yo nos dirigíamos a la clase que nos habían asignado, nos daba un poco de miedo, pasábamos a segundo bachillerato y en las listas había mucha gente que no conocíamos.
Primero voy a retroceder cinco años atrás y voy a contar como nos conocimos ella y yo. Vivíamos en Madrid y nuestros padres llevaban siendo amigos toda la vida, pero la verdad es que nosotras no nos soportábamos, nunca nos habíamos llevado bien, de hecho, nos intentábamos hacer la vida imposible la una a la otra. Eso cambió hace algo mas de cinco años cuando a nuestros padres, que trabajaban en la misma empresa fueron destinados a Londres. La idea de irnos no nos gustó, y mas sabiendo que no quedaba mas remedio que ir juntas. Al principio he de reconocer que pase unos días malos hasta que me hice a la idea, porque sabia que esa niñata y yo nunca nos llevaríamos bien, éramos totalmente distintas: no coincidíamos en la forma de vestir, ni en la forma de hablar, no teníamos amigos en común, no nos gustaba el mismo tipo de chicos, ni si quiera coincidíamos en nuestro color favorito. En lo único que estábamos de acuerdo era en una cosa, y yo lo consideraba un milagro, esa cosa era la música. Lo único en lo que coincidíamos era en la música.
Cuando ya me había hecho a la idea de que por lo menos los próximos dos años tendría que vivir en Londres con esa idiota, que por cierto se llama Amanda, tuvimos que empezar a empaquetar las cosas y a hacer las maletas, ya que nuestro vuelo salía a primeros de julio y nosotras acabábamos de terminar las clases. La idea que tenían nuestros padres era alquilar un apartamento para vivir juntos los ocho. Lo único bueno que tenia ella era un hermano pequeño que de casualidad tenia la misma edad que el mío, por lo tanto me libraba de el a menudo.
Cuando llegamos a Londres nos impresionó bastante, nos encantó desde el primer paso que dimos al bajar del avión, para mi, desde que era muy pequeña había sido mi sueño estar allí, pero nunca me imaginé que seria de aquella manera y teniendo que aguantar a semejante personaje durante como poco, dos años.
Nos instalamos en el piso y, como no, me toco compartir habitación con Amanda, era eso o dormir con mi hermano en la habitación mas pequeña de la casa. Yo a mi hermano le quería mucho, pero la idea de compartir cuarto con el me hacia la misma ilusión que tirarme por la ventana, así que compartía habitación con la "encantadora" Amanda, a su favor, he de decir que nosotras no lo poníamos nada fácil para conseguir llevarnos bien, pero ya nos habíamos acostumbrado, eran muchos años soportándonos.
Empezar un nuevo ciclo, en un nuevo país, en una nueva ciudad, con nuevas costumbres, nuevas asignaturas y nuevos horarios, para mi era un reto. Menos mal que el idioma no era un problema para mi, bueno, ni para Amanda. Dominábamos el inglés a la perfección.
Pero la vida a veces te sorprende y no siempre las personas son lo que parecen, en eso estábamos de acuerdo las dos, al mes de empezar el colegio, con doce años recién cumplidos, nos dimos cuenta de lo realmente idiotas que habíamos sido la una con la otra.
Sin duda no habíamos parado a conocernos de verdad, y nos dimos cuenta de que todas esas cosas en las que nunca estábamos de acuerdo,meran las que realmente nos unían.Empezábamos a llevarnos cada vez mejor, y fue en Noviembre cuando terminé de darme cuenta de que era una persona increíble. Yo todos los días hablaba por skype con mi mejor amiga de Madrid, hasta que un día se enfadó conmigo porque la había dejado sola en allí y decía que había sido muy egoísta. Una de las cosas que mas me dolió que me dijera era que se había equivocado conmigo y que no la volviera a hablar, que en parte gracias a mi, ahora era súper popular y hasta tenia novio. Esa noche me tire llorando hasta las cuatro de la madrugada, y la única persona que estaba allí para ayudarme era Amanda. Desde ese día nos hemos ido haciendo cada vez mas inseparables.
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LITTLE THINGS. [EDITANDO].
FanficHay veces que la vida te sorprende. Patricia no tenia buenos presentimientos cuando sus padres la dijeron que debían mudarse a Londres junto a otra familia, la de la chica que peor le caía de su instituto. Lo que Patricia no sabia es que ese gran c...