RAIN -Yoonkook (Min Yoongi/Jeon Jungkook)-

18. Desire (parte 1)

Decidí dividir este capítulo en dos partes para que no sea tan extenso...

¡Disfrútenlo! 🌚🙌🏻
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_ Tienes el pulso acelerado... diría que me tienes miedo... o que quieres besarme tanto como yo a ti...

Una suave melodía de piano, proveniente de los parlantes en la sala, era lo único que podía apreciarse en aquel ambiente que había pasado a ser uno silencioso.

Después de que el hombre de los ojos de gato hubiera pronunciado aquello en un tono profundo, su voz súbitamente ronca.

Se había encargado de acorralar al castaño con su cuerpo, al nivel de tener ambas anatomías casi pegadas.

El menor no dejaba de temblar, mientras que su cerebro trataba de formular un plan, una forma de sacarlo de ahí, si es que cabía la posibilidad.

El castaño, al verse acorralado, sin salida; sintió la necesidad de aferrarse a algo, cualquier cosa; siendo el objeto más cercano, el teclado que rozaban sus dedos. Aferrándose a la superficie, mientras que las teclas sonaban una a una a medida que iba apoyándose en el instrumento en busca de algo de estabilidad.

De la misma forma, el mayor se vio en la necesidad de aferrarse al chico, sujetando sus caderas de manera posesiva. Ni él sabía por qué lo hacía o de dónde había sacado el valor para hacerlo, ni siquiera sabía adónde le conducirían sus acciones, sólo sabía que tenía que hacer algo y que en ese momento su cuerpo parecía haberse desconectado de su mente.

El moreno simplemente acercó su rostro al del castaño, esperando una respuesta, una señal. Más, el simple hecho de que el menor aún no lo hubiera apartado, parecía ser aquella luz verde que esperaba con ansias.

Entonces unió sus labios y lo besó de la misma forma, con ansias.

Era la primera vez que probaba de esos lindos labios rojizos.

Se asemejaba tanto a aquellas veces en que lo había hecho, en medio de sus sueños; pero a la vez tan diferente. La sensación era tan abrumadoramente placentera, que bloqueaba sus sentidos.

En ese momento sólo podía sentir y escuchar la forma en que su corazón palpitaba con fuerza, como queriendo salírsele del pecho, las pulsaciones eran tan fuertes que podía escucharlas llegando hasta sus oídos. Su cuerpo temblaba, sentía desfallecer mientras que una corriente interminable se extendía por todo su cuerpo, hasta finalizar en la yema de sus dedos, en su abdomen, en sus muslos, rodillas y prácticamente cualquier sector de su anatomía que se encontrara rozando el cuerpo de aquel chico.

Sus labios eran tan dulces como los había imaginado, o incluso más. Creía ser capaz de volverse adicto a su sabor, a su textura y a la manera en que el castaño simplemente se dejaba llevar y correspondía al beso.

¡En verdad lo estaba besando!

Ese contacto que pudo haber durado eternidades, aquel que los hizo perder la noción del tiempo y concentrarse en el simple hecho de que ambos existían, ambos estaban ahí, mientras que todo parecía desaparecer a su alrededor.

Suga se aferró con mayor fuerza al cuerpo del castaño, cuando sintió como éste profundizaba el beso, tomándole desprevenido, no negándose a la sutil petición del más joven, cuando éste ladeó levemente la cabeza en busca de mayor contacto.

No deseaba separarse, no deseaba hacerlo sin importar qué, más se vio obligado a separarse de los labios de su acompañante cuando éste posó una mano en su pecho apartándolo levemente debido a la falta de oxígeno.

Sus labios se separaron provocando un chasquido, sus miradas se encontraron, expectantes, a la espera de que uno de los dos rompiera el silencio que se había formado entre ellos. Pero, ¿qué podía decir al respecto?