RAIN -Yoonkook (Min Yoongi/Jeon Jungkook)-

5. Jeon Jungkook

"Era de día y los claros rayos de sol de la mañana estaban presentes, algunas nubes adornando el cielo y la suave brisa matutina que hacía del día uno más animado.

Los niños jugaban a ser super héroes, de esos que se ven en las películas, mientras las niñas soñaban con ser princesas, todo un mundo de locura y fantasía.

Hermoso cielo pintado de azul, infinito firmamento, una vez que miras al cielo no puedes evitar pensar en que nada es imposible, que en realidad nada esta tan lejos como pensamos... Pues tal vez sea así y el mundo es tan pequeño como dice la gente. Al final nada está tan lejos como crees; nada, ni nadie..."

...

El joven muchacho de 16 años observó con impaciencia la hora en su celular, sin poder esperar la hora de salir, poder al fin ser libre y disponer de su libertad como a él se le pegara en gana.

Dos minutos para las diez. Moría de ganas por salir de aquel lugar, salir al aire libre, respirar algo de aire fresco, poder divertirse con sus amigos; después de todo había permanecido encerrado en aquella "prisión" por bastante tiempo ¿Cuándo fue la última vez que lo castigaron?

_ ¿Qué dicen? ¿Se animan a jugar una partida?

Se dirigió al grupo de niños que había perdido de vista el balón con anterioridad, el pequeño niño moreno y algo flacucho que iba encabezando al grupo de niños no tardó en formar una sonrisa en sus labios dándole a entender que aceptaba la propuesta.

Habían empezado con un partido amistoso por equipos, el muchacho al tener la ventaja de ser mayor y más alto jugó junto a un par de niños, contra el resto del equipo que eran como unos siete. Pasándose así el resto de la mañana en medio de juegos y risas.

El muchacho no tardó en revisar la hora en su celular, además de ver que tenía unas cuantas llamadas perdidas pertenecientes a sus padres, notando que ya eran casi las dos de la tarde y necesitaría una muy buena excusa para no ser regañado al volver a casa tarde para el almuerzo.

Se despidió de los niños de manera alegre para luego salir de ahí, encaminándose a una pequeña tienda que no quedaba muy lejos del lugar, comprando así un cartón de leche fresca con el poco dinero que llevaba en los bolsillos.

Ya a unos metros de su casa comenzó a pensar en una buena excusa para decirles a sus padres, pero antes de que pudiera llamar a la puerta alguien la abrió, encontrándose con la silueta de su madre de brazos cruzados mirándolo con reproche, cosa que cambió al ver el estado en que llegaba.

_ ¿Dónde estábas y por qué tardaste tanto?

Su tono de voz era frío y severo.

_ Fui a por algo de leche, ya no había.

Se excusó el más joven alzándose de hombros como restándole importancia al asunto.

_ ¡Dios mío!, ¡tan sólo mira tu ropa!, y tu rostro ¡¿Es eso un raspón?!

La mujer casi gritó del susto, más por el contrario a su hijo sólo le pareció un gesto demasiado exagerado de su parte, rodando los ojos algo cansado de aquella actitud.

_ No es nada mamá, tan sólo... Me caí al volver, tropecé.

La mujer lo miró con duda unos segundos para luego cambiar su expresión por una bastante seria y ordenarle en un tono autoritario.