Neverland y Pan estaban en peligro. Él la necesitaba ella lo ayudó, sólo que para ello tuvieron que pasar por varios obstáculos. Como dicen por ahí... "El verdadero amor lo puede todo"
"Abrí los ojos tomando una gran bocanada de aire, miré a mi alr...
La estúpida alarma sonó, la apague de un manotazo y me levanté quedándome sentada en la cama por unos minutos, recordé que hoy era mi cumpleaños y no me apetecía festejarlo, no desde que mi hermano mayor desapareció ya que este año se cumplirían doce que no está.
Miré hacia mi costado en la mesita de luz junto a mi celular se encontraba un cuadro donde salíamos Thomas y yo sonriendo, él tenía seis años y yo cuatro, éramos muy felices al menos yo lo era hasta que no lo vi más. Una lágrima resbaló por mi mejilla, lo extrañaba mucho, sequé mi rostro justo a tiempo ya que la puerta se abrió dejando ver a mis padres con una torta en sus manos, era de chocolate, mi favorita.
-¡Qué los cumplas feliz! , ¡Qué los cumplas feliz! , ¡Qué los cumplas Sophie, qué los cumplas feliz!-cantaron a coro, al terminar me miraron con una pequeña sonrisa esperando que soplara la vela que formaba el número dieciséis.
-No lo son, no sin Thommy -murmuré antes de soplar la vela y pedir el deseo "volver a ver a mi hermano"-Pensé antes de extinguir la pequeña llama.
-Lo sé pequeña, se que lo extrañas, nosotros igual.-dijo mi mamá sentándose a mi lado-ahora ¿Por qué no te arreglas y bajas para que te cortemos el pastel?, ¿Qué dices? -esta bien-sonreí apenas.
En cuanto se fue me bañe rápidamente y me vestí con un jean verde, una musculosa Blanca que decía en letras negras "segunda estrella a la derecha y directo hacia el amanecer" junto con la sombra de Peter Pan, tomé una chaqueta de cuero negro, mi mochila y el celular para luego bajar. Me senté en la mesa donde me esperaba una porción de torta y una taza de café con leche, desayuné rápidamente porque debía ir a la estúpida escuela y si lo preguntan, pues si no me va del todo bien ya que me molestan todo el tiempo ¿Por qué?, pues porque era la chica rara que vestía de verde y tenía una gran obsesión con Peter Pan. Mi único amigo era Sam, él y yo nos entendíamos, éramos los nerds, otro motivo para molestarme. Ni bien abrí la puerta me encontré al castaño frente a mí, era alto, demasiado y bastante atractivo, cabello corto aunque no mucho, ojos entre el verde y el azul, aunque el color le cambiaba muy seguido y para ser honesta tiene un cuerpo de puta madre,
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¿Qué si me gusta? pues sólo un poco pero a él le gusta la capitana de las porristas, Amelia así que prácticamente estoy en la friend zone.
-¡Alce!-saludé animada, el sonrió dejando ver dos profundos hoyuelos en sus mejillas, les dije que era perfecto.
-hey, ¿Cómo estás Ratoncita? -me abrazó a lo que correspondí-¡Feliz cumpleaños!-nos separamos y pude notar que en su mano había un pequeño paquete, me lo tendió por lo que tuve que agarrarlo.
-¡Gracias Sam!-sonreí-aunque no debiste.
-¿Cómo que no?, pero si eres mi hermanita de otros padres-se excusó, ¿Tenía que decir eso?, yo no quería otro hermano porque yo tenía uno, aunque él no estuviera conmigo. Creo que el castaño notó mi cambio de humor-¡Lo siento!, no quise hacerte sentir mal-se pasó la mano por el pelo, nervioso.
